CLECE

La seguridad no entiende de géneros

  • La plantilla de Clece Seguridad en Huelva cuenta con tres mujeres que prestan servicio como vigilantes en varios edificios de la Diputación y aseguran sentirse “una más” en el equipo

Cristina Domínguez fue la primera mujer vigilante en el servicio de Seguridad del Palacio Provincial de la Diputación.

Cristina Domínguez fue la primera mujer vigilante en el servicio de Seguridad del Palacio Provincial de la Diputación. / José A. Pérez

"Nunca me planteé ser vigilante de seguridad, lo veía por aquel entonces un mundo de hombres, pero en 2006 tuve la suerte de realizar un curso a través de la Junta y en mayo de 2007 obtuve la Tarjeta de Identificación Profesional (TIP) de vigilante”. Así cuenta sus inicios como vigilante de seguridad María del Carmen (Mamen) Bellerín, miembro de la plantilla de Clece Seguridad en Huelva. “Cuando yo comencé en la seguridad, recuerdo cómo hace 14 años, ver a una mujer en un furgón blindado y con un arma en un pueblo de la sierra era como ver un extraterrestre”, recuerda Mamen entre risas.

Afortunadamente, el tópico de que existen trabajos masculinos y otros femeninos cambia poco a poco y va quedando obsoleto. Muestra de este cambio es el sector de la Seguridad Privada. Aunque la mayor parte de las plantillas son hombres, las mujeres se están incorporando cada vez más. Así ocurre en la empresa Clece. Ejemplo de ello son Mamen y sus compañeras Ana Corrales y Cristina Domínguez, tres mujeres que trabajan en Clece Seguridad como vigilantes en diferentes edificios de la Diputación de Huelva. Ellas demuestran que estas tareas no entienden de género.

En marcha desde diciembre

La empresa Clece inicia el servicio de Seguridad en Huelva el 1 de diciembre de 2021, y actualmente presta sus servicios en inmuebles de la Diputación de Huelva tan emblemáticos como el Palacio Provincial, el Muelle de las Carabelas, el Parque Botánico Celestino Mutis o el Estadio Iberoamericano. Las funciones que realizan estas trabajadoras son las que vienen en la ley de Seguridad privada, entre ellas, ejercer la vigilancia y protección de bienes, establecimientos, lugares y eventos; efectuar controles de identidad, objetos personales, paquetería, mercancías o vehículos; evitar la comisión de actos delictivos o infracciones administrativas; detener y poner a disposición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad competentes a los delincuentes y los instrumentos y pruebas de los delitos, así como denunciar a quienes cometan infracciones administrativas. Además, realizan rondas de control en los servicios para el cumplimiento de todo lo anterior.

Ana Corrales está en el Servicio de Drogodependencias. Ana Corrales está en el Servicio de  Drogodependencias.

Ana Corrales está en el Servicio de Drogodependencias.

Ana Corrales comenzó trabajando en Seguridad Privada en el Ejército. Actualmente trabaja en el Centro Provincial de Drogodependencias de la Diputación de Huelva, servicio que presta Clece. “Mi cometido en este puesto es velar por la seguridad del centro, trabajadores y trabajadoras, y usuarios que acceden al mismo”, explica Ana. “Mi experiencia en estos casi 15 años como vigilante es que el trato con mis compañeros siempre ha sido bueno y en ningún momento, por el hecho de ser mujer, me han tratado diferente, sino todo lo contrario. Siempre me he sentido cómoda y como una más”.

Su compañera Cristina Domínguez, que lleva en este sector desde 2018, respalda también estas palabras: “la seguridad ha sido un campo que siempre me ha gustado mucho y a día de hoy me sigue fascinando”, cuenta. “Que me ofrecieran este servicio en el Palacio de la Diputación y ser la primera mujer vigilante aquí es un orgullo y una gratificación enormes, estoy muy contenta”, asegura. “En mi puesto de trabajo en Clece me siento totalmente integrada y en igualdad de condiciones. Mis funciones son el control de acceso y salvaguardar la integridad de las personas que trabajan aquí, de las que acceden y de las instalaciones del edificio en general, además de llevar el control de cámaras y la central de alarmas”, explica.

Mamen Bellerín trabajando en el área de Gestión Tributaria. Mamen Bellerín trabajando en el área de Gestión Tributaria.

Mamen Bellerín trabajando en el área de Gestión Tributaria. / José A. Pérez

Mamen Bellerín, con quien comenzábamos este reportaje, solo tiene también buenas palabras para la empresa. “Comencé a trabajar en Clece Seguridad en 2020, con la pandemia, en un centro de evacuación para temporeros con Covid. Desde entonces, la empresa ha estado siempre muy pendientes de nosotros”, explica. Ahora Mamen ejerce de vigilante en el inmueble de Gestión Tributaria de la Diputación de Huelva. “En todos los años que llevo nunca he encontrado discriminación. Siempre me he sentido muy a gusto, tanto con los compañeros, clientes y empresa. Me gusta mucho que cada vez haya más mujeres que se dedican a la seguridad”.

Gestión de las emociones

La jefa del Servicio de Clece Seguridad en Huelva y Sevilla, Tania González, da fe del buen trabajo que realizan estas tres mujeres. “Estamos muy contentos con ellas, son grandes profesionales que hacen fácil el trabajo y dan un valor añadido a los servicios de Clece”. Para Tania esta incorporación era necesaria, “hacía falta romper esas barreras de roles en este sector, y eso es lo que ellas representan”. Y añade, “creo que el de vigilante de seguridad no es un trabajo que dependa de la fuerza física, sino de saber gestionar las emociones y situaciones complicadas a través de las palabras. ¡Y en eso las mujeres somos expertas!”.