El rostro de Cristóbal Colón
La fotografía deja ver bloque a bloque cómo se conformó la cabeza del monumento. Es algo más que un retrato y la escultura lo representa abrazado a una cruz, símbolo de la fe.
SE trata de una magnífica fotografía de la colección que muestra el proceso de construcción del monumento a Colón en la Punta del Sebo. Es un detalle de la cabeza Cristóbal Colón, con la que se tiene la oportunidad de ver de cerca la escultura. Se aprecia bloque a bloque cómo fue conformándose el rostro que quedaría para la posteridad como el de Cristóbal Colón.
Una escultura en la que se pueden ver los trazos realizados en la piedra de las canteras de Niebla. Se le notan las partes fosilizadas que ofrecen una peculiaridad especial y contribuyen a su originalidad, al ser un monumento con claro matiz marinero con piedra fosilizada de las playas que debieron existir aquí en el Mioceno.
La fotografía es magnífica porque descubre a pie de suelo el rostro de Colón, al que ahora algunos le niegan su protagonismo en el monumento. Procede de los fondos de José Albelda y Albert y Luis Albelda Lemos, que se encuentra en el Archivo Histórico Provincial de Huelva. La utilizamos en estos días con reminiscencia colombina para volver a reivindicar la figura del almirante, que es el que se alza en la Punta del Sebo.
En los últimos años y en especial desde que se levantó una escultura en la que se retrata a un Cristóbal Colón conquistador llegando a América, con el pendón de los Reyes Católicos, todo fue avivar una de esas muchas polémicas a la que estamos muy acostumbrados los onubenses y que no llegan a ninguna parte. Aunque empezó en el mismo año de la inauguración en 1929, cuando al ver la escultura tan colosal y vanguardista salieron los primeros en decir éste no es Colón.
Lo colombino nos mueve tanto que en esta provincia no nos conformamos con tener una asociación que desde 1880 siempre es referente, como lo es la Real Sociedad Colombina. Con el tiempo apareció la Asociación Iberoamericana, en 2011, la Academia de la Rábida, cuando ya estaba funcionando la Asociación de Estudios Iberoamericanos y Colombinos Rábida. Más recientemente, en 2015, se crea la Asociación Huelva-Nueva York para un nuevo proyecto vinculado con lo colombino, como es la propuesta de conseguir una sede en Huelva del Museo Whitney de Arte Contemporáneo.
Colón nos sigue apasionando y se hace en estos días reivindicando un tratamiento con mayor dignidad para su reconocimiento como BIC, más allá de estar incluido en un sitio histórico. En ello se empeñan el Colegio de Arquitectos e Izquierda Unida, con un discurso muy distinto al que tienen los de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, que plantearon sin éxito la idea tan brillante de quitar a Colón de su monumento argumentando un genocidio colonialista.
Lo cierto es que en Huelva, por contra, lo colombino nos apasiona, está siempre presente y nos lleva incluso en los últimos tiempo a crear una polémica estéril en la que se quieren posicionar los más esnobs. Ahora, según ellos, no es el monumento a Colón, sino el de la Fe Descubridora.
La propia Gertrude Vanderbilt Whitney invita a la confusión, o quien la traduce para la entrevista en la prensa madrileña de la época, cuando dice que el suyo es un monumento a la Fe Descubridora. Lo cierto -y ya lo hemos comentado en otra ocasión- es que la suya es una apuesta que va más allá de un retrato de un Colón que nadie conocía, cuando todos los rostros son fruto de la idealización de tiempos y de artistas del pincel más o menos acertados.
Whitney se posiciona en otra línea a la hora de hacer su monumento a Colón. El encargo es bien claro por parte de la Columbus Memorial Fundation.
La escultora quiere que sea algo más que un simple retrato y lo representa abrazado a una cruz, como timonel del rumbo que les llevó a nuevas tierras. Tiene la oportunidad de realizar en su monumento a Colón una representación plástica de la fe descubridora. Lo que no ofrece ninguna duda es que al representar a un marino agarrado a la cruz, cubierto con capote, no es otro que Cristóbal Colón, que es quien cristaliza la realidad del viaje.
No hay que olvidar que los deseos de la Columbus Memorial no eran otros que un homenaje a Cristóbal Colón expresando así su agradecimiento a España; y de esta forma se entendió en Huelva desde el primer momento. El alcalde de la época convocó en un bando a la inauguración del monumento a Colón y no a otra cosa; en todo momento y en todos los lugares, la prensa misma, así lo denomina. La abstracción conceptual de la fe descubridora es lo que le hace original, pero no le da motivo a nadie a cambiar el nombre de a quien se le hace el homenaje. La gente se encargó de reafirmarlo al llamarle siempre monumento a Colón, lo de monumento a la Fe Descubridora no deja de ser una cursilería de ayer por la tarde.
Whitney lo deja claro en sus anotaciones cuando todo va a llegar a su fin en la colocación del monumento. El 30 de marzo de 1929 apunta entre sus notas: "El jueves a las 12:15 la última piedra fue colocada en la cabeza de Colón...".
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