El rito clásico de tomar buñuelos con chocolate

un producto típico

Acabar las Fiestas Colombinas con estos dulces es una de las imágenes propias de Huelva

La mama Dolores prepara los tradicionales buñuelos, junto a otras mujeres de la familia.
La mama Dolores prepara los tradicionales buñuelos, junto a otras mujeres de la familia. / Reportaje Gráfico: Alberto Domínguez
Manuel J. Cartes

07 de agosto 2017 - 02:04

Una de las casetas más conocidas y frecuentadas del recinto colombino que anoche cerró sus puertas ha sido la de los Buñuelos Los Gitanillos, la de la Mama Dolores, ubicada en la calle Marismas del Titán. Llevan unos 20 años asistiendo a las Fiestas Colombinas, estando ya su imagen asociada a esta y otras de las muchas fiestas y ferias que se celebran en Andalucía, como por ejemplo la de Sevilla.

Desde la provincia hispalense acude cada año esta familia a las fiestas de Huelva, impregnando de olor a buñuelos y chocolate todos los rincones del recinto colombino. Ese, sin duda, es uno de sus mayores reclamos.

La caseta de la Mama Dolores acude a las Fiestas Colombinas desde hace 20 años

Adentrarse en la caseta de la Mama Dolores era retroceder en el tiempo a un espacio genuinamente andaluz, como se observa en su decoración, con mantones y una gran gama de utensilios de cocina, fabricados en cobre. Junto a las cortinas blancas se exponían algunas fotografías del pasado de este popular establecimiento, visitado por rostros anónimos y otros más conocidos. Y es que se cuentan por centenares las personas que han pasado alguna vez por este lugar.

En una mesa terminaban de cenar la mama Dolores y su hija Dolores, antes de prepararse y acicalarse para comenzar la faena diaria, en este caso nocturna, con otras componentes de su familia. Juntas repetían el mismo ritual para la preparación de estos preciados dulces artesanos.

Harina, agua, aceite de oliva y un "truquito" son los ingredientes de la receta para elaborar los buñuelos, según cuenta mama Dolores, experta en la creación artesanal de estos dulces y matriarca, al pie del cañón de esta caseta desde hace algunas décadas.

Dolores, una de sus hijas, explicaba que vienen a las Fiestas Colombinas por tradición, al ser una de las celebraciones más importantes de Andalucía. Pero también porque "no tienen otras ferias para esta semana". Así que se desplazaron nuevamente a Huelva, este año con 10 personas para trabajar.

La caseta de la mama Dolores es uno de esos establecimientos ubicados en el recinto colombino que tiene una clientela fija. En efecto, según expresaban sus propietarias, cada año repite mucha gente, muchos de ellos clientes de "señorío". Así, llegaban personas de la ciudad de Huelva y de pueblos de los alrededores, pero también veraneantes de las cercanas playas de Mazagón y Punta Umbría.

Antonio Martín y María Camacho eran de los habituales de esta caseta, cumpliendo al menos un día de las Fiestas Colombinas con el ritual de acudir a tomar buñuelos con chocolate después de cenar, no muy tarde, porque afirmaban "tener una edad" y no acostumbran a acostarse de madrugada, ni siquiera en estos días festivos de agosto.

Juan Quintero y Rocío Ibáñez, un matrimonio sevillano que pasaba las vacaciones en la costa onubense, visitó también la caseta de la mama Dolores, como lo hicieron igualmente durante la feria hispalense. Llegaban expresamente en coche hasta el recinto colombino, degustaban los buñuelos y volvían a sus hogares.

Otros, como Antonio Jesús Romero, Laura Barroso y Rocío Pérez, tomaban estos productos típicos un poco más tarde. Eran jóvenes, así que después de cenar, de los conciertos y de algunas copas, acababan su jornada de las Colombinas en esta caseta, al igual que otras muchas personas que llegaban progresivamente, antes de volver con el estómago caliente a sus barrios o a otros puntos de la provincia.

Pero lo cierto es que muchas jornadas de las fiestas de Huelva, finalizadas anoche, tienen poco trabajo, pues el calor de la semana frenó un poco el consumo de estos productos artesanales tan típicos de cualquier fiesta o feria de nuestra región.

A pesar de contar con una clientela fiel que acude a comprar buñuelos y chocolate cada año, los resultados de estas últimas Fiestas Colombinas no fueron satisfactorios para las propietarias de esta caseta, que pensaban que para las horas que pasan trabajando no les compensaba acudir a la cita de Huelva. Así explicaban que al venir desde Sevilla tenían que pagar el alquiler y transporte de mesas y sillas, las tasas municipales y el alojamiento, y aseguraron que no ganan mucho aquí, sobre todo si se comparaba con lo obtenido en otras ferias también importantes. En este contexto, Dolores declaraba que "pensamos no volver si va la cosa mal este año", y se planteaban acudir a otras fiestas menores de la provincia que se realizan también durante estas jornadas, como por ejemplo la de Mazagón.

Si esto ocurriera, Huelva dejaría perder unos olores y sabores que forman ya parte de la historia de la Fiestas Colombinas. Y se acabaría con el ritual de acabar la jornada, o empezar una nueva, según se mire, consumiendo los clásicos buñuelos con chocolate.

stats