Productos artesanales al gusto de todos

El rey de los postres del verano

  • El helado triunfa por su efecto refrescante y por la gran variedad de oferta de sabores

Muchos prefieren disfrutar de él cuando salen a la calle y otros, sin embargo, saborean mejor este producto cuando lo toman en su domicilio. En cualquier caso, lo cierto es que el helado es el postre estrella del verano, debido a su efecto refrescante y a la variedad de sabores que se pueden encontrar, además de tener una gran importancia en la alimentación y ser muy completo desde el punto de vista nutricional.

Una de las heladerías que ha ganado mayor fama en los últimos años en la provincia es Porto Bello, una empresa de carácter familiar que ofrece una amplia variedad de helados artesanales de origen italiano. El comercio se estrenó en la calle Ancha del municipio costero de Punta Umbría, una de las más conocidas y concurridas de la localidad en la que, según sus empleados, se cosechó una gran afluencia de público durante su primera temporada estival. Además, los onubenses amantes del helado pueden encontrar este negocio en varias zonas de la capital, bien sea en el emblemático Paseo de la Ría de Huelva, donde se sitúa uno de sus locales, o en otro inmejorable emplazamiento, muy cerca del centro y con gran ambiente de paso, como es el Paseo de la Independencia.

Pueden presumir de tener una carta en la que se incluyen más de 50 sabores diferentes, aunque normalmente sean 36 los que se exponen. Su carta se divide en helados clásicos, entre los que se incluyen diversas frutas, chocolate o turrón; sabores de creación, donde se encuentran el de brownie, conguitos o milhoja francesa; y nuevos sabores, donde se juega con ingredientes inimaginables como pueden ser las torrijas, el Pedro Ximénez con pasas o la frambuesa al cava. Uno de los helados que se vende sin descanso y es demandado por todo tipo de público, aunque sobre todo por los más pequeños, es el de Kinder, mientras que el más extravagante lleva el nombre de Mozart, que está elaborado con pistachos y chocolate, pedido sólo por los más curiosos. La heladería Porto Bello cuenta con una receta que lleva su propio nombre y que se compone de una base cremosa de queso mascarpone con higos caramelizados y maracuyá. Además, presentan una amplia carta de alérgenos con helados libres de gluten, lactosa, huevo o frutos secos, además de sabores para veganos.

Los locales pueden presumir de vivir una jornada realmente intensa en esta época del año, sobre todo en las horas punta del día, como son después del almuerzo, la merienda y, sobre todo, tras la cena, en la que como afirma Ainhoa, una de las empleadas de la heladería situada en el Paseo de la Independencia, "siempre gana la venta de tarrinas antes que la de cucuruchos".

Por otra parte, existe en pleno centro de Huelva una opción perfecta para aquellos que quieran probar sabores nuevos y que podrían no encajar a primera vista con el tradicional concepto de helado, su nombre es Pura Vida y se encuentra en la calle Berdigón. Hace siete años un vasco y una puertorriqueña decidieron abrir un establecimiento en la ciudad, atraídos por nuestra provincia, dedicado a la venta de helados 100% artesanales, con una elaboración al estilo del gelato italiano y con productos muy naturales, además del uso de endulzantes como la sacarosa, dextrosa o algunos azúcares más nobles. Oliver, dueño del establecimiento, cuenta que "nuestro helado de pistacho aporta únicamente el sabor y el color del pistacho, sin ningún tipo de saborizante o colorante artificial. Por otro lado, intentamos trabajar siempre que es posible con la fruta fresca como los plátanos de Canarias o la fresa de Huelva".

Esta heladería, que se encuentra abierta desde marzo hasta octubre, cuenta con más de 30 sabores diferentes, de los que se muestran 24 en un expositor , y un posetti con sabores extra, sin lactosa o sin azúcar. "Al ser artesanos puristas nos gusta hacer creaciones más originales e intentamos darle dinámica a la vitrina añadiendo sabores nuevos, de creación propia o que nos pide la gente de un año para otro, como es el de regaliz o el de queso de cabra" afirma Oliver.

Aunque los más demandados suelen ser los clásicos como el de carapino o el de vainilla, el público se sorprende y prueba aquellos más extraños como son el de gazpacho o el de crema de aguacate combinado con un sorbete de aceite de oliva, que fue presentado en la ruta de la tapa.

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