Huelva

La revolución que aún está por llegar: la moda vintage

  • ‘Secret Vintage’ y ‘Mom’s Vintage’ revelan los secretos del exito de estas prendas

  • Algunas de sus ventajas: sostenibilidad, exclusividad y buen precio

Interior de la tienda vintage 'Secret Vintage'

Interior de la tienda vintage 'Secret Vintage' / Josue Correa

La moda es cíclica. Las marcas se encargan de alzar en tendencia unas prendas o abandonar en el cajón del pasado de moda otras. Los pantalones campana que las chicas de los 70s se ponían para ir al instituto, se volvieron a llevar en los 2000s, y ahora, vuelven a la cima del estilo, en la calle y en las pasarelas.

Pero existen prendas que aunque pasen 50 años de su confección, su calidad, estilo o su excepcionalidad las hacen únicas, y con el tiempo, envejecen al igual que un buen vino. Y es que el vintage y el vino no están muy lejos. La palabra vintage es una palabra inglesa que tiene su origen en el francés antiguo vendage .Las bodegas, antiguamente, usaban el término para nombrar a los vinos que producían con sus mejores cosechas y que el paso del tiempo los hacía añejos.

Poco a poco el término fue evolucionando, extendiéndose a todo tipo de cosas, como ropa o muebles, que aúnan a la vez tiempo y calidad. Actualmente, aunque el término vintage es muy amplio, en moda se refiere a prendas que como mínimo tienen 20 años de antigüedad, conservadas en buen estado y calidad.

La ropa vintage comienza a hacerse un hueco en la forma de consumo textil de los onubenses aunque este planteamiento parezca contrario a la velocidad que tiene hoy en día la industria. La tendencia actual conocida como fast fashion, moda rápida, tiende a la masificación, los períodos cortos de consumo y la baja calidad, lo que se traduce en bajos precios, y esto en condiciones precarias de la mano de obra. Este modelo crea en el consumidor una necesidad irreal de innovación, de ir con las tendencias, desechando prendas que, pudiendo ser utilizadas al estar en perfecto estado, terminan en basureros.

En 2019, en la conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) se presentó un estudio sobre cómo de contaminante era la industria de la moda para el planeta. Los resultados fueron escalofriantes. Para confeccionar unos pantalones vaqueros se requieren 7500 litros de agua, la misma cantidad de líquido que necesita una persona para vivir 7 años.

Además, según la UNCTAD, la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos, convirtiéndose en la segunda industria más contaminante del mundo, solo por detrás de las petroleras. Greenpeace estima que el 73% de toda la ropa producida anualmente en el mundo termina incinerada o en basureros.

A pesar de lo desalentador que puedan sonar estos datos, actualmente la tendencia en España, y en Huelva, está empezando a cambiar. La conciencia ecológica coge fuerza en la industria, pero sobre todo en los consumidores, quienes ya buscan tendencias más sostenibles. Y aunque join life o los pantalones de botellas recicladas suenen muy ecológicos, nunca va a existir una prenda más sostenible que la que ya existe, y Cristina y Luis lo demuestran.

Pequeñas tiendas como Secret Vintage o Mom´s Vintage surgen con ganas de cambiar el panorama. Con un público que va desde los más jóvenes como hasta los más maduros, que buscan diferenciación, calidad y sostenibilidad.

El onubense Luis López lleva 10 años regentando una tienda de ropa de segunda mano que, aunque no nació siendo vintage, el concepto entró en su proyecto progresivamente. En el 18 de la calle José Fariñas, en el corazón de Isla Chica, se pueden encontrar tesoros que, si no adquirimos allí, difícilmente se podrán encontrar en otros comercios.

No se define como ningún gurú de la moda, pero sabe cómo romper estigmas sobre sus prendas y conoce a su público. Un público que navega entre la moda del vintage y la profunda conciencia ecológica y social que estas prendas tienen.

Tienda Vintage José Fariñas Tienda Vintage José Fariñas

Tienda Vintage José Fariñas / Josue Correa

En su tienda, el tacto de los tejidos recuerdan a otras épocas en las que la calidad estaba por encima de la velocidad, cuellos que no encuentras en Zara o Mango, y bordados hecho a mano que ya no se realizan.Pero en Huelva existe un problema, con el que Luis lleva lidiando años. ¿Hay en Huelva un mercado lo suficientemente amplio e interesado en este tipo de artículos como para que sobreviva una tienda? “En Madrid o Barcelona pides 60 euros por una camisa bordada y lo pagan porque saben lo que están comprando. Aquí pides 25 euros y eres un ladrón”, comenta.

Pero no es solo el precio. A pesar de ser prendas de gran calidad a un precio muy económico, el haber sido usadas anteriormente hace que los posibles clientes sean reacios a comprar. El concepto de ropa vintage está muy ligado al de ropa de segunda mano, a pesar de no ser lo mismo. Las tiendas vintage luchan contra el estigma de no ser prendas nuevas. Luis ha sufrido esto desde que comenzó con su proyecto “cuando abrí hace diez años, muchas chicas jóvenes pasaban por la puerta y decían ropa de segunda mano que asco”, ahora no tiene nada que ver”.

El paso de los años y la conciencia sobre el cambio climático y la forma de actuar de las grandes empresas del sector textil, ha provocado que las nuevas generaciones no tomen el cuenta los prejuicios que rodean el vintage, prefiriéndolo, en algunos casos, por encima del fast fashion. “Mi generación sabe que las grandes cadenas de ropa nos engañas y nos da igual, los que vienen detrás les duele más que les engañen, los que tienen 20 les enfada una barbaridad y los de 14, ya no se dejan engañar. Es un cambio progresivo y a pasos agigantados”

Las ventajas, tal y como las describe Luis, son numerosas e irresistibles. Compras ropa con más calidad, estás reciclando, por que no contribuyes a que se cree más ropa, y sobretodo exclusividad, una boutique con prendas seleccionadas “Tu miras cientos de miles de prendas, y prendas que tu pienses que son diferentes son muy pocas, la moda es más de lo mismo, aquí hay cosas que no vas a verle a nadie más”.

Además, Luis defiende las prendas con pequeñas marcas, incluso cuando mucha gente no se anima a comprar por esto mismo, que demuestran como el tiempo ha hecho mella, “yo no quiero esconder esos defectos, los defectos son personalidad, carácter, es la hitoria de la prenda”

Vestir vintage, como dice Luis soluciona un poblema común, “ya nunca más volverás a coincidir en una fiesta con el mismo vestido que tu amiga

Pero no todas las tiendas vintage en España son como las de Luis. Cristina Gutiérrez, madrileña con raíces onubenses, comenzó su proyecto Mom’s Vintage hace menos de un año, con un formato muy atractivo que ha sabido cautivar a las más reacias a las compras por Internet.

Después de 12 años trabajando en el sector del fast fashion y de la moda del lujo, su trabajo termina por concienciarla sobre el impacto de la moda en el medio ambiente. La sostenibilidad y el amor por la moda entraron en guerra, “no se puede amar a la moda y al medio ambiente a la vez” fue la reflexión que le llevó a una guerra interior que dió como fruto una novedosa forma de vender vintage.

Instagram se ha convertido en su escaparate, y la venta por stories es su nueva forma de hacer las cosas,“quería hacer un proyecto con el que dejar una huella bonita en el mundo, un proyecto que tuviera un sentido”. El nombre de su proyecto evoca al modelo que muchísima gente ha tenido en cuestiones de estilo, su madre. Como ella misma confiesa “mi madre es la mujer más elegante y sencilla que he visto nunca, y yo quería transmitir eso con mi marca. Mom’s Vintage, el vintage de mamá”.

Cristina Gutiérrez creadora de 'Mom's Vintage' Cristina Gutiérrez creadora de 'Mom's Vintage'

Cristina Gutiérrez creadora de 'Mom's Vintage' / H.I.

Cuando comenzó con el proyecto, no contaba con ningún proveedor que la respaldara, la ropa que vendía era suya propia o prendas que llevaban años en su familia. A día de hoy y con 1.224 seguidores en Instagram su modo de negocio es diferente. La selección de prendas sigue siendo completamente manual, “yo no conozco a ninguna tienda que seleccione como lo hago yo. Yo busco tocar las prendas, analizarlas al milímetro y ver que de verdad están perfectas, quiero vender ropa que de verdad yo me pondría”

Las ventajas del vintage las resume en 3: calidad, exclusividad y sostenibilidad. Conceptos con los que sus clientas coinciden , un público que sabe lo que compra y valora las piezas. Para Cristina la calidad es un pilar en su firma “ en España nos tenemos que quitar la mentalidad de que la ropa que ha sido usada es de peor calidad. Que la ropa que yo venda tenga más de 20, 30 o 40 años y siga en perfecto estado lo demuestra”

La exclusividad,con la que ha convivido en sus años trabajando en el sector fast fashion, se refleja en sus prendas “en mi proyecto es evidente la exclusividad, solo tengo una pieza de cada. Actualmente, esto solo lo aporta la alta costura y el vintage”.

Y por último, el motivo por el que empezó su proyecto “ no hay nada más sostenible que lo que ya existe, ni siquiera la línea más ecológica de EcoAlf, por que no creas ningún residuo”

Mom’s Vintage busca 100% sostenible, usando un envoltorio libre de plásticos, que cuida hasta el mínimo detalle, como detergentes sin químicos, manteniendo una coherencia total con la idea inicial de su proyecto la sostenibilidad.

Además, los detalles se miman dándole una personalidad especial, usando incluso un perfume personalizado. Prendas que se encuentran en perfecto estado, sin una mínima tara son su seña de identidad “quiero atraer a todo tipo de personas. Desde las que compran en las pequeñas tiendas vintage hasta la que solo compra en la Castellana”

Cristina defiende el vintage, dándole un nuevo espacio en redes, pero apoya todas las formas de vintage, animando a todos a probarlo , “es hora de que tengamos al vintage como una tienda más, que igual que vamos a Zara, recurras a tus tiendas vintage, dándole la misma importancia”.

Si aún no te animas aunque sea a ojear Secret Vintage o Mom’s Vintage por reparo a la ropa de segunda mano, Luis y Cristina lo tienen claro. A partir de ahora plantéate si las sábanas que usas en un hotel son nuevas o si han sido usadas . O cuando vayas a un bar cuanta gente ha bebido de tu copa antes que tú. El vintage es una revolución que aún está por llegar a España, y a Huelva, pero que va a transformar los cimientos de la forma en la que nos vestimos, y Luis y Cristina serán uno de los precursores de este cambio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios