Apuntes de cabildo

La revisión del protocolo para la Estación de penitencia

  • La parada se consolida ante la parroquia de la Purísima Concepción

  • El rito varía entre cofradías y el entorno del templo merece otra atención en el exorno

La Sagrada Lanzada llegando a la parroquia de la Concepción.

La Sagrada Lanzada llegando a la parroquia de la Concepción. / josué correa

La Estación de penitencia parece que con el tiempo caló en todos. No resultó cuestión fácil, mucho se escribió entonces, en estas mismas páginas, y mucho se debatió, incluso con intervención de un prelado con asistencia a un pleno de la Unión de Cofradías.

Lo cierto es que las cosas no se imponen, sino que son fruto de la convicción por lo que se vive. Ahora parece que no entenderíamos el discurrir de la Carrera Oficial sin una estación penitencial parada ante la parroquia de la Purísima Concepción.

Sin embargo sí es interesante y urgente replantearse el protocolo de la Estación de penitencia para que no acabe siendo engullida por la rutina y vaciándola de contenido. La verdad que en lo externo poco se puede hacer, más cuando todo lo que es la antesala de la parroquia de la Purísima Concepción está abigarrada de palcos y no hay quien ponga los pasos enfrentados al templo, como debería ser; ya tienen algunos bastante con la revirá de la calle Plus Ultra a la Concepción. Lo que hay que tener en cuenta es el mínimo exorno externo de la parroquia. Este año se apretó más entre los palcos y con el espacio que queda como siga así, los penitentes para el rezo interior entrarán de canto. Durante el año la parroquia tiene setos que la adornan, mientras que en los días de la Semana Santa no hay nada de nada, el centro de flores que le pone su hermandad al Nazareno en su azulejo.

El interior, sin embargo, sí queda muy conseguido al estar presidido por el Cristo de la Vera Cruz, aunque el Jueves Santo se echa de menos un artístico monumento.

Aquí se realiza la oración de la Estación de penitencia, la misma que todos los hermanos meditaron antes de iniciar su caminar, pero dadas las características de la parroquia sólo entra la presidencia. Ocurre que hay algún paso que ni se llega a parar delante del templo. Luego cada cofradía hace su rito propio, sin unidad entre todas.

No hay que olvidar que son cuatro las cofradías que salen de este templo y no tiene mucho sentido que vuelvan a hacer Estación de penitencia en la puerta principal del mismo; aunque para ello también está la peculiaridad de que muchas cofradías mantienen en diferentes templos otra Estación de penitencia.

No es cuestión de que quede esto encorsetado en los nuevos estatutos, pero sí deben existir unas líneas que hagan referencia a la Estación de penitencia y una conciencia de que esto debe ser un tema muy significativo.

Cuestión para un debate, que esta junta del Consejo de Hermandades no promoverá nunca, es el hecho de la servidumbre que soportan las cofradías de la parroquia de la Concepción. La mayoría se beneficiarían con una Carrera Oficial con entrada por la Gran Vía y culminando en la parroquia de la Purísima Concepción. Les beneficiaría a las que llegan desde la alameda e incluso a las que vienen por la calle San José. Será tema para otro domingo.

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