deberes de sánchez con huelva | las demandas de los socialistas onubenses vuelven como un 'boomerang'

El reto de acabar con los déficits históricos

  • El Gobierno tiene una larga lista de deberes pendientes y exigidos por Caraballo y Cruz en los últimos 6 años: del desdoble de la N-435 al AVE, pasando por el aeropuerto

Lo dijo Aristóteles. El hombre es esclavo de sus palabras y dueño de su silencio. Cambia el Gobierno y, por lo tanto, las fichas del tablero alternan su posición, pero no así las reivindicaciones. Y todo lo que desde la oposición exigió el PSOE de Huelva al Ejecutivo de Madrid le regresa ahora como una suerte de boomerang que hace probable que a partir de ahora esa contundencia y ese carácter combativo mostrado por los dirigentes provinciales socialistas se vuelvan más tibios cuando se les pregunte por el AVE, la N-435, las ayudas a la Costa ante los temporales o las infraestructuras hidráulicas.

Del mismo modo, no será de extrañar que el PP lidere ahora las históricas reivindicaciones que, antes, con una ministra en Madrid y un Gobierno afín, no capitaneaba. Será probable, por ejemplo, ver a un nutrido grupo de cargos del PP choquero enarbolando las demandas de las infraestructuras que dependen ya no sólo de la Junta, sino también del Gobierno.

De sobra es conocido que las mudanzas en La Moncloa llevan aparejados cambios de pareceres repentinos y esta provincia, acostumbrada al vapuleo, se presta a presenciar cómo los intereses partidistas de unos y de otros se anteponen a las verdaderas necesidades de los onubenses.

"Que nadie piense que ahora vendrá inmediatamente Sánchez con el AVE bajo el brazo", se advertía hace unos días desde las filas sanchistas onubenses. Cierto es que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez apenas ha echado a andar y, por lo tanto, parece precipitado e injusto pedirle cuentas tan pronto. Pero no es menos cierto que el nuevo Ejecutivo tiene ante sí una amplia lista de deberes en la provincia, en parte por lo que el anterior Gobierno no hizo y en parte también porque desde la oposición el PSOE se preocupó mucho por airear a todas horas los supuestos problemas gravísimos que azotan a este territorio.

Y es que si todo hombre es presa de sus palabras, el PSOE también lo es de sus promesas y de sus iniciativas. Y la última de ellas, muy reciente, fue la elaboración de una larga lista de enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que fue tumbado en su totalidad por el PP. Sin embargo, el PSOE tiene ahora ante sí la gran oportunidad de aplicar esas soluciones mágicas tan demandadas por su colegas onubenses. Otra cosa es que quieran (o que puedan hacerlo, claro).

En los PGE los nuevos proyectos viarios -tanto en ferrocarril como en carretera- se han quedado en 35,3 millones de euros, de los que sólo 12 corresponden a las obras en ejecución de la variante entre Beas y Trigueros, 3,4 millones a los accesos al Chare de Lepe y 7,5 millones más para la ya concluida estación de trenes. Además, el prometido AVE se ha quedado reducido a cantidades irrisorias: 1,2 millones de euros para la renovación de vías.

Este último proyecto es, dentro de la amplia relación de iniciativas pendientes en la provincia, uno de los que más destaca. Desde el PP onubense se recuerda con ahínco que este mes de junio saldrá a información pública el estudio informativo del trazado, tal y como anunció el ya exministro de Fomento, Íñigo de la Serna, durante la inauguración de la nueva estación a primeros de mayo.

En las filas populares esperan que, con la misma exigencia, el presidente de la Diputación, Ignacio Caraballo, y el alcalde capitalino, Gabriel Cruz, quienes han promovido un pacto social y económico para la llegada de esta infraestructura a Huelva, exijan ahora a José Luis Ábalos que el proyecto no quede una vez más en el cajón. De momento ya lo han hecho. Porque el pasado viernes ambos remitieron una carta al nuevo titular de Fomento pidiéndole una reunión.

De la Serna no dejó hechos los deberes. Sin desvelar plazos, de su anuncio de la llegada del AVE se constató que el proyecto ha vuelto al trámite que en el que se quedó hace diez años, cuando se aprobó la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), ya caducada. En Huelva habló de una cantidad que oscilará entre 1.100 y 1.200 millones de euros que, de momento, no se vislumbran en el horizonte presupuestario.

La otra conexión ferroviaria exigida hasta la saciedad por los socialistas es la Huelva-Zafra. Para la mejora de esta línea, los socialistas presentaron una enmienda por dos millones de euros que ahora tienen la ocasión -o tal vez no- de poner sobre la mesa.

Del mismo modo, han pedido en sus enmiendas un millón para la mejora de la N-433 y un millón y medio para la futura A-83 (tramo de San Juan del Puerto con la A-461 en Zalamea) y el desdoble de la N-435 hasta Zalamea más allá de la variante Beas-Trigueros que se ejecuta y que, de momento, tiene sólo un carril por sentido.

También tiene una oportunidad de oro el ministro de Fomento para desatascar el proyecto del aeropuerto, declarado de Interés General hace nueve años y a la espera de una autorización para que las obras puedan iniciarse.

Si el listado onubense de demandas a Fomento es de peso, tampoco se queda atrás la relación de peticiones que tiene ante así otra cartera de enorme importancia para la provincia. Después de que la anterior ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, no pisara Huelva en todos estos años, los socialistas dicen estar convencidos de que tanto Luis Planas, titular de Agricultura, como Teresa Ribero, ministra de Transición Energética y Medio Ambiente, mostrarán más sensibilidad con los onubenses.

El primero, según sostienen, la conoce bien. Entre las grandes peticiones a su ministerio están las grandes infraestructuras hídricas que tan "ignoradas", a juicio del PSOE onubense, han quedado en los PGE.

Estas cuentas para 2018 dotan a la presa de Alcolea, parada durante casi un año, de 2,6 millones de euros; mientras que para el Canal de Trigueros contemplan 1,4 millones de euros, una cantidad que no llega ni a un 2% del coste total para su ejecución, y para el trasvase del Condado cero euros.

Después de que los socialistas criticasen por activa y por pasiva que el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente tenía paralizado la Ley del Trasvase del Condado y le echase en cara que no la tramitase por vía de urgencia, será este martes cuando la norma -aprobada por el Parlamento de Andalucía, con el apoyo de PSOE, PP y Cs- se debata. Será en el primer Pleno del Congreso de los Diputados de la era de Sánchez y se espera que la ley salga aprobada para que sea realidad la transferencia de recursos de 15 hectómetros cúbicos desde la demarcación hidrográfica de los ríos Tinto, Odiel y Piedras a la demarcación hidrográfica del Guadalquivir con la que se busca garantizar el desarrollo sostenible de Doñana.

No obstante, el desdoble del Túnel de San Silvestre o el plan de transformación de los regadíos del Andévalo -obras que han sido declaradas de interés general del Estado pero en las que, según los socialistas, el Gobierno popular no tuvo el más mínimo interés- también figuran en el largo listado de infraestructuras hídricas reclamadas y a las que, dicho de un modo coloquial, meterle mano.

Como a la preservación del litoral, asunto que tantos titulares copa, sobre todo cuando llega la Semana Santa, y que ahora será cosa de Teresa Ribero. Para los socialistas es del todo insuficiente el montante de 700.000 euros destinado por el entonces Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente para esta actuación: el control de la regresión se lleva medio millón (ya proyectado el año pasado) y hay 200.000 euros más. Pero los socialistas exigieron tres más.

Ante semejante ristra de deberes, dos son las preguntas que se imponen: ¿Cuánto tiempo tendrá por delante Sánchez para llevar a cabo su acción de gobierno? Además, vista la escasa representación que su partido, el PSOE, tiene en el Congreso (apenas un 25% de la Cámara), ¿tendrá margen de maniobra? Aun sin tener una respuesta posible para ambas cuestiones, el caso es que los déficits históricos del Gobierno con la provincia está ahí y las promesas que han hecho los socialistas onubenses en los últimos siete años, también. El tiempo -y los hechos- serán los que emitan su sentencia.

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