La restauración del Descendimiento respetará lo original de la obra

Eduardo J. Sugrañes Huelva

07 de junio 2015 - 01:00

En el informe de Juan Manuel Miñarro, al que ha tenido acceso Huelva Información, se reconoce que el grave accidente del pasado el 6 de mayo se produce "al romperse de forma súbita, la base de la cruz del crucificado", "por un punto situado en la base inferior del estipes, donde existía un empalme técnicamente no previsto para la posición y sujeción que en ese momento tenía la cruz sobre el anclaje existente debajo de la mesa del altar". Por dicha causa, "la zona del empalme no estaba en la posición correcta, quedando desabrigada, lo que ha sido el motivo principal por el cual no pudo soportar el empuje constante que estaba produciendo el peso del crucificado, sumado al importante peso de la figura de Nicodemo, situada en la composición, en la parte izquierda de la cruz, gravitando sobre el patíbulum". El informe dice que empalme provocó la violenta caída del conjunto formado por la cruz, el crucificado y la imagen de talla completa de Nicodemo. En la caída del conjunto sobre la mesa del altar y el suelo de la capilla, arrastró a la imagen de San Juan Evangelista, provocándole graves roturas y arrancamiento de uno de los brazos, manos y dedos. Afortunadamente las imágenes de la Virgen, José de Arimatea y María Magdalena no fueron arrastradas ni golpeadas durante la caída. Aunque se aprecia en la imagen de María Magdalena un ligero roce cercano al hombro derecho, donde presenta una franja con pérdida de policromía y preparación.

En la intervención prevista, además de los daños causados por el desplome, la intervención en algunos repintes y alteraciones. Otra cuestión son algunos sistemas de sujeción y soporte del Señor en la cruz.

Se reconoce que la madera de ciprés, en la que están realizadas las imágenes, es de muy buena calidad pero de muy alta densidad, lo que ha añadido mucho peso al conjunto. Dado lo acontecido será necesario realizar una nueva cruz. Se aconseja que se estudie muy bien el sistema de sujeción y las estructuras de carpintería constructivas a parte de las dimensiones necesarias. Apunta a tener muy en cuenta utilizar más dimensión para la zona donde la cruz tiene que soportar la tensión expansiva del grupo. Se aconseja la colocación de un segundo punto, que a modo de viento, equilibre las fuerzas mientras el conjunto esté situado todo el año en su capilla.

Los daños más graves en el Cristo, según el informe, es la rotura del brazo derecho con estallado de fibras afectando parte del lateral torácico. Rotura desde la parte media del deltoides del mismo brazo por zona de ensamble y afectación de una de las piezas comprendidas entre ambas roturas. Afectación del ensamble del brazo izquierdo con el torso y afectación de una de las piezas constructivas del mismo lugar. Por último, el dedo desprendido de una de las manos y otro afectado por abolladura.

La más afectada es la figura de Nicodemo, decapitada por la base del cuello, con planos de fibra rotas en varias direcciones. Cabeza fragmentada en siete piezas, con deformaciones de algunos planos de contacto. La mascarilla se ha abierto por su ensamble, las demás roturas son al hilo de la madera. Están las roturas de ambos brazos, por planos de ensambles y roturas en la dirección de las fibras de la madera. También se han partido los dedos del pie izquierdo y el derecho por el empeine. Hay múltiples fragmentación en manos y dedos.

En cuanto a la imagen de San Juan Evangelista, los daños más graves sufridos son la rotura del brazo izquierdo a la altura del codo por la zona de ensamble pero también con desgarro al hilo de la madera. También está fracturada la mano izquierda con estallido de fibras en la muñeca. Salida del brazo derecho por el ensamble y roturas y desprendimiento de varios dedos de las manos.

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