Al rescate en la catástrofe

No es lo que parece. Eso sí, tanto los efectivos de emergencias de Huelva como los extras que participaron en el simulacro pusieron de su parte para que lo pareciera. Y es que sólo así pueden enfrentarse luego a la cruda realidad. El recinto colombino se transformó ayer en el escenario de un accidente múltiple en el que, supuestamente, se habían visto implicados un autobús y un camión que habían chocado frontalmente, otro vehículo que había colisionado por alcance con el bus y un cuatro automóvil, que habría chocado y salido despedido, dando vueltas de campana y llevándose por delante a un motorista y un viandante, "los dos que hemos señalado como fallecidos", explicó el coordinador del experimento, Daniel Ortega.

Ante la atenta mirada de los testigos del siniestro, entre los que se encontraban el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, y los concejales Carmen Sacristán y Ángel Sánchez, los primeros en llegar al lugar del accidente fueron los agentes de la Policía Local (cuatro unidades), que se apresuraron a acordonar la zona y a atender a algunas víctimas. Tres minutos después aparecieron dos camiones de Bomberos. Su objetivo inicial, apagar la peligrosa bola de fuego en que se había convertido uno de los coches.

Entonces comenzaron a llegar los primeros familiares de la víctimas y la Policía tuvo que afanarse para evitar que se acercaran al lugar de los hechos. Las sirenas de la ambulancias comenzaban a dibujarse en el horizonte del Muelle de Riotinto y entre todos se repartían la tarea para evitar que los heridos más graves acabaran convirtiéndose en fallecidos.

Para ello, "usamos el llamado 'triaje tetrapolar', que consiste en clasificar a las víctimas por colores según la gravedad de sus heridas y atenderlas por ese orden: el negro es para los fallecidos; el rojo, para los más graves (prioritarios); el amarillo es para los que la asistencia puede demorarse entre 8 y 12 horas y el verde para los que pueden caminar".

Los servicios de emergencias atendieron a 30 heridos, 14 de ellos graves y dos fallecidos, "la conductora del autobús, que ha perdido masa encefálica, y el viandante", indicó Ortega. Además de servir para "probar los tiempos de respuesta del 112, que en Huelva están dentro de la normalidad, comparables con los de Madrid", en el simulacro participaron alumnos del posgrado 'Experto en Enfermería, Urgencias y Emergencias' de la Universidad Complutense, ahora mucho más entrenados para su labor futura. El realismo a la catastrófica escena lo pusieron alumnos de un taller de maquillaje, con sangre y heridas incluidas. Todo era pura ficción, menos mal.