Cerrado, sumido en un deterioro progresivo y sin haber sido objeto de ningún tipo de mantenimiento desde que en 2005 pasara a tener titularidad municipal, el Cuartel de Santa Fe será sometido a una rehabilitación integral con el objetivo de convertirse en un espacio sociocultural de carácter público.

Para ello, el Ayuntamiento destina a este fin una primera partida municipal de 875.000 euros que proviene del remanente de tesorería que deja sobre la mesa la última liquidación presupuestaria, que asciende a 6,2 millones y que permitirá ejecutar otras actuaciones que buscan cambiar la fisonomía de la capital.

Según explicó ayer el alcalde capitalino, Gabriel Cruz, el presupuesto de rehabilitación se sitúa en torno a los 3,5 millones de euros y estos 875.000 euros son el 20% del coste total, lo que exige la concurrencia a la solicitud de financiación estatal del 80% a través del 1,5% Cultural, para lo que ya se ha tramitado la solicitud.

"No esperamos a la obtención de la respuesta, sino que anunciamos la reserva de crédito para poder optar al 1,5% porque, en cualquier caso, el Ayuntamiento va a abordar la rehabilitación. Si lo hacemos a través del 1,5%, podremos disponer de recursos para otras actividades y proyectos. Si no, lo haremos con presupuesto municipal. Pero, en cualquier caso, vamos a abordar de inmediato en primer lugar la redacción del proyecto y luego la ejecución de obra", manifestó.

En 2006, con el PP en el Gobierno local, ya se planteó la restauración del inmueble, que nació como mercado de abastos en el ensanche hacia la calle Puerto, obra del arquitecto Manuel Pérez González alzada con hierro y hormigón y rematada con unas cubiertas concéntricas de hierro y cristal que ultimó Francisco Monís.

Entonces se dijo que costaría alrededor de dos millones de euros, importe que se vería duplicado en la fase de equipamiento y dotación de contenidos. Todavía en fase de bonanza, el Ayuntamiento planteó un convenio con la Fundación Cajasol, pero finalmente el proyecto quedó en punto en muerto. Llegó después la crisis y el boceto diseñado por el técnico municipal José Hernández para restaurar el edificio como centro de arte contemporáneo, con sala de conciertos y biblioteca, quedó en el cajón.

La reforma es una actuación de envergadura que lleva pendiente de financiación desde que hace doce años se trasladara la Policía Nacional a la nueva comisaría y que, sin embargo, el Consistorio no incluyó en el paquete de obras subvencionables por el Fondo de Inversión Local del Estado (que incluyó 35 proyectos en la ciudad de Huelva), por su complejidad, ya que la rehabilitación del cuartel excedería el plazo de ejecución que la Administración central fijó ese año para entrar en este programa de financiación.

Ahora, para cumplir una promesa electoral que también lo fue del periquismo, el actual equipo de gobierno destina una primera partida para dotar de vida a un espacio que tuvo su estreno como mercado de abastos, que más tarde fue adaptado como Escuela de Artes y Oficios por el arquitecto Luis Mosteiro, para pasar a ser después sede de la Escuela de Capataces de Minas, biblioteca popular, museo de pintura y, finalmente, cuartel policial.