La refinería de Cepsa pone fin a la parada programada de su planta de FCC
En los 47 días que ha durado se han acometido 36 proyectos para mejorar su eficiencia energética y su rendimiento


Cepsa ha finalizado la gran parada programada de la planta de FCC de refinería La Rábida tras 47 días durante los que se ha efectuado el reemplazo parcial del reactor y del regenerador, piezas esenciales de la instalación.
Asimismo, se han acometido trabajos de revisión, inspección y limpieza en otros equipos y se han desarrollado 36 proyectos, muchos destinados a mejorar la eficiencia energética de la planta o su rendimiento, según informó ayer la compañía en un comunicado.
La parada ha contado con un presupuesto de unos 16 millones de euros y en ella han participado alrededor de 50 empresas contratistas. En cada jornada de parada se ha desarrollado una media de 150 trabajos, la mayoría simultáneos, lo que ha requerido un esfuerzo de planificación y coordinación por parte de todos los departamentos implicados.
De hecho, Cepsa ha trabajado durante más de un año y medio en los preparativos de esta parada, "la de mayor alcance y complejidad que se ha llevado a cabo en refinería La Rábida", según el responsable del departamento de Servicios Técnicos de la fábrica, José Luis Vizcaíno.
Junto a las cifras mencionadas, otras de igual interés: picos de 600 trabajadores, un total de 154.000 horas de faena y más de 4.000 horas de formación. La previsión de obras y "una exhaustiva" planificación ha hecho posible el cumplimiento del calendario de parada y el desarrollo de todos los trabajos en las mayores condiciones de seguridad, alcanzándose el objetivo de cero accidentes.
De este modo, "el éxito" alcanzado ha convertido esta parada en un hito para la refinería, además de en un "referente" en la organización de futuras paradas de esta y otras plantas.
La dirección ha trasladado sus felicitaciones a toda la plantilla implicada, destacando que ha sido todo "un ejemplo de planificación, control y superación, posible gracias al trabajo bien hecho y el máximo compromiso de los trabajadores".
La planta de FCC fue una inversión fundamental para refinería La Rábida y se puso en marcha en 1992 con una capacidad de producción de 1,11 millones de toneladas al año.
Se trata de una unidad de conversión de productos derivados del petróleo con poca demanda en otros productos más ligeros de mayor valor añadido: propano, propileno, butano-olefínico, gasolinas, gasóleos y fuelóleo. El propileno, por ejemplo, se usa como base para la fabricación de fenol en Cepsa Química Palos.
Éste es una materia prima para elaborar: resinas fenólicas con las que fabricar pastillas de freno; aglomerados de madera o interruptores; policarbonatos para producir CD, vídeos, teléfonos, electrodomésticos y fibras sintéticas o medicamentos (ácido acetilsalicílico).
Coincidiendo con la parada de FCC, la unidad de Hidrotratamiento de Naftas (HDT) vinculada directamente con la primera, también ha afrontado con éxito una parada general para su inspección y para efectuar el cambio de catalizador. Es la primera vez, desde su puesta en marcha en 2004, que se han inspeccionado interiormente los reactores y recipientes de la planta. "La nueva carga de catalizador tiene como objetivo el permitir operar durante todo el ciclo de FCC, es decir 5 años", explica el responsable de Energía-HDT, Rafael Moreno Lahore.
La función principal de HDT es reducir, con rendimiento superior al 99 por ciento, el azufre de las gasolinas provenientes de FCC, adecuándolas así a los requerimientos legales.
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