Huelva

La recuperación de la antigua cárcel lleva 4 años 'colgada' de la burocracia estatal

  • Todavía sin dar fechas para el uso público del edificio, Instituciones Penitenciarias tramita el traspaso del inmueble al Ayuntamiento desde que quedara definitivamente vacío con el nuevo centro de Vistalegre

En el corazón de Isla Chica encontró el cineasta Benito Zambrano la máquina del tiempo para rodar parte de La voz dormida, basada en la novela homónima de Dulce Chacón. La película que se estrena en octubre, que recoge también algunos planos del Cementerio de los Ingleses, se recreó parcialmente en los interiores de la antigua prisión onubense, diseñada por Pérez Carasa en 1930 bajo el esquema de las cárceles modelo. En sus muros está el fósil de la represión franquista, pero también el canon arquitectónico que en aquella época colocó a las penitenciarías españolas en la vanguardia europea. Cerrada la experiencia del rodaje, el edificio histórico volvió a su punto de retorno: una isla dentro del barrio de la isla, engrosando el catálogo del patrimonio pendiente de rescate en la ciudad de Huelva. Este periódico ha solicitado información sobre las perspectivas de recuperación del inmueble para uso ciudadano -asunto que colea, estéril, desde hace 15 años-, y estas son las coordenadas: el traspaso del edificio al Ayuntamiento de Huelva lleva 'colgado' de la burocracia estatal desde hace cuatro años. Salvo anuncios de última hora -nada es descartable en estos preámbulos electorales- no aproximan fechas de culminación de trámites ninguna de las dos Administraciones implicadas en esta transferencia de bienes.

Con sus cubiertas de teja vidriada, el aparejo de ladrillo y la atribuida influencia de Frank Lloyd Wrhait en la composición de los huecos, arquitectónicamente, la antigua prisión provincial se considera un conjunto de edificaciones muy interesante, al margen de su gran capacidad para albergar diversas actividades.

Fue en 1996 cuando el Pleno del Ayuntamiento acordó por unanimidad pedir el inmueble para rehabilitarlo para usos educativos y culturales, teniendo en cuenta el déficit dotacional de la masificada barriada de Isla Chica (en este sentido, las necesidades siguen intactas en la actualidad).

Después, en 2001, cuando esta cárcel ya estaba infrautilizada [en 1996 se produjo el traslado a la nueva prisión]y albergaba sólo reclusos en régimen abierto, Isaías Pérez Saldaña, siendo consejero de Asuntos Sociales, reclamó este equipamiento para un centro de menores, pero el Gobierno central no admitió cesiones. Sólo permutas o ventas, ya que Instituciones Penitenciarias necesitaba este inmueble para amortizar la construcción de equipamientos pendientes.

El Consistorio firmó en 2003 un convenio con la Dirección General de Penitenciarías para obtener el edificio para la ciudad. Como recuerdan desde la Gerencia Municipal de Urbanismo, cuando se firmó este protocolo, las dependencias de la antigua cárcel seguían alojando a presos en tercer grado. Antes de abordar la rehabilitación del edificio era preciso construir un Centro de Inserción Social. Para ello, el Ayuntamiento cedió una parcela en Vistalegre, con 3.624 metros cuadrados de suelo y una edificabilidad máxima de 9.060 metros cuadrados de techo. El edificio ya está construido y en funcionamiento, pero la vieja prisión no puede registrarse aún a nombre del Consistorio.

En una reciente consulta, desde Instituciones Penitenciarias confirman a este diario que en enero de 2007 el inmueble quedó sin uso de forma definitiva, iniciándose el proceso de desafectación ese mismo año y admitiendo la lentitud de la tramitación sin concretar plazos para la total puesta a disposición del municipio.

Según indicaron desde la GMU, hasta el momento, el Ayuntamiento no ha recibido notificación alguna sobre el procedimiento que se está llevando a cabo para su convertir este edificio en un bien patrimonial, una vez desafectado, susceptible así de pasar a manos de la Administración local. En este tránsito, Instituciones Penitenciarias es, en todo momento, el ente que está asumiendo el mantenimiento de la que todavía es su propiedad.

La antigua cárcel es un edificio protegido con grado de integral monumental. "El objetivo del Ayuntamiento de Huelva -apuntan desde la casa de la Gran Vía- es poner este patrimonio al servicio de los onubenses. El uso futuro de la antigua prisión se consensuará con los vecinos para revitalizar la barriada, aunque dará servicio a toda la ciudad".

Dentro de la cruzada general por el legado histórico en desuso, el Colegio de Arquitectos, propone una rehabilitación estructural de la construcción de Pérez Carasa para reencarnarla "por ejemplo, en Museo de Arte Moderno, espacio para recinto ferial, residencia de estudiantes universitarios o escuela de arte", sugiere el decano Gonzalo Prieto.

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