Delante de varias decenas de personas y seguido en todo momento por las cámaras de televisión y los fotógrafos, José Bretón, el padre de los niños onubenses desaparecidos en Córdoba, reconstruyó ayer paso a paso en presencia del juez qué pasó en el Parque Cruz Conde el pasado sábado 8, cuando según su versión los perdió de vista en un despiste y ya no los volvió a ver. El juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Laín, y la fiscal María Ángeles Rojas, adscrita a la Sección de Violencia sobre la Mujer, decidieron después del interrogatorio trasladarse al escenario del suceso para que el imputado les señalara sobre el terreno qué hizo y cómo se produjo la desaparición para así aclarar posibles dudas y contradicciones.

La decisión de recrear el episodio fue tan repentina que el Cuerpo Nacional de Policía no tuvo tiempo de acordonar la zona, por lo que la prueba se desarrolló ante la mirada atenta de decenas de curiosos y ante los periodistas. Fue llamativo que la comisión judicial no tuviera reparos en exhibir durante una hora a Bretón, quien desde que presentó la denuncia por la desaparición de los dos pequeños se ha esforzado por mantenerse alejado de la opinión pública. Esposado e intentando ocultar los grilletes con un jersey verde, el padre se mostró impasible, casi indiferente a lo que ocurría a su alrededor. Pasó ante las fotos de sus hijos sin inmutarse y soportó sin pestañear los comentarios y los insultos de los curiosos. Sólo se conmovió por momentos cuando el juez le hizo pasar por segunda vez sobre el lugar desde el que, según su propia versión, vio a sus dos pequeños por última vez. Hizo una mueca de llanto, se llevó las manos a los ojos y recuperó el estoicismo.

El furgón policial llegó al Parque Cruz Conde a las 13:10, aunque José Breton no se bajó hasta las 13:25. La aparición pública fue en la calle Pintor Espinosa, donde indicó que aparcó el coche el día de la desaparición. Desde allí caminó por Pintor Zurbarán y Pintor Losada hasta uno de los accesos laterales del circuito deportivo. El juez, que cronometró los movimientos para certificar que sus movimientos podían ajustarse al relato narrado, le preguntó por qué había dejado el coche en un punto tan alejado del parque. Él explicó, simplemente, que no conoce la zona: "Pensé que por aquí el camino era más corto".

Ya en la zona verde, y nada más llegar, José Bretón se detuvo y se sentó en una máquina para hacer flexiones, tal y como aseguró que lo hizo el día del suceso. Los niños se encontraban jugando junto a una curva muy pronunciada del circuito deportivo, él se despistó y, cuando miró, ya no los vio. Se levantó, dio un paso hacia adelante e intentó seguirlos con la mirada. Pero ya habían desaparecido. Bretón recreó ante la comisión judicial las idas y venidas que hizo para intentar encontrarlos, incluida la llegada a la Ciudad de los Niños, donde las cámaras de seguridad lo grabaron manteniendo una breve conversación con un vigilante. Con la reconstrucción de ayer quedó descartada la tesis que apuntaba a que los niños desaparecieron en un momento en que el progenitor regresó al coche, aunque continúa el interrogante de por qué no existen testimonios que sitúen a los niños en la zona verde.

"¿Cómo los va a perder aquí si es imposible?", se cuestionó una mujer, consternada por la aparente indiferencia con la que Bretón pasaba ante las fotos de sus hijos sin inmutarse. "Si fuera inocente, daría la cara como hicieron los padres de Mari Luz", dijo otro hombre. Los agentes que participaron en el cordón policial tuvieron que llamar la atención en varias ocasiones a los presentes para que depusieran los insultos.