La rebelión de los coquineros
Los mariscadores de a pie desafían a la Junta de Andalucía y salen a faenar pese a la veda Aseguran que es una cuestión de supervivencia por la pérdida de jornales
A plena luz del día o de noche hasta el amanecer. Sólo les guían las mareas que les permiten capturar el preciado marisco. Ni veda ni prohibiciones. Los mariscadores de la coquina de a pie han cumplido su advertencia y a diario salen a faenar a pesar de que desde el pasado día 1 de junio está prohibido coger el bivalvo porque el caladero está en reposo.
Desafiando a la Junta de Andalucía, los mariscadores jalonan la costa onubense desde Isla Canela hasta Matalascañas para poder llevar a sus casas el sustento para sus familias. Faenan con normalidad, aunque con el recelo de que en cualquier momento aparezcan las fuerzas del orden público y a sabiendas de que se exponen a fuertes sanciones, pero lo hacen porque dicen que "tienen que comer". Para esquivar a las autoridades han elaborado estrategias y si se les pregunta qué están capturando dicen que clica, almeja chocha o cualquier otro molusco abierto al marisqueo.
La asociación de mariscadores de Nueva Umbría anunció que no cumpliría la veda obligatoria de un mes para la captura y comercialización de la coquina y así lo está haciendo, aunque a esta acción de protesta y rebeldía se han unido otros profesionales a tenor del número de ellos que puede verse en las distintas zonas.
Se trata, aseguran, de una cuestión de supervivencia, porque en dos meses apenas si han faenado veinte días, por lo que acumulan pérdidas no solo por la última parada obligatoria, sino también por el cierre intermitente del caladero por la presencia de la toxina DSP. Los coquineros denuncian que su situación es insostenible y que el futuro de este sector tradicional está en peligro. Lo está por la proliferación del marisqueo ilegal, sobre todo por los barcos de draga hidráulica (chirla), pero también por los furtivos y los bañistas que durante el verano capturan masivamente bivalvos.
Los coquineros interceptan asiduamente embarcaciones faenando incluso en la zona de reserva, cría y engorde de la Flecha de El Rompido y La Bota (barra de El Terrón), también cuando se encuentra cerrada al marisqueo. Aunque ésta y otras circunstancias han sido puestas en conocimiento de la Guardia Civil y la Junta de Andalucía, la Administración "está haciendo la vista gorda" y "a diario siguen faenando con total impunidad" por la falta de vigilancia y control, y a pesar de las denuncias que realizan los coquineros de a pie.
La captura ilegal de coquina por parte de los barcos ya se produjo durante la veda de marzo, lo que llevó a un mariscador a presentar en el Juzgado de Instrucción número 5 de Huelva una denuncia contra la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y los jefes del servicio de pesca en Huelva y Sevilla por consentir la captura de una especie para la que no están autorizados.
Evitar estas prácticas, señalan, sería fácil si se controla la caja verde de las embarcaciones. Ésta marca la posición de las mismas y la coquina se coge en una franja de costa de cincuenta metros de ancho desde la orilla mientras que para la otra especie es distinta. Además, proponen un control de la carga de las embarcaciones en el puerto y en la lonja. Un barco de esas características es capaz de coger en un día lo que todos los coquineros de a pie en una semana.
Mientras que los mariscadores que cuentan con licencia, unos 370 para todo el caladero, respetan todos los períodos y cierres, "los ilegales siguen esquilmando el caladero y la situación es cada vez peor". Al margen de éstos, hay unos cien mariscadores con permiso especial para capturar en el interior del Espacio Natural de Doñana que pueden faenar además en el resto de las zonas (en total hay seis).
Esta circunstancia es objeto de controversia y enfrentamiento entre ambos colectivos. El primero reclama que "se debería permitir que todos puedan faenar en Doñana, o bien limitar su actividad sólo a esa zona.
Los mariscadores de Nueva Umbría aseguran que no pueden permitirse un nuevo mes de veda sin cobrar un euros, y algunos de ellos, aunque sigue faenando han dejado de "pagar el sello". Ante toda esta situación, los coquineros han decidido seguir capturando coquina y de no poder hacerlo reclaman que se abone la parada. Éstos siguen aún a la espera de recibir las ayudas que solicitaron por parada por contaminación el pasado año.
El colectivo viene demandando a la Administración que acabe con los agravios comparativos que sufre y que regularice de una vez por todas el marisqueo para salvaguardar el caladero onubense.
Los profesionales de la coquina han trasladado a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural una propuesta que pasa por cerrar el caladero a la captura de la especie durante tres meses para que se pueda regenerar el caladero y que la actividad recupere rentabilidad. Los tres meses se sumarían a los dos de veda, siempre con vigilancia, aunque está solicitud no ha sido atendida por la Junta.
La propuesta, a juicio del sector debería de ir acompañada de una reducción de en torno el 50% en la tara diaria, pasando de los 25 kilos actuales a unos 12.
En cuanto a los ilegales, insisten en que "su control se podría hacer desde la misma orilla, se podrían detectar con vigilancia, lo que ocurre es que no hay; muchas veces los propios mariscadores llaman ante una práctica ilegal y en el 90% de las ocasiones no tiene respuesta".
La faena de los coquineros se confunde estos días, coincidiendo con el buen tiempo, con la recogida de bivalvos por parte de los bañistas, otra actividad ilegal que llevan a cabo sobre todo en verano, cuando proliferan a lo largo del litoral, que los profesionales vienen denunciado periódicamente.
La Junta de Andalucía ha puestos en marcha en varias ocasiones una campaña de concienciación entre los veraneantes para frenar la captura ilegal y masiva de la especie. Sin embargo, la práctica se repite habitualmente, por lo que los profesionales solicitan "contundencia" en la vigilancia del litoral para que los turistas no capturen coquinas en la orilla del mar, una costumbre que el sector asegura se puede apreciar ya esta misma semana.
La ley sólo contempla la captura profesional de estos moluscos, por lo que su recogida sin carné profesional está tipificada como una infracción de carácter grave. Las sanciones oscilan entre los 300 hasta los 60.000 euros.
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