Los psicólogos ven a Medina "sumiso" y "modesto a nivel cultural e intelectual"
Lo describen como una persona poco agresiva
Las manifestaciones de ira en el acusado hace sólo dos semanas son "bajas" y las controla mediante "el acatamiento de las normas"
Los dos psicólogos de la defensa que elaboraron un informe psicológico tras evaluar al acusado del doble crimen de Almonte, Francisco Javier Medina, los pasados días 16 y 17 de septiembre, cuando ya habían transcurrido diez días desde el inicio de la vista oral que se sigue en la Audiencia de Huelva contra él por los asesinatos de Miguel Ángel y María Domínguez, describieron ayer en la sala a su cliente como una persona con una inteligencia "limitada, inferior", con un coeficiente intelectual total de 75 cuando la media se ubica en 100, aunque no descartan completamente que sus capacidades estén levemente mermadas por los psicofármacos que ingiere para hacer frente a la ansiedad y a la ligera depresión que le produce un "sentimiento de castigo, anhedonia, insomnio y pérdida de apetito evidentes".
Para los expertos, si las condiciones en las que vive Medina actualmente variasen -saliera de prisión y no se sometiera al tratamiento médico-, "tendría un nivel intelectual con el que se desenvolvería como cualquiera de nosotros, aunque no sería el superhombre de Nietzsche".
Los peritos José Manuel Rodríguez y María del Pilar Ceballos pusieron de manifiesto, no obstante, que de los tests de personalidad realizados al almonteño se desprende que "su principal característica es la normalidad", algo que ya remarcaron la pasada semana los facultativos del Instituto de Medicina Legal (IML) que examinaron a Medina tras su detención en junio de 2014. "Es una persona sencilla, normal, modesta a nivel cultural e intelectual".
A tenor de los resultados del Listado de Síntomas Breve -con el que se identifican y valoran los síntomas psicológicos y psicosomáticos en adultos-, el procesado tiene niveles muy altos de ansiedad, depresión o alteraciones del sueño, y altos en obsesión-compulsión o en el riesgo y la afectación psicopatológica.
Medina huye del conflicto y "no es en absoluto una persona agresiva". De hecho, a lo largo de las diez horas y media en las que fue analizado por los peritos, no se detectó su irritabilidad. Entienden Rodríguez y Ceballos que es "una persona con mucha paciencia y un alto nivel de tolerancia a la frustración". Tan poco le gusta tener enfrentamientos, afirmaron, que evitó ascender en el trabajo "porque eso podía suponerle enfrentarse a sus compañeros si era el responsable de decir lo que hacían mal".
No es una persona dominante, "más bien todo lo contrario: opta por una actitud dependiente y, en ocasiones, sumisa". Y suele recurrir a su entorno para solucionar los problemas, según el criterio de los peritos.
Los expertos no le han detectado ninguna conducta antisocial ni egocentrismo, aunque sí destacaron que el acusado tiene un elevadísimo concepto de sí mismo. Opta más por acatar las normas de la autoridad que le sean impuestas: "Sería el soldado raso genial, obedecería cualquier tipo de orden", ejemplificaron los dos psicólogos.
Preguntados por el letrado Gustavo Arduán (acusación particular) por si consideran compatible esa destacable sumisión con la infidelidad -mantuvo una relación clandestina y paralela a la de su pareja oficial con Marianela Olmedo, madre y mujer de las víctimas- , explicaron que nada tiene que ver ese rasgo de su personalidad con "los criterios morales".
En cuanto a la gestión que hace de la ira, subrayaron que sus manifestaciones "son bajas" y que, de producirse, "son controladas inmediatamente recurriendo al acatamiento de las normas sociales imperantes", tal y como refieren en el informe sobre el estado psíquico del acusado de los brutales crímenes de Almonte. Inmaculada Torres, la otra letrada de la acusación particular, preguntó que si Medina les había referido el episodio en el que, según varios testigos, zarandeó al padre y abuelo de las víctimas, Antonio Domínguez, en un bar de Almonte poco tiempo antes de los crímenes: "Sí, y nos insistió en la idea de que no hubo reacción de su parte porque podría haber significado que perdería su trabajo".
Francisco Javier Medina mantiene su inocencia. "Está todo el rato preguntándose que por qué a mí", evidenciaron. Y cuando habla de sus circunstancias o de lo que puede afectar a su familia, aparecen los "sollozos frecuentes". Aquí la presidenta del tribunal, la magistrada Carmen Orland, inquirió a los peritos sobre si mostraba la misma respuesta emocional al hablar de las víctimas, a lo que respondieron que "también ha mostrado empatía cuando nos hablaba de Miguel Ángel, porque él lo consideraba su amigo; en el caso de la niña decía que la sentía como suya".
Las acusaciones cuestionaron la fiabilidad de una prueba de parte que se ha presentado in extremis y que no tiene origen en un examen previo del acusado como referencia para su comparativa.
Para hoy queda pendiente la admisión de la lectura de la transcripción de unas conversaciones telefónicas y mañana comenzarán los informes finales.
La defensa plantea un visionado de cámaras
Pareció por un momento que la exhibición -ayer en la sala- de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del supermercado donde trabajaba Francisco Javier Medina iba a desembocar en el descubrimiento estelar de un fotograma clave, en la nítida prueba que mostrara al acusado más allá de las 21:01 de aquel fatídico 27 de abril de 2013, en los minutos vecinos a los de la comisión de los crímenes de la avenida de los Reyes de Almonte. Pero la intención quedó en poco más que eso. No fue posible distinguir si es o no es Medina quien aparece en las imágenes grabadas por las cámaras 6 y 7 a las 21:41 ni si le pertenecen, en efecto, los pies que empujan un carro de la compra o la figura que se ve reflejada en el espejo de una de las columnas de la línea de cajas a las 21:44. Identificarlo aquí es tarea difícil no sólo por la escasa resolución de la imagen y la amplitud del plano, sino porque en dos de las secuencias aparecía un cuerpo sesgado, "unos pies empujando un carro", tal y como remarcó el letrado de la acusación particular Gustavo Arduán. Antes de las 21:01 sí se puede observar cómo el acusado pasaba varias veces por la caja realizando distintos trabajos, incluso sustituyendo a algunas de sus compañeras en las mismas. Lo de después fue poco esclarecedor. La presidenta del tribunal, Carmen Orland, declinó también realizar el visionado de la cámara de la parafarmacia Triana, por estimar de "escaso interés" que a lo largo de 25 minutos no se distinguiera el coche del acusado transitando por la zona.
No hay comentarios