Una profesora onubense difunde vídeos humorísticos con consejos para combatir el aislamiento por el coronavirus
Silvia Vargas es tutora de Educación Infantil en el CEIP San Roque de Villablanca
Los cosiconsejos se han convertido en una pausa necesaria para los onubenses durante la fase de aislamiento decretada con motivo del estado de alarma a raíz de la propagación del coronavirus. Cada tarde, la docente Silvia Vargas se persona en los hogares de forma virtual para emitir consejos válidos para la vida cotidiana, si bien sus vídeos tienen la particularidad de incorporar un tinte humorístico que persigue “amenizar” el confinamiento, tal y como destaca la protagonista.
La espontaneidad inherente al carácter de esta profesora onubense y la capacidad para improvisar divertidos atuendos con material casero son los pilares sobre los que se sostienen unas grabaciones que logran esbozar la sonrisa de muchos onubenses en tiempos “en los que se hace necesario”, resume Vargas.
Si en un principio los vídeos contemplaban la difusión de consejos, la expansión del virus ha traído consigo que la docente también trate remedios caseros y recomendaciones útiles durante la fase de aislamiento. Así, Silvia Vargas ha confeccionado historias que versan sobre la suspensión de las comuniones, la repercusión positiva que tiene el coronavirus sobre la capa de ozono o qué productos son aconsejables para ser aplicados sobre el pelo.
Uno de sus vídeos más apoyados retrata a la profesora onubense como si de un animal se tratase, pues se viste de mascota para “ver si así es posible salir a la calle”. Toda una puesta en escena encomiable para sacar una sonrisa de alguien anónimo que se encuentra al otro lado de la pantalla.
Los cosiconsejos también imprimen su particular tinte humorístico como aquel que trata los fritos. De este modo, ante la amenaza que supone que el aceite salte y llegue a los ojos, antes que cualquier tipo de protección pequeña, están los enormes cascos de moto. Con este material confecciona Silvia su atuendo para freír patatas, pescados o nuggets.
Su naturalidad le llevó a pasar sus primeros vídeos a los contactos más cercanos a través de Whatsapp. El aluvión de críticas positivas recibidas desencadenó la impaciencia de su entorno “por ver un vídeo todos los días, por lo que a veces los hacía hasta con menos ganas”. Sin embargo, el hecho de que sus grabaciones se conciban como “medicina” para seguir adelante llevó a Silvia a buscar un hueco todos los días para la creación del contenido.
La viralidad que alcanzaron sus vídeos trajo consigo la apertura de un canal en Youtube y la de una cuenta de Instagram, pese a que la protagonista asegura “no ser muy hábil con las redes”. En este sentido, la docente destaca que la repercusión “ha sido inesperado”, en tanto que su idea era compartir “los vídeos en petit comité”.
En relación a la difusión de su contenido, Silvia Vargas asegura “exprimir” su cabeza a diario para dotarlos de originalidad y humor con ánimo de “hacer feliz a la gente, una situación que es alucinante”.
Uno de los motivos que respalda el carácter que la docente exhibe en sus vídeos viene dado por su profesión, en tanto que su trabajo “muy dado a trabajar con las emociones”. Silvia Vargas, que es tutora de Educación Infantil de 3 años en el CEIP San Roque de Villablanca, asegura “ser muy payasa” en el aula, por lo que no supone un “esfuerzo” incorporar el tinte humorístico a sus vídeos. Además, le hace especial ilusión que hayan llegado a sus alumnos, quienes manifiestan su felicidad por “ver a su seño”, tomando estas creaciones como “medicina para relativizar el humor”.
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