La producción ecológica sin uso de pesticidas se abre paso en Doñana

Dos empresas de Almonte se posicionan en lo más alto del ranking europeo · Flor de Doñana es la única empresa onubense que tiene el distintivo 'verde' · Los precios superan en un 40% a la fresa tradicional

Empleada de Bionest trabajando.
Empleada de Bionest trabajando.

Huelga decir que la provincia de Huelva es la mayor productora de fresón de Europa, si bien quizás menos conocido es que este liderazgo también es extensible a la producción ecológica, donde dos empresas almonteñas se posicionan en lo más alto de este ranking europeo: Bionest y Flor de Doñana; si bien esta segunda entidad es la única en la que toda su producción puede presumir de lucir este distintivo 'verde'.

Juan María Rodríguez, ingeniero agrónomo y uno de los administradores de la empresa, precisa que Flor de Doñana posee en el paraje de Matalagrana 25 hectáreas de fresas, 3 de frambuesa y 3 de viñedos que sigue a pies juntillas el modelo de antaño donde se prima el respeto al medio ambiente y las técnicas de cultivo sin uso de pesticidas u otros elementos químicos que perviertan los tiempos de la madre naturaleza.

A la hora de hacer balance la empresa ha logrado cerrar una buena campaña gracias a que la climatología ha jugado en favor de los intereses del cultivo. Ya en los primeros meses del año se registraron temperaturas atípicamente altas para esos meses, mientras que las heladas fueron muy benignas en comparación con fechas pasadas. Esta conjunción de factores permitió adelantar la campaña con precios más competitivos, mientras que la saturación de los mercados fue prácticamente inexistente durante toda la primavera.

Sin embargo, a la hora de medir la cuenta de resultados final es preciso analizar las propias singularidades de su mercado. Los precios han seguido la tónica de la fresa convencional, con la salvedad de que su cotización es, por regla general, entre un 40% y un 50% superior, si bien la producción por planta también es mucho menor, en torno a la horquilla porcentual anteriormente citada.

Rodríguez explica que ello va a permitir "cubrir las inversiones" y aumentar para el próximo curso en dos o tres el número hectáreas de fresa, hasta alcanzar las 28 de las 35 con las que cuenta para regadío la finca, ya que no toda esta superficie se encuentra cultivada al aplicar la rotación de cultivos. Esta lectura también se ha hecho extensible a la frambuesa con un precio con menos fluctuaciones y que ha oscilado entre los 12 y los 14 euros.

Más dificultades ha encontrado la entidad en la parcela de la comercialización. El ingeniero almonteño destaca que a principios de año Europa no tiraban de la demanda a consecuencia del frío, mientras que en mayo carecían de fruta para abastecer a los mercados. "Por regla general en el mes primaveral los encargos siempre superan el número de kilos que podemos producir, si bien este año las distancia se ha ampliado significativamente", matiza el empresario.

Este desfase es el que se pretende corregir con el aumento de la superficie cultivada y también con el rendimiento ofrecido por las distintas plantas varietales que consiguen mejorar de forma natural el número de kilos recolectados. Rodríguez enumera los convenios con la Junta de Andalucía y las distintas universidades para estudiar la respuesta de las nuevas variedades a la climatología y suelos del Condado.

Esta apuesta por la Investigación, Desarrollo e Innovación ha llevado a Flor de Doñana a ser incluida en un proyecto piloto promovido por el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE) con el fin disfrutar de las primeras certificaciones de responsabilidad social y laboral. Se trata de una etiqueta que acredite "el cumplimiento en los protocolos de prevención de riesgos laborales, medioambiental y de sanidad, así como que los empleados dispongan de servicios como comedores, aseos o están al día en las cuotas de la Seguridad Social y toda la legislación laboral". Rodríguez adelanta que esta será una norma que se impondrá en toda Europa y que incluso algunas grandes superficies han comenzado a exigir a las empresas con las que operan.

Flor de Doñana llega a emplear a 180 personas durante el grueso de la campaña, de las cuales la mayor parte son del municipio almonteño, formalizándose únicamente en plena campaña 35 contratos en origen en Rumanía, la misma plantilla que hace lustros. Además, nadando a contracorriente, la sociedad mercantil es de las pocas que, a día de hoy, realiza contratos indefinidos. Diez en el pasado mes de abril.

Para Rodríguez, uno de los éxitos de la empresa radica en que gestionamos todo el ciclo de producción, envasado, etiquetado y comercialización. En concreto, cita, "vendemos directamente a nuestro cliente final gracias a nuestras certificaciones a nivel ecológico que nos permiten operar en toda Europa y en Suiza, país este que dispone de una reglamentación diferente". La empresa también se encuentra adherida al Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, de la que forman parte además como miembros de la junta directiva.

Sin embargo, matiza que esta política de distribución no puede ser llevada a efectos por todos, dada la necesidad de tener una dimensión que te permite enviar tu fruta con un precio cerrado, algo a lo que se están sumando algunos empresarios que tienen acuerdos con determinados clientes con los que trabajan en exclusiva y que evitan esa cadena de intermediarios. En este sentido explica que ellos se han podido beneficiar de ser un referente. "Un millón de kilos en producción ecológica te sitúa en la segunda empresa de europa, mientras que esas misma cifra de fresas tradicional eres el 1.000", apostilla el ingeniero.

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