Preocupación entre los especialistas por el consumo de bebidas energéticas en los menores: "Son una bomba para el adolescente"

Los colegios de médicos y farmacéuticos de Huelva aseguran estar preocupados por los efectos en los más jóvenes, que pueden arrastrar problemas de corazón, de presión arterial y de salud mental

Los especialistas advierten del "chute de cafeína y taurina" en un sistema nervioso "todavía sin formar"

Latas de bebidas energéticas.
Latas de bebidas energéticas. / M. G.

Asturias y Galicia aspiran a ser las dos primeras comunidades autónomas que prohíban la venta y el consumo de bebidas energéticas a los menores de 16 años. El objetivo de ambos gobiernos es que sus respectivas leyes en esta materia entren en vigor a finales de este año o a comienzos del próximo, contemplando medidas como la verificación por edad en máquinas expendedoras o la separación de estas bebidas en los comercios, entre otras. El motivo de que ambas comunidades se apresuren a regular el consumo de estas bebidas es el perjuicio que suponen las mismas en los adolescentes, dado que "son una bomba", según resumen a este periódico el vocal de Alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Huelva, José Prieto, y el pediatra y colaborador estrecho del Colegio de Médicos onubense, Eduardo Martínez Bonet.

"Estamos hablando de sustancias que son estimulantes en un sistema nervioso sin terminar de formarse", sostiene el pediatra en relación al consumo de estas bebidas en la adolescencia. En este sentido "-y tal y como establece la Sociedad Española de Pediatría-, estas bebidas cuentan con una exageración de cafeína, como si de dos cafés expreso se tratase; además de otras sustancias estimulantes como la taurina, con más del doble de lo recomendado", explica Martínez Bonet. A ello se añade un alto contenido en azúcares, "que duplica o casi triplica el valor establecido del 5%, lo que aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad".

Sobre la cafeína, el farmacéutico indica que "la evidencia científica dice que el consumo de 1,4 mg de cafeína por kilogramo de peso puede ocasionar insomnio y reducción de la duración del sueño, mientras que si es superior a 3 mg estamos hablando de un incremento notable del riesgo cardiovascular o problemas neurológicos o psíquicos". Y, añade, "estamos hablando de latas que suelen estar entre los 80 y los 160 mg de cafeína, lo equivalente a dos tazas de café".

El consumo de las referidas bebidas está asociado clínicamente a síntomas como "irritabilidad, insomnio, cefalea, patologías metabólicas y cardiovasculares, taquicardias e, incluso, alucinaciones o convulsiones si se mezclan con otras sustancias", señala el facultativo, quien no esconde "la preocupación que tenemos los médicos por los efectos a largo plazo en la salud mental, en el corazón y en la presión arterial".

También describe este mismo impacto físico y metabólico José Prieto, quien insiste en que "supone un chute de excitantes y otro de azúcar", por lo que también enumera otros efectos como los problemas digestivos, la pérdida de masa ósea o comportamientos irritables y nerviosos. A su vez, "presentan un alto riesgo de adicción al ser un excitante o estimulante", advierte el farmacéutico, quien también pone de manifiesto lo común que es que los jóvenes mezclen estas bebidas con alcohol -un 20% de los que las toman así lo hacen según estudios recopilados por el especialista-. O lo que es lo mismo: "un excitante con un depresor del sistema nervioso como es, precisamente, el alcohol". Esto último puede, además, "disminuir la sensación de embriaguez y facilitar así la derivación en coma etílico", complementa el pediatra Martínez Bonet.

Preguntados acerca del porqué de esta proliferación del consumo de bebidas energéticas en este grupo poblacional, ambos lo achacan a que son marcas que aparecen en el escaparate mediático y "a las que los influencers le dan voz", además de "tener relación con las salidas nocturnas y las llegadas a casa a altas horas de la madrugada".

Desde el Colegio de Farmacéuticos de Huelva, a modo de radiografía, rescatan una encuesta que, elaborada por el Ministerio de Sanidad en 2023, refleja que el 47,7% de la población de entre 14 y 18 años declaraba haber consumido alguna bebida energética en los últimos 30 días. "Otros informes de relevancia nacional apuntan a que algo menos del 40% de los niños de entre 12 y 13 años ya las han consumido, así como que las chicas de 14 años que las han probado han pasado del 27,8% al 41,9% en un solo año", pone de manifiesto José Prieto, quien asocia esta tendencia a "las campañas de marketing enfocadas en potenciar los elementos físicos e intelectuales".

Tanto Prieto como Martínez Bonet lamentan la falta de regulación respecto a estas bebidas, al tiempo que celebran que ya sean dos las comunidades que den los primeros pasos para regularlas, "lo que seguro lleva a que el resto vayan por el mismo camino". Igualmente, reafirman su "compromiso y sensibilización" en esta materia, de manera que "los especialistas continuaremos educando en este tipo de consumo a los más jóvenes en nuestros ámbitos de trabajo", finalizan.

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