Huelva

Los policías acusados de falsear un atestado mantienen su inocencia

  • Uno de ellos, el que ha ejercido como instructor, se enfrenta a 5,5 años de prisión

  • El juicio queda visto para sentencia

El lugar donde mantienen los agentes que sucedieron los hechos, en la rotonda de los Bomberos.

El lugar donde mantienen los agentes que sucedieron los hechos, en la rotonda de los Bomberos. / h. información

Los agentes de la Policía Local de Huelva D.M.R. y J.A.G. mantuvieron ayer su inocencia y defendieron la veracidad del atestado en el que narraban cómo un joven onubense al que le había sido retirado el carné de conducir cometía un supuesto delito de conducción temeraria en agosto de 2010, unos hechos que la Fiscalía considera "falsos" y por los que ya el presunto conductor, M. (ahora denunciante), fue juzgado y absuelto. El primero se enfrenta a cinco años y medio de prisión por un delito de falsificación de documento público por funcionario público en concurso con otro de denuncia falsa, además de por falso testimonio en el juicio precedente contra la víctima. Este último delito es el único que se le imputa a su compañero J.A.G., por el que el Ministerio Fiscal solicita la imposición de año y medio de cárcel.

Ambos se sentaron ayer en el banquillo de la sala de vistas de la Sección Primera de la Audiencia de Huelva. D.M.R. explicó que el 13 de agosto de 2010 se dirigía en coche patrulla por la avenida de Andalucía de la capital hacia el centro, con J.A.G. como copiloto, y que cuando se encontraba parado en el semáforo que da acceso a la rotonda de los Bomberos vio, ya dentro de la plaza, a su izquierda, "a M. en moto, con un casco que le dejaba la cara al descubierto".

Al parecer es por la relación de mantuve con una chica con la que él había estado"

Reconoció que lo conocía de un servicio realizado en 2007, "cuando tuve que identificarlo", y que sabía que M. no tenía carné de conducir "porque le fue retirado después de saltarse un control y atropellar a un guardia civil". Sostuvo ayer que cuando estacionó el coche policial en el carril derecho para dar el alto a M. y "pedirle los papeles y el permiso de conducción, vi cómo la moto se metía por la avenida de Andalucía en dirección contraria, por el carril por donde veníamos nosotros". Afirmó que entonces se inició una persecución que terminó en la calle Alanís de la Sierra: "Dejamos de perseguirlo para no poner en peligro a otros usuarios de la vía", relató. Acto seguido, "nos fuimos a Huerto Paco porque por allí se mueve este hombre". Y luego la pareja policial regresó a comisaría.

La fiscal insistió en preguntarle por qué no fue hasta el 14 de octubre de 2010, casi dos meses más tarde, cuando remitió el informe sobre estos supuestos hechos a la autoridad judicial, así como que por qué lo firmó él en solitario o por qué no lo tramitó un agente del grupo de Atestados. D.M.R. zanjó el asunto diciendo que el copiloto y testigo del supuesto incidente, el otro acusado, "no era mi compañero habitual y estuvo de vacaciones en septiembre; como consideré que había pasado mucho tiempo, pedí permiso al inspector de turno y lo envié al juzgado".

Negó además que conociera a M. más allá del ámbito "profesional" y que tenga alguna enemistad con él que le llevara a falsear el atestado policial.

J.A.G., por su parte, dejó claro que los hechos sucedieron como su compañero los había relatado pero que él no pudo identificar en ningún momento al motorista infractor aquel 13 de agosto. "Yo miraba a la derecha y cuando miré ya estaba la moto a unos doce metros de nosotros, fue insuficiente para quedarme con la matrícula".

El denunciante, M., fue el principal testigo en el plenario celebrado ayer, presidido por la magistrada Carmen Orland. Asegura que al principal procesado "lo conozco sólo de vista" y que "era imposible que yo condujera esa moto porque me habían retirado el carné". El juez que lo absolvió por este caso, además, dio credibilidad a su coartada. No estaba donde el policía municipal dice que lo avistó aquella jornada de agosto de 2010. Preguntado por la acusación pública sobre los posibles motivos de la inquina que le tiene el agente, explicó que "al parecer es por la relación que mantuve con una chica con la que él había estado, pero yo nunca he tenido enfrentamientos con él".

También se escuchó el testimonio del exjefe de la Policía Local de Huelva, Miguel Olivares, quien refirió que "no es el procedimiento normal que cualquier agente haga un atestado, pero se puede dar en alguna ocasión si hay una baja repentina, por ejemplo". A ello agregó que aunque "no es lo normal una dilación de dos meses en un atestado, puede suceder".

El caso quedó ayer visto para sentencia. La Fiscalía entiende que el principal acusado redactó el informe "a sabiendas de su falsedad y por razones de enemistad con M., sabedor de que a éste se le había condenado a la privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores, y por motivos espúreos, confeccionó el atestado ".

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