La población de lince en Doñana llega a los 50 ejemplares

La de Sierra Morena aumenta notablemente y permite duplicar la cifra de linces en seis años · La comunidad científica debate en Huelva la conveniencia de comenzar la reintroducción en 2009

La población de lince en Doñana llega a los 50 ejemplares
Raquel Montenegro / Huelva

18 de noviembre 2008 - 01:00

El lince ibérico sigue en peligro crítico de extinción, pero las últimas cifras dan alguna esperanza sobre su supervivencia. En los últimos seis años, en los que se han venido desarrollando diversas actuaciones para la conservación del felino más amenazado del mundo, la población de lince de Andalucía se ha duplicado y la cría en cautividad ha tenido mejores resultados de lo esperado (56 linces forman parte de ella en la actualidad). Tanto es así que la comunidad científica debate en estos días en Huelva el que será el próximo reto para la permanencia del lince en la naturaleza: iniciar la reintroducción de la especie en dos enclaves andaluces en los que su presencia desapareció hace años. Un paso importante para lograr, en un futuro todavía lejano, que el lince recupere parte del territorio perdido desde la década de los 60, cuando campeaba por Castilla-La Mancha, Extremadura o Portugal.

La población de lynx pardinus se extendía entonces por unos 57.800 kilómetros cuadrados y se calculaba (en cifras estimadas a falta de un censo concreto) en 5.000 o 6.000 ejemplares. En la actualidad, Andalucía cuenta con las dos únicas poblaciones que se han considerado viables situadas en Doñana (unos 50 ejemplares) y Sierra Morena (150), a las que se podría sumar la población recientemente encontrada en la provincia de Ciudad Real, que contaría según las investigaciones realizadas con unos 15 ejemplares, entre ellos tres hembras reproductoras.

La diferencia entre cifras es abismal, pero en los números de 2008 hay muchos matices positivos que ayer fueron puestos de relieve en el III Seminario internacional para la conservación del lince ibérico, organizado por la Junta de Andalucía. En el caso de Sierra Morena, el espectacular crecimiento de la población de linces (ha pasado de 60 en 2002 a 150 este año) ha supuesto también que comiencen a verse signos de un acercamiento de las dos poblaciones que existen separadas en la zona: la del río Jándula y la del Yeguas. Además, los especialistas destacan el éxito de la reproducción en la zona: 27 hembras adultas y cuatro subadultas han tenido cachorros este año, 61 en total de los que han sobrevivido 55.

En cuanto a Doñana, el éxito es numéricamente menor, pero se ha logrado alcanzar la cifra de 50 ejemplares en 2008 a pesar de la leucemia que asoló el pasado año la población de linces afectando a once ejemplares, de los cuales nueve murieron. Según destacó ayer el director del programa de conservación in situ, Miguel Ángel Simón, ha subido el número de hembras territoriales (susceptibles de ser reproductoras) y de cachorros, con 19 nuevos linces que han sobrevivido por ahora sobrepasando con mucho la media de doce que se venía registrando en años anteriores.

Al crecimiento y estabilización de la población de lince en libertad se suman los magníficos resultados del programa de conservación ex-situ, la cría en cautividad. En las previsiones iniciales se esperaba contar con 35 linces en el programa para este año pero la realidad ha sobrepasado todas las expectativas: en la actualidad hay 56 linces, muy cerca de la cifra de 60 que se pretendía alcanzar antes de comenzar la reintroducción de la especie en otras zonas. De ahí que en el Seminario que se celebra en la Universidad se vaya a debatir una propuesta concreta: adelantar en un año la reintroducción comenzando en 2009 con la suelta de tres parejas en el entorno del río Guadalmellato (Córdoba).

La reintroducción sería el paso culminante del proceso iniciado hace seis años con el primer programa Life y continuado con un segundo programa que acabará en 2011. Como reiteraron ayer los encargados de los proyectos de conservación del lince, la cría en cautividad tiene como finalidad la reintroducción del lince en el medio natural, y para ella se ha estado trabajando con los propietarios de fincas, cazadores y otros agentes relacionados con la especie.

El plan trazado por la Consejería de Medio Ambiente que se presentará hoy parte de la identificación de unas zonas idóneas para la suelta de los linces, seleccionadas por ser zonas de distribución histórica de la población de lince, por la disponibilidad de recursos y su protección. Las seleccionadas fueron el entorno del río Guadalmellato, el del río Guarrizas (Jaén) y la Sierra de Hornachuelos.

En ellas se plantea como objetivo a largo plazo conseguir la capacidad de carga de 30 hembras territoriales en Guadalmellato y Guarrizas y el establecimiento de 15 hembras en Hornachuelos. Para ello se comenzará por la suelta de tres parejas en Guadalmellato, una suelta blanda por la que primero se las dejará en cercados para su adaptación, para después proceder a la liberación. En el segundo año, se repetirá la suelta de tres parejas en esta zona y se sumarán otras tres en Guarrizas. Más adelante se saltaría a la Sierra de Hornachuelos y en un futuro aún incierto a otros puntos del país e incluso Portugal.

Todavía queda mucho para llegar allí, pero el avance en los últimos años es indudable. Como recordaba ayer el subdirector general de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, Miguel Aymerich, la percepción hubiese sido muy distinta "si hace seis años hubiésemos hablado de reintroducción", con una situación actual de "esperanza". Pese a ello, Miguel Delibes, científico de la Estación Biológica de Doñana y uno de los mayores expertos en la especie, advertía: "Aún no podemos proporcionar garantías de que el lince se va a salvar. Pero necesitamos confiar en ello".

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