"Cuando llego a la plaza ya me esperan, y a mí me gusta darles soluciones"

Es un municipalista convencido, en 1987 ganó pero no gobernó y desde 1991 tiene la mayoría absoluta · Le conocen como el Comandante de Cartaya, y es que tiene soluciones para todo

Juan Antonio Millán en el balcón del Ayuntamiento, dice que se encuentra feliz en su pueblo atendiendo a sus necesidades.
Juan Antonio Millán en el balcón del Ayuntamiento, dice que se encuentra feliz en su pueblo atendiendo a sus necesidades.

28 de septiembre 2008 - 01:00

Juan Antonio Millán nació en Cartaya en 1940, su padre era de Lepe y su madre de Cartaya, es lo que él llama un mixto, lo que ahora se repite con su hija Rocío que esta casada con un lepero, Antonio, y "mi nieta Paloma es mixta, eso me enseñó desde niño a amar a estos dos pueblos". Lo mismo que a Higuera de la Sierra, a donde con tan sólo unos meses de vida se traslada su familia, su padre era farmacéutico y aquí está hasta los 11 años, luego será Aljaraque. Su vida se vinculará a partir de ahí a lo que van marcando sus estudios, primero en Huelva, en el colegio San Casiano y el instituto, donde está hasta el Preu, y en Sevilla hace el selectivo y es en Madrid donde ingresa en la Escuela de Ingenieros Industriales, pero no concluye los estudios porque en 1964 le expedientaron. Tiempo en el que conoce al profesor Tierno Galván, Aranguren y García Calvo, ahora prefiere estudiar aquellas asignaturas que más le gusta, Derecho con Tierno Galván, o Estructura Económica con Ramón Tamames. Desde entonces dice que sigue siendo un estudiante, quiere estar informado de todo.

Millán tiene unos recuerdos magníficos de aquella "infancia trasparente" en Higuera de la Sierra, cada vez que vuelve le gusta quedarse, "sus casas, su ambiente... tengo un espíritu serrano que he mantenido siempre". De Aljaraque son los recuerdos de la adolescencia, de los primeros amores, de las travesuras y también de los primeros contactos con la vida política. De aquellos años conserva su espíritu contestatario, permanentemente autocrítico. Un crítico constructivo, siempre en contra de cualquier actitud reaccionaria. Recuerda que fue detenido en la comisaría de la calle san José de Huelva aún siendo menor de edad porque no estuvo de acuerdo con la actitud desmesurada de un policía, había perdido el carné y tenía problemas para pernoctar en el hotel.

Mantiene un compromiso político permanente desde los sesenta, los primeros contactos son en la Federación Universitaria Democrática Española en Madrid, desde entonces ha estado siempre a favor de los más débiles. En cualquier cuestión de la vida se alinea con la parte más débil, por eso en la transición española coincide en Madrid con el teólogo Enrique Miret Magdalena, con Luis Darroque y "estudiamos el proceso de transición a raíz de la disolución del sindicato único, donde los trabajadores tenían claro que unos irían a UGT y otros a CC OO, pero no los empresarios; desde los funcionarios del Sindicato Vertical empezaron a crear asociaciones para garantizar su continuidad de trabajo, pero a su medida ideológica". Debatió mucho en aquella época con Agustín Rodríguez Sahagún, fundador de la CEPYME, Juan Antonio Millán fue fundador con Enrique Miret, de la Confederación General de la Pequeña Empresa COPYME. Entendía que la pequeña y mediana empresa y el autónomo, lo que es hoy la economía social, no podían estar en el mismo marco que la gran empresa, la multinacional, era la época en la que defendía que los grandes almacenes no podían estar en la misma asociación que el pequeño comercio. Con ese espíritu, en 1977, participa en la constitución de la Federación Nacional de Asociaciones de Transportes, Fenadismer, de la que fue nombrado secretario general, hoy está jubilado, sigue con cargo honorífico y por su conocimiento en el sector se le reconoce como consultor y asesor. En 1985 crea la Unión de Cooperativas de Transportes y promueve el Consejo de Fomento de la Economía Social y la Confederación Empresarial Española de la Economía Social, y se marca un camino diferenciado de la CEOE. "Nunca he estado de acuerdo con sus principios, me he seguido manteniendo en otra línea de actuación".

En Madrid vivía desde 1961, se casó con una cartayera, Consuelo Mora, pero "mi hijo Alejandro se queda tetrapléjico por un accidente, eso me hizo reflexionar y buscando su mejor calidad recogimos toda la familia y nos vinimos a mi pueblo, a Cartaya; vivimos aquí desde entonces y soy un ciudadano feliz porque vivo donde quiero vivir, que es en mi pueblo". Durante años ha acudido semanalmente a Madrid ahora va menos, le gusta "seguir manteniendo el hilo conductor con la capital del reino, donde está el gobierno de España y se toman las grandes decisiones, porque siempre he dicho que hay que estar cerca de donde se toman las grandes decisiones, esa es la mejor forma de influir hacia lo local".

Es un municipalista convencido, se presenta en 1987 a las primeras elecciones, gana por mayoría simple, pero opta voluntariamente por quedarse en la oposición, no quería gobernar en coalición, y es que "se vota desde el voto que te dan, no haces tu política, es la de la minoría, que tiene menos responsabilidad porque tienen menos votos y lo venden muy caro, yo no soy hombre que compre nada, quiero conseguir las cosas por convicción, negociación o por la fuerza de la razón, nunca he comprando nada". En 1991 gana por mayoría absoluta y así año tras año hasta hoy, hace dos legislatura llega a tener el 74%, el alcalde con mayor proporción de votos de España.

Además de alcalde es una persona con muchos cargos, asegura que no cobra de ninguno, "no acumulo cargos para cobrar más, sino para trabajar más y para cumplir mis compromisos políticos, sociales y humanos". Su problema es que le gusta dar alternativas, ir a las reuniones no sólo a analizar problemas y quedarse ahí, le gusta ir "con el tema estudiado, con una solución redactada y el que hace eso al final le encargan el trabajo". Es, por eso, por lo que a Juan Antonio Millán le conocen cariñosamente como el Comandante de Cartaya, es un apelativo que se lo puso su compañero de partido Domingo Prieto, siendo alcalde de Trigueros, que en una reunión en Beas después de debatido el tema dijo que a quién mejor para encomendarle el trabajo que al comandante.

En su visión emprendedora y de busca de salidas para la economía de su pueblo, en 1983 emprendió una gran empresa, vio que había buenas tierras, buen microclima, abundancia de agua, pero que a pesar de la presa y el canal del Piedras no se podía aprovechar para la agricultura. Así que asumió el compromiso político con los agricultores. Hoy es una realidad la agricultura intensiva. Lidera entidades como la Comunidad de Regantes Chanza y Piedra, Comisión de Regantes Sur Andévalo y Pedro Arco.

Hoy Juan Antonio Millán se siente querido y respetado no sólo por los compañeros de partidos sino también por los de los otros partidos. En la alcaldía está durante los 365 días del año, sábados y domingos, Navidad y Fin de año, "no gano ni una peseta, pero el pueblo quiere con locura a mi hijo Alejandro y con ese afecto me siento pagado". Llega sobre las siete de la mañana a la plaza del Ayuntamiento y antes de tomar café ya está viendo a los que le espera por algún problema, a él le gusta "escuchar y buscar soluciones" y fomentar la queja de grupo no para formar algarabía sino para encontrar soluciones.

"En este tiempo de alcalde sólo me han hecho una manifestación, llevaban pitos y baje a la plaza, al final me aplaudieron, venían con los niños desde El Rompido y les dije que la próxima vez no los trajeran a Cartaya, que el alcalde iba a El Rompido a escucharlos".

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