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Una playa de particular nombre

  • Escondida en un paraje natural, su nomenclatura llama la atención de quienes la visitan por primera vez

Ubicada próxima al poblado forestal de Mazagón, entre el Parador Nacional de este enclave y el Camping Doñana, la playa de Rompeculos guarda una serie de sorpresas para los auténticos amantes de la naturaleza en su estado más primitivo.

Para llegar a este singular rincón, en el corazón del Parque Natural de Doñana, el visitante puede acceder desde Huelva o Sevilla por la A-494. A pie de carretera, tras atravesar el carril bici que une los núcleos costeros de Mazagón con Matalascañas, existe un gran aparcamiento, de pago. Desde aquí, a través de una gran pasarela de madera, rodeada de una vegetación de zarzas y romero, con grandes y esbeltos pinares, se baja hasta llegar, por fin, al litoral atlántico.

Esta playa se sitúa en el corazón del Parque Natural de Doñana, próxima a Mazagón

Desde los acantilados cercanos se puede otear el océano en toda su plenitud, así como los barcos pesqueros, el espigón de Huelva, la centenaria Torre del Oro o las localidades costeras próximas, además de una gran perspectiva de las pocas personas que caminan por la orilla.

Una de las cosas que más llama la atención a quien visita esta playa por primera vez es su particular nombre, que no es actual. Parece ser que su origen se remonta, probablemente, al siglo XIX, por un canal de agua -quizá un arroyo- que se hizo presente entre los acantilados. Pronunciar su nombre, Rompeculos, hoy en día, supone aún risas y caras de escepticismo, al no conocer la historia de esta zona de la costa oriental de Huelva.

Sin lugar a dudas, es una de las playas onubenses que tiene mayor fama por su carácter nudista, especialmente en los flancos izquierdo y derecho, aunque la mayoría de los que acuden a esta zona lo hacen vestidos con calzonas, bikinis y bañadores. En cualquier caso, nudistas y no nudistas conviven de forma armónica en este espacio natural.

La bravura de sus aguas y unas arenas finas y doradas, con mucha limpieza, son algunas de las razones para visitar esta playa. Pero quizá el mejor motivo sea la poca afluencia de turistas y veraneantes, pues precisamente no es una playa masificada al estar alejada de urbanizaciones.

En cuanto a servicios, esta playa prácticamente virgen no cuenta con duchas, socorristas o puestos de sombrillas y hamacas. Igualmente, tampoco dispone de bares o chiringuitos de ningún tipo. Son las propias familias que acuden a este enclave las que llevan su propia comida para pasar la jornada, pues está prohibida la acampada en la playa. Los establecimientos más cercanos para este verano, tanto de restauración como de hostelería, se encuentran a algunos kilómetros de distancia, en la playa del Parador de Mazagón.

Por otro lado, la playa de Rompeculos es un escenario perfecto para ver las estrellas en las largas noches de verano. Es por ello que durante estos meses se realizan visitas nocturnas, a partir del atardecer, para poder apreciar una de las imágenes más bellas que ofrece esta zona, al no haber luminosidad cercana que impida la visión de los astros. Realmente merece la pena perderse en este universo.

Los atardeceres en esta zona del litoral son espectaculares.

Una visión de esta playa, entre acantilados.

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