sociedad | censo de mascotas en la provincia onubense

Más de perrosque de gatos

  • Huelva cuenta con 164.211 animales de compañía, de los que los canes representan el 97,1%

  • Los felinos registrados el año pasado fueron el 18% del censo total

  • La colocación del chip y la vacunación son obligatorias

Los perros le ganan la partida a los gatos. Son la mascota favorita de los onubenses y, de hecho, arrasan en la estadística: el 97,1% de los animales registrados en los hogares de la provincia son canes (159.435). Los felinos, un 2,2% en Huelva (3.683), quedan relegados en su protagonismo pese a reinar en las redes sociales, en su faceta más vanidosa que tanto enorgullece a sus dueños.

Este reparto de fuerzas es el que, al menos, reflejan los datos de la Administración, en este caso de la Consejería de Justicia e Interior. La realidad, sin embargo, parece otra. Hay muchas más mascotas domésticas que las 164.211 que recoge la Junta de Andalucía para la provincia de Huelva en 2016. No todos los propietarios optan por su registro oficial, por colocarles el microchip que les identifica de por vida, con la consiguiente responsabilidad adquirida. Sobre todo ocurre en el caso de los gatos; de ahí la explicación a esa notable descompensación de peso entre las dos mascotas más populares en los hogares occidentales.

"Todavía se mantiene la mentalidad de que no es necesario ponerle el microchip a un gato porque nunca sale de casa", cuenta la veterinaria Ana Vergel, del equipo del centro Fauna, en la capital, que se aventura a calcular que no hay censados más de un 30% de los gatos domésticos existentes en Huelva. Esa creencia de los propietarios les lleva posteriormente a lamentarlo, cuando se les escapa en un descuido por la puerta o de un salto por el balcón. Si alguien lo recupera, es la forma más segura de comprobar su procedencia, o de acreditar su propiedad para reclamarlo ante cualquiera.

Más que eso, Ana Vergel recuerda que es una obligación que marca la ley para perros, gatos y hurones, las tres especies que dominan entre las mascotas domésticas. Todos ellos, bajo la tutela de una persona, deben pasar a formar parte de un registro público, que en el caso de Andalucía es el llamado RAIA (Registro Andaluz de Identificación Animal), gestionado por la Consejería de Justicia e Interior, e integrado en la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (Reiac). Las inscripciones se realizan en las clínicas veterinarias, por profesionales colegiados, junto a la colocación de un microchip que contiene toda la información de la mascota: sus datos biológicos, control de vacunas y enfermedades, y, muy importante, los datos de su propietario, indispensables para vincular a una persona los derechos y responsabilidades del animal.

Junto al trámite administrativo, otro paso tan fundamental e imprescindible: la vacunación de la rabia, obligatoria también para perros, gatos y hurones, y sólo accesible si se cuenta con chip. Una garantía para la convivencia en entornos urbanos sin riesgo de transmisión de una grave enfermedad.

Todo aquel que adopte o compre una mascota debe proceder a su registro, que no es más que un servicio público con el que se pretende potenciar el control de los animales de compañía para mejorar la protección, convivencia y seguridad, tanto de las personas como de las propias mascotas.

Aún así, la responsabilidad de su registro es cosa de los dueños, que son quienes deben costear el proceso, que ronda los 40 euros, más unos 20 euros la vacuna antirrábica, de obligada renovación anual. Ese precio, pese al gasto que la mayoría de propietarios soporta cada año incluso en accesorios superfluos, es considerado elevado por algunos, reacios al desembolso, quizá más como gesto de rebeldía ante la obligación legal. La veterinaria de Fauna lo confirma: "Hay quien se gasta 700 euros en un perro y luego cree que pagar 40 es un abuso, cuando se trata de algo que es para toda la vida del animal, o elude la responsabilidad de vacunarlo cada año contra la rabia por no pagar 21 euros".

En ello va mucho la educación y la información. La necesaria asunción de las obligaciones aparejadas a la entrada de una mascota en casa. "Muchas veces quien compra no sabe lo que se lleva y lo que acarrea. Algunas razas elegidas conllevan muchos problemas que requieren de muchos cuidados, mucha atención veterinaria y muchos gastos. No saben que hay gastos fijos en revisiones y vacunas, y que éstas necesitan de recordatorios para que sean eficaces. No manejan suficiente información". En ese sentido, asegura Vergel, por norma general "hay más concienciación entre quienes adoptan".

Durante el año pasado, según datos del RAIA facilitados por la Consejería a este periódico, el número de mascotas en Huelva aumentó en 9.452, tras registrarse el alta de 13.360 y certificar la baja de otros 3.908. Entre las altas, 12.672 perros, el 94,8% del total, más 663 gatos, el 4,96%.

También se registraron 16 hurones y 9 ejemplares de otras especies. En total, un censo de 164.211 mascotas, por un incremento del 8,5% respecto a 2015.

Pese a la diferencia entre perros y gatos, superior a los 12.000 ejemplares, se observa cómo la tendencia es otra. Sólo en 2016 se tramitó el 18,0% del censo actual de gatos en la provincia, para alcanzar la cifra de 3.683. "Ya la gente va cambiando y comprende que es necesario su registro. Hay más responsabilidad general que hace unos años, cuando la gente era más reacia a ponerle el chip a su perro porque lo veían como una manera de marcarlo. Se ha trabajado mucho para convencer de que hay que identificarlo por el bien de la mascota y sus dueños".

Uno de los beneficios viene de la facilidad para su identificación en caso de pérdida o robo. La estadística de Justicia e Interior, de hecho, refleja que el año pasado se registró la pérdida de 507 animales de compañía, y que al mismo tiempo se encontraron 275 que se habían extraviado. Una simple lectura del chip colocado en el cuello, en una clínica veterinaria, en la perrera o por agentes de la Policía Local o del Seprona, puede sacar de la calle a un perro o un gato al que esté buscando su dueño de forma más directa y efectiva que un cartel fotocopiado pegado en una farola.

Aunque también la falta de censo, la detección de anomalías en el registro o la falta de vacunación pueden ser objeto de multas por las autoridades. De las 152 inspecciones relacionadas con el cumplimiento de la normativa sobre animales de compañía realizadas en Huelva el año pasado, 110 se saldaron con la incoación de expedientes sancionadores en este sentido.

La Administración insiste: "La inscripción en este registro constituye una obligación de los propietarios que permite establecer programas sanitarios preventivos o de urgencia ante enfermedades transmisibles al ser humano o a otros animales, su recuperación en caso de pérdida o robo, o intervención por maltrato". Es responsabilidad de todos por favorecer la plena integración en convivencia.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios