Tras los pasos del baile latino

El número de seguidores del baile latino se amplía en Huelva. Todos sucumben a su variedad de ritmos así como a los efectos beneficiosos que su práctica aporta al ser humano. El programa municipal Cultura en los Barrios lo contempla desde hace varios años en su oferta formativa y son numerosos los onubenses inscritos en estos cursos.

"Hay mucha demanda", apunta Begoña Rodríguez, monitora de Baile latino, que señala que "se hace ejercicio físico y se aprende a bailar", a lo que añade el fomento de las relaciones sociales. Todo ello "desemboca en un ambiente sano, el baile es salud". Rodríguez indica que "se crean grupos que luego se meten en el ambiente de la salsa e incluso llegan a formarse parejas, pero más que nada hay amistad".

El objetivo de estas clases de baile latino no es otro que proporcionar bienestar físico y emocional, "vienen a descargar tensiones, a desconectar de la vida diaria y a aprender a bailar", en cierto modo, a romper la rutina diaria.

Seis son las asociaciones de vecinos y centros sociales donde esta monitora imparte sus clases (Mora Claros, La Merced, Las Palmeras, Los Rosales, La Morana y Amapolas). Las jornadas matutinas están dirigidas fundamentalmente a las mujeres. Las vespertinas, a las parejas. Hay alumnos de todas las edades. "Son cursos progresivos, se imparten ritmos diferentes".

El método es siempre el mismo: Se comienza con uno o dos ritmos. "En un curso se pueden llegar a aprender a bailar cuatro ritmos bien, prefiero enseñarles poco, pero bien. Empiezan poco a poco, con fundamento y base".

El curso se inicia con los conceptos fundamentales de la danza clásica (postura, técnica y metodología) y posteriormente se entra en el ritmo en sí y se empieza con los pasos básicos de forma individual ante el espejo, luego se aplica a la pareja y al final se aborda el estilo, "es lo que los alumnos quieren conseguir, quieren tener elegancia, estilo y gracia".

Los ritmos que más solicitan son salsa, cha cha cha, y bachata, aunque es el tango "el que más llama la atención". El tiempo de aprendizaje depende de las cualidades y aptitudes de cada uno de los alumnos, "yo voy aplicando mi didáctica, el ritmo lo marca el profesor según las cualidades de cada uno. A los que van evolucionando más le doy más trabajo".

Rodríguez, que lleva trece años enseñando baile latino, explica que es fundamental que lo aprendido en clase se practique luego ya sea en sus respectivas casas o en los locales de baile latino, "ahora si hay locales en Huelva". Subraya que el 50% lo aportan las clase y el otro 50%, la práctica, "los que practican progresan. Se nota cual es el alumno que no practica porque no evoluciona aunque tenga cualidades para el baile".

María del Carmen González, una de las alumnas del curso que imparte en el centro social La Morana, ha conseguido sobrellevar una mala etapa personal con el baile, "me gusta mucho, estoy muy contenta, lo pasamos muy bien, nos reímos mucho y nos equivocamos mucho también". Es el segundo año que acude al curso y anuncia que seguirá haciéndole en años posteriores.

Una de sus compañeras, Toñi Vázquez, destaca que "sales de al rutina, te evades de todo". Subraya que las semanas que el centro social ha permanecido cerrado debido a las filtraciones de agua, "estábamos al revés, en cuanto me enteré de que se habían retomado las clases, ya volví al curso".

Comenta que "aprendes a bailar, por lo menos lo intentamos, algunas no damos más de sí. Si tuviera que ir a Mira quién baila no iría". A María del Carmen Santos, el curso de baile latino le ha ayudado a integrarse en la sociedad onubense. Santos es gallega, "estoy feliz, me he integrado muy bien". Explica que siempre le ha gustado el baile pero "a mí pareja no". Ahora el programa Cultura en los Barrios le ha dado la oportunidad de aprender a bailar, "me ha venido muy bien".