"Hay partes de 'Dublineses' que mi padre se las sabe de memoria"
Los invisibles
Hija del catedrático de Bioquímica Losada Villasante, es una autoridad en estudios irlandeses. La estela de los O'Callagham, el segundo apellido de su madre. Viaja con Defoe, Dickens y Joyce de Huelva a Cádiz
EN sus clases de Huelva usó Dublineses en los comentarios de texto. Así entra María Losada Friend (Madrid, 1965) en el mundo de Joyce y en el bloomsday que se celebra desde aquel 16 de junio de 1904.
-¿Conoció a Severo Ochoa, de quien su padre fue amigo, colaborador y discípulo?
-Vino a casa una vez. Muy simpático. Yo me preparaba para los exámenes de selectividad y estaba más pendiente de lo mío.
-Un Nobel en su casa. Como Rafa Nadal, pero en Medicina...
-Mi padre ha visto todos los partidos de Nadal en Roland Garros.
-¿También le transmitió la afición a los idiomas?
-Aunque se formó en Alemania y después trabajó en Berkeley, es de Carmona hasta la médula. Pero sí insistió en lo de los idiomas.
-¿Por qué nace en Madrid?
-Allí se conocen mis padres. Mi madre trabajaba en el CSIC haciendo experimentos con ratas.
-¿Cuál es su Berkeley particular?
-En quinto de Filología Inglesa, conseguí una beca para hacer un máster de Literatura Comparada en Carolina del Norte, en Chapelle Hill. Allí conocí a Robert Davis, experto en Lenguas Romances, que me convenció para que me fuera a la Universidad de Eugene, en Oregón. Una experiencia interesantísima, pero llovía mucho. Volví a España después de cinco años y medio.
-¿Cómo descubre a Joyce?
-Elegí la etapa más fácil, si se puede decir así, la más naturalista y convencional de Joyce, la de Dublineses, para los comentarios de texto en mis clases de la Universidad de Huelva. Di el salto a lo experimental, organicé un seminario sobre el Ulises y sorprendentemente los alumnos se matricularon y les gustó.
-¿Descubre antes a Joyce que a su traductor, García Tortosa?
-Me dio clase en tercero de carrera, es un visionario que nos descubrió a Harold Pinter o Salman Rushdie. Y dirigió mi tesis doctoral sobre Oliver Goldsmith, un irlandés autor de El ciudadano del mundo, crónica satírica de la visión de un chino que llega a Londres en el siglo XVIII. Como las Cartas marruecas de Cadalso.
-¿Al catedrático de Bioquímica le gusta Joyce?
-Mi padre ha leído y citado varias veces Dublineses. Hay partes que se las sabe de memoria. Y le gusta mucho la película que John Huston hizo sobre Los muertos.
-¿Ha estado en Dublín?
-He ido tres veces a Irlanda. Una de ellas, para visitar en Gallway la casa abandonada de Nora Barnacle, la mujer de Joyce. El cisne salvaje, como él la llamaba.
-¿Qué tiene usted de británica?
-Los apellidos de mi madre, Antonia Friend O'Callagham. Su bisabuelo, Charles Arthur Friend, vino de Londres para dirigir la compañía de aguas de Sevilla y se enamoró de una sevillana, Carmen Álvarez de Toledo. El O'Callagham es de los irlandeses que salieron huyendo de Cronwell.
-¿Nadie siguió la estela científica de Losada Villasante?
-Sólo Patricia, la mayor, que hizo Químicas. Ella también nació en Madrid. En Sevilla nacieron Nieves, que hizo Historia del Arte, y Manolo, ingeniero industrial, que después de una etapa en Estocolmo ahora trabaja en Denver.
-De Bloom a Colón. ¿Qué descubrió en Huelva?
-Una asignatura nueva que estudia la literatura inglesa desde los Victorianos hasta el siglo XX. También hago un máster en Huelva y Cádiz en el que comparto con los alumnos cómo se reescribe Dickens, por ejemplo, qué huellas hay de Cuento de Navidad en Wasington Irving o las adaptaciones cinematográficas.
-¿Qué le ha enseñado la ciencia?
-A no encorsetarme en una disciplina. Con las historiadoras María Luisa Candau e Isabel Arenas estoy haciendo un curso de literatura comparada cotejando la historia real y la imaginada.
-¿Con cuál se queda?
-Lo ideal es combinarlas las dos.
-¿Molly Bloom era mucha mujer?
-No conocí a mis abuelos, pero sí a mis dos abuelas, Nieves y Antonia, sus vicisitudes. Mi abuela paterna se quedó viuda muy pronto con nueve niños. No tuvieron una vida fácil, igual que Molly Bloom. A mí y a mi familia nos han dado mucho esas mujeres, esa capacidad de esfuerzo que tanto nos hace falta en este tiempo.
-¿Tiene alma irlandesa?
-Como no sea en esa cosa un poco freudiana de que me gusta podar. Es la idea del jardín inglés que siempre han cultivado mis padres. Me gusta podar los rosales en Carmona. Mi madre se pasa las horas quitando malas hierbas.
-¿Cómo hay que acercarse a Joyce?
-Con humildad, osadía y mucha curiosidad.
-¿Hay remedios literarios contra la crisis?
-Las últimas jornadas de la Asociación Española de Estudios Irlandeses se han dedicado a Palabras de crisis, crisis de palabras. Está en crisis la autobiografía.
-¿Conoció el pabellón de Irlanda de la Expo?
-Estaba en Estados Unidos.
-¿Se perdió la taberna del irlandés que recreó Denis Rafter?
-No me gusta la cerveza. La Guinness la he probado una vez en mi vida. Mi padre adora la cerveza negra y siempre ha defendido como científico esa bebida como uno de los elementos esenciales de una dieta equilibrada.
-¿Nunca la presionó para que fuera bioquímica?
-Me enteré del currículum de mi padre un día que estaba quitando el polvo de su despacho. Y era un currículum reducido. Hasta entonces no me había dado cuenta de lo importante que era mi padre. Porque nunca ha presumido. Sigue siendo muy de Carmona.
4 Comentarios