Huelva

La pandemia que dio el salto de los libros de ciencia ficción

  • Desde la incredulidad inicial a una nueva realidad, Sergio García y sus compañeros de la librería Dorian han salido adelante en tiempos de Covid-19

Uno de los socios de la librería Dorian, Segio García, posa entre los estantes de su establecimiento, abierto de nuevo al público hace unas semanas.

Uno de los socios de la librería Dorian, Segio García, posa entre los estantes de su establecimiento, abierto de nuevo al público hace unas semanas. / Alberto Domínguez

Esto de los virus letales y las pandemias no era nada extraño para Sergio. Lector voraz de ciencia ficción y de todos los submundos del género, al principio le parecía que todas las noticias que llegaban del coronavirus se habían escapado de alguno de esos libros que lee hace años. Demasiado familiar como para que pudiera ser real. Y esa incredulidad de los primeros días, digerida con un poco de humor, mutó en asunción de la nueva realidad y adaptación al medio. “Somos muy científicos y sabíamos que esto no iba a ser cosa de quince días. Había que prepararse para lo que nos venía”.

Sergio García es uno de los cuatro propietarios de la librería Dorian, en la céntrica calle Arquitecto Pérez Carasa de Huelva. Son dos matrimonios bien avenidos, complementados perfectamente, que se plantearon este proyecto como medio y modo de vida, conjugando la experiencia de dos de ellos y su pasión por los libros, convertidos en negocio tradicional en continua evolución con los nuevos tiempos. Como este nuevo contexto en el que ha adentrado al mundo entero la pandemia del Covid-19.

“Bueno, estoy muy decepcionado porque no hay zombis”, bromea sacando este punto de frikismo del que presume. Al principio, recuerda, su compañero Willy Barrera y él tuvieron que tirar de humor absurdo para afrontar la situación. “Era nuestra arma, un sistema de defensa”. Porque no había recetas para hacer frente a una pandemia de este tipo. “A todo el mundo le cogió sin preparación”.

El cierre de la tienda fue obligado, como ocurrió con todo el comercio no esencial. Y en la primera semana de confinamiento comenzaron a reinventarse: “Encargamos una web propia que no teníamos y empezamos a vender enseguida a través de internet”.

Cuenta Sergio que la experiencia no ha sido mala. Las ventas crecieron de la nada, no sólo en Huelva, también en toda España. Y su presencia en redes la incrementaron con reseñas en Facebook o directos en Instagram que han tenido una gran acogida. “Queríamos que la gente no se olvidara de nosotros”. Y lo hicieron desde casa, compaginándolo con el cuidado de los peques, también enganchados al teletrabajo que se ha convertido en herramienta común para todos, “sacando al fenicio que llevamos dentro para negociar con los proveedores, a los que les estamos muy agradecidos”, sin dejar de ir por la librería de vez en cuando para limpiar y mantener todo en orden.

“Hemos tenido clientes nuestros que nos escribían a través de las redes o nos hacían pedidos en la nueva web. También nuevos clientes que reclamaban juegos de mesa o productos de papelería, para los que tenemos un apartado propio en el portal”, explica Sergio. “Lectores habituales acudían a nosotros y nos contaban que habían agotado sus reservas. Necesitaban más. Y nos han agradecido que estuviéramos ahí”.

Con la apertura de la tienda al público, Sergio cuida la presentación en las estanterías. Con la apertura de la tienda al público, Sergio cuida la presentación en las estanterías.

Con la apertura de la tienda al público, Sergio cuida la presentación en las estanterías. / Alberto Domínguez

Pero no, no ha habido un repunte en el consumo de literatura apocalíptica y pandémica, más allá de la que el propio Sergio, “por casualidad”, ha leído estos meses. Nada que escape a las tendencias de siempre, a las novedades y las referencias más vendidas, como esa autobiografía de Woody Allen que tienen ahora en lo más alto del escalafón de ventas.

Otra cosa es lo que está por venir. Lo que está ya aquí, incluso, con la que se podría bautizar literatura del confinamiento. “Ya han empezado a llegar libros de consejos para afrontar una pandemia, monografías completas sobre la gripe española o de cómo las moscas y mosquitos transmiten enfermedades virales”.

Reencuentros felices

Por lo pronto, Sergio García está disfrutando con los reencuentros diarios, ya en la librería, con esos lectores clientes-amigos, con los que hay una relación especial, con esa conexión que sólo permite un establecimiento de estas características, romántica versión del comercio de proximidad. Y, claro, con todas las precauciones, con mascarillas, guantes y geles, incorporados al mobiliario de la entrada con naturalidad. Con la complicidad de una clientela concienciada y disciplinada, guardando las formas y respetando las nuevas normas de convivencia que permiten a los codos abrazar.

A primeros de mayo se quedaron sin celebrar el Día de la Fuerza con todos los seguidores de la saga Star Wars. Tampoco podrán hacer lo propio con Harry Potter y su Noche de Hogwarts. Ni será posible, en principio, volver a las lecturas infantiles de los viernes. Mandan las circunstancias del momento aunque no se arrugan.

“A lo mejor somos tontos optimistas pero no podemos quejarnos de cómo nos ha ido”. Pero el optimismo y las buenas noticias son bienvenidos ahora más que nunca.

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