Ola de calor en Huelva: Sobrevivir en medio de la canícula

Mucha agua, sombrero y buscar la sombra son los recursos para los que trabajan soportando altas temperaturas

Trabajos al sol: Las imágenes de otra cara del verano en Huelva

Aviso naranja en la provincia por temperaturas extremas

José Manuel riega un tramo de Fernando el Católico antes de que se vierta el hormigón.
José Manuel riega un tramo de Fernando el Católico antes de que se vierta el hormigón. / Rafa Del Barrio
Eva Sánchez Moreno

Huelva, 20 de julio 2022 - 16:49

"El verano es para los ricos", es lo que dice Pepe, que junto a sus compañeros Justo, Juan Luis y Ventura trabaja en la instalación de fibra óptica en los alrededores de la Palmera, en la capital onubense. Son aproximadamente las 11:30 de la mañana de un miércoles 20 de julio y el termómetro está en plena escalada. Huelva, provincia turística con kilómetros y kilómetros de costa y un bello interior llenos de oriundos y foráneos disfrutando de sus merecidas vacaciones. Pero hay otra cara, la de los que deben permanecer en la ciudad trabajando y al sol, que beben litros y litros de agua, donde lo que se desliza por toboganes es hormigón para las obras en marcha, las sombrillas quedan lejos y se preparan las instalaciones para las inminentes fiestas que disfrutará la ciudad.

En el recinto colombino, Miguel Ángel, cordobés, orienta a su compañero que está en la grúa para terminar de montar la portada para las Fiestas Colombinas. Ropa de faena complementada con arneses y su casco. Entre este y su cabeza, una felpa "que tengo que escurrir cuatro o cinco veces en la mañana". Se empapa, no hay sombra que valga, así que caen otros "cuatro o cinco litros de agua". No procede de un lugar fresco en verano y aun así, asegura que "aquí en Huelva el calor es más húmedo, lo llevo peor porque no estoy acostumbrado".

Miguel Ángel ayuda en plena colocación del tejado de la portada en el recinto colombino.
Miguel Ángel ayuda en plena colocación del tejado de la portada en el recinto colombino. / Rafa del Barrio

La actividad no cesa porque todo debe estar listo en su fecha "sí o sí, como los entierros", dice Fernando, que dirige a su cuadrilla en una de las casetas. Están rodeados de sacas y en plena instalación de los suelos para la cocina, "una novedad de este año", explica. Tienen turnos de mañana y también de noche porque "por la tarde no hay quien trabaje". Con este calor, sobre todo, "mucha agua, pero cada año es peor".

Los obreros beben litros y litros de agua para sobrellevar el calor.
Los obreros beben litros y litros de agua para sobrellevar el calor. / Rafa del Barrio

José Manuel vive el particular momento de gloria de su jornada laboral, con su sombrero de paja y manguera en mano, prepara el terreno vertiendo agua. "Pero ahora viene lo peor", advierte mirando el camión que tiene delante con un tobogán a punto de echar hormigón sobre lo que él riega. Trabaja a jornada intensiva en las labores de peatonalización de la calle Fernando el Católico, no hay sombra y lamenta respecto a las temperaturas que "se va una ola de calor y viene otra".

Juan Jesús en plena faena.
Juan Jesús en plena faena. / Rafa del Barrio

Un poco más arriba, en la calle Palos, a su compañero Juan Jesús aún no le ataca el sol directamente. Está "metiendo saneamientos y hormigoneando para después solarlo", adelantando las labores en las inmediaciones del colegio Santa María de Gracia para que todo esté preparado al inicio del curso. "Muchos litros de agua, sombrerito y p'alante" es su receta para la canícula, aunque apunta otro problema, "el tráfico es una molestia, más o menos como el calor porque la gente se pone muy impaciente".

Los toldos le facilitan el trabajo a Antonio en Palacio, esquina Vázquez Lopez.
Los toldos le facilitan el trabajo a Antonio en Palacio, esquina Vázquez Lopez. / Rafa del Barrio

Antonio vende cupones de la ONCE en pleno corazón del centro onubense, en la esquina de Palacio con Vázquez López. Los toldos se convierten en una especie de salvavidas, "tengo ahí la gorrita y me la pongo cuando la voy necesitando". En ese rincón lleva 16 años repartiendo suerte, ahora "sobre todo se nota que la gente viene más bien a las primeras horas de la mañana o a las últimas de la tarde". Tiene menos actividad cuando más aprieta el calor y ha observado que "otros veranos no había estos repuntes de temperatura".

Los hay también que soportan mejor la situación. Es el caso de Martín, repartidor de Correos, quien señala que "debí nacer en un país caribeño, lo que no soporto es el frío". Para él, en estos días tórridos del verano lo peor es que "la gente está de vacaciones y llamo a muchas casas que están vacías".

Son ejemplos de otra cara del verano en Huelva, la de los que llevan la peor parte cuando aprieta el calor.

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