De oca a oca, igualdad es lo que toca
Numerosos jóvenes de Cartaya con edades comprendidas entre los 14 y los 35 años participan en un juego organizado por el Ayuntamiento costero con motivo del Día Internacional de la Mujerl objetivos El propósito de la iniciativa cartayera es mostrar a los jóvenes cómo tratar algunas de las labores del hogar para contribuir a la eliminación de las diferencias de roles entre ambos sexos; formar e informar al colectivo juvenil sobre distintas habilidades que les ayuden a desenvolverse en su vida cotidiana y a normalizar el reparto de responsabilidades y tareas domésticas en el hogar.
"Me comprometo a realizar de forma compartida las tareas y labores del hogar con mis padres como, por ejemplo, hacer la cama, preparar la comida, limpiar o recoger la mesa después de cada comida, a respetar tanto a los hombres como a las mujeres y a luchar por los derechos de ambos…". Estos son algunos de los compromisos adquiridos por los jóvenes de ambos sexos que han participado esta semana en Cartaya en el original juego De oca a oca, Igualdad es lo que toca, organizado por el Ayuntamiento de Cartaya dentro del marco de la XVI edición de la Semana de la Mujer de esta localidad, celebrado durante estos días con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
En definitiva, se trata de una llamativa adaptación del tradicional juego de la oca, el cual se ha convertido en este caso en una especie de taller de fomento de la igualad entre hombres y mujeres en la realización de las tareas domésticas, y en el que han participado numerosos jóvenes del municipio con edades comprendidas entre los 14 y los 35 años.
El objetivo no ha sido otro que mostrar a los jóvenes cómo tratar algunas de las labores que diariamente se desarrollan en el hogar y que forman parte de la vida de todos para contribuir a la eliminación de las diferencias de roles entre ambos sexos, así como formar e informar al colectivo juvenil del municipio sobre distintas habilidades que les ayuden a desenvolverse en su vida cotidiana y a normalizar el reparto de responsabilidades y tareas domésticas en el hogar.
De este modo, han aprendido de forma totalmente práctica y a través del juego a realizar labores aparentemente tan simples como hacer una cama, coser un botón, pelar patatas, cortar cebollas, colocar un lazo en el pelo, limpiar un sanitario y hasta incluso cambiar un pañal a un bebé. Para ello, han tenido que ir realizando las distintas pruebas lúdico-formativas relacionadas con el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres que les ha ido tocando a cada uno en función de la casilla del juego de la oca en la que han caido.
Para ello, el tablero y el dado del tradicional juego de mesa de la oca fueron previamente reproducidos a gran escala por los propios jóvenes cartayeros al objeto de hacer más vistoso y atractivo el juego, dar la posibilidad de participación al mayor número posible de jóvenes y adaptar cada una de sus casillas al objetivo principal del juego: fomentar la igualdad sobre todo respecto a las tareas domésticas más cotidianas.
Los jugadores fueron divididos en grupos mixtos, correspondiéndole a cada uno un color. Para la materialización del juego fueron respetados todos los elementos esenciales y reglas originales del juego tradicional, cambiando tan sólo las pruebas que los participantes debían ir realizando en función de la casilla que les iba tocando.
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