La obra de Teresa Peña pasa en depósito al Obispado
Una pintora por los seres humildes, por los que sufren, cuyo trabajo se podrá ver en el Museo de Santa Clara de Moguer en la exposición 'Dios es amor'
Una parte importante de la obra de Teresa Peña estará en depósito en Huelva de acuerdo con el convenio firmado por sus herederos y el obispo de Huelva, monseñor José Vilaplana Blasco. Se han donado a la Iglesia Católica, en la persona del obispo, siete cuadros que están previsto que se coloquen en la sala de juntas de la curia, a los que hay que sumar la cesión gratuita de un depósito de 181 pinturas de la misma artista, que está en estos momentos en proceso de catalogación y prevista su exposición en el Museo de Santa Clara de Moguer.
En el despacho de monseñor Vilaplana, se firmó el acta de cesión de una parte de la obra pictórica de Teresa Peña, pintora madrileña afincada en el Valle de Mena y fallecida en 2002. La pintora, a través de su obra, manifestó sus inquietudes espirituales, llenas de vivencias místicas. La autora tuvo una larga formación artística, en el ámbito de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid, y de la Academia Española de Roma, de la que fue primera mujer becaria. Conoció los ambientes artísticos de Europa, donde expuso frecuentemente, participando de las vanguardias. Cuadros suyos están entre los fondos del Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, de Madrid, o en el de Bellas Artes de Bilbao, o en el del Museo de Arte Contemporáneo de Toledo. Sus obras cuelgan de los muros de la catedral de Santander, de la catedral de San Sebastián, así como de otros templos.
Su itinerario espiritual la llevó por monasterios, movimientos religiosos, el mundo de la marginación, y por pruebas morales, al tiempo que vivía una gran pasión por la Iglesia. Todo ello se refleja en su extensa producción, que va desde el dibujo más académico a la abstracción, desde la utilización habitual de los colores hasta el estudio del color como fruto de los nuevos tiempos. Su pintura es de un dibujo preciso, de bellos y difíciles escorzos. Rostros anónimos formados por pequeños planos que sugieren volúmenes. Es constante su preocupación por los seres humildes, por los que sufren y que tienen su mano en busca de ayuda. La propia autora decía que su obra "es un canto al misterio del dolor humano... con la potencia de los recursos plásticos intento un mensaje de amor, paz y esperanza". Su interés por lo religioso ha dado como fruto sus mejores obras, obras de gran formato, llenas de simbolismo en las que destacan los azules como un himno de esperanza entre fuertes y evidentes espacios negros y blancos. En sus paisajes se aprecia el dominio del color, los almendros en flor, los campos de amapolas, la magia de los ocres y sienas del Otoño.
Su hermano, Juan Ramón Peña Echeveste, ha donado a la Iglesia Católica, en la persona de monseñor José Vilaplana Blasco, obispo de Huelva, siete cuadros, que se colocarán convenientemente en la sala de juntas de la curia episcopal, entre los que destacan el Entierro de Cristo y Salmo de Paz. Por otra parte ha cedido en calidad de depósito gratuito 181 pinturas, compuestas por cuadros, grabados, bocetos y postbocetos, que en su día serán propiedad de la Iglesia. Éstos se pueden clasificar en bloques temáticos, en torno al Antiguo y el Nuevo Testamento, la Pascua, la pasión histórica de Cristo y la pasión del hombre, la Virgen, los ángeles, el Cantar de los cantares, paisajes, deporte, flamenco, etc. Estas obras serán trasladadas al monasterio de Santa Clara, donde se prepara una sala para adecuarla como depósito, en las condiciones más óptimas de temperatura, luz y humedad.
El obispo ha indicado ya el tema de la primera exposición, en la que se dará a conocer en la diócesis la obra de Teresa Peña: Dios es amor, tomado de la carta-encíclica de Benedicto XVI. Bajo el argumento de dicha encíclica se expondrá una selección del depósito de la obra pictórica de Teresa Peña. Los muros centenarios de Santa Clara de Moguer serán el escenario de una muestra que pretende ser una síntesis entre la fe y la cultura, dando a conocer el peculiar diálogo que la pintora estableció entre su tiempo, que es el nuestro, y la vivencia espiritual y mística que marcó su existencia; y entre el mundo de la fe y el arte, porque el arte sigue siendo un medio de búsqueda de la belleza, que en última instancia es reflejo de la belleza increada. A esta seguirán otras exposiciones temáticas, en las que se conjugará el arte antiguo con el contemporáneo, entre los que la figura de Teresa Peña hará de puente.
Mientras tanto llega esa exposición, parte de estas obras se pueden ver la sala de prensa del Obispado de Huelva.
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