El número linces ibéricos en la Península Ibérica ha crecido desde los 580 ejemplares censados en 2017 hasta los 680 de 2018 según el avance que del último censo, -que aún no está cerrado definitivamente- realizó ayer en Doñana el director del programa de cría y reintroducción del lince ibérico Life-Iberlince, Miguel Ángel Simón Mata.

Simón Mata precisó en este sentido que “aún estamos cerrando el censo del año pasado”, a lo que añadió que, sin embargo, “el número no es lo más interesante”, sino la “buena marcha” de las áreas de reintroducción que se están realizando fuera de Andalucía en el marco de Life-Iberlince, que cuentan actualmente con poblaciones de entre 30 y 40 ejemplares cada una. Se trata concretamente del vale do Guadiana, en Mértola (Portugal); el valle de Matachel (Badajoz), los Montes de Toledo y el Campo de Calatrava al sur de la provincia de Ciudad Real.

Sobre las áreas de reintroducción de la comunidad andaluza, el director de Life-Iberlince, Miguel Ángel Simón Mata precisó que en el caso de Doñana, cuya población se había estancado en torno a los 40 ejemplares antes de iniciar el refuerzo genético importando ejemplares de otras zonas, actualmente estamos entre 80 y 90 individuos, extendiéndose la población casi hasta Aznalcázar por la zona de Sevilla, y hasta las Marismas del Odiel al oeste de Doñana, lo cual “es un área de presencia tremenda”.

En el caso de Sierra Morena, que antes estaba separada en dos áreas, éstas están ahora comunicadas, según precisó, desde Guadalmellato, Cardeña, en Córdoba, hasta el sur de Despeñaperros en la provincia de Jaén.