Los niños se hacen amigos del lince

Apenas quedan 200 ejemplares de lince ibérico en España, por lo que cada vez se convierte en más imprescindible educar, concienciar y sensibilizar a la población sobre la extrema situación por lo que atraviesa este felino, único en el mundo.

Conscientes de lo que significa esta incertidumbre, y aún más conscientes de que su supervivencia en este mundo depende de todos, los colegios Tres Carabelas y Arias Montano, de la capital, han adentrado, durante este curso, a sus alumnos de Infantil en el indómito, cuando no particular, universo de este mamífero tan exclusivo.

Felino que al no ser protagonista de ninguna serie de dibujos animados ni de un videojuegos, ni tampoco ser mascota que se precie, es un absoluto desconocido entre el sector de la población comprendido entre 3 y 5 años. "No sabían qué era un lince. No lo habían visto en sus vidas, y si alguno de ellos lo había visto, era incapaz de identificarlo con su especie", explica Pepa Mesa, profesora de Infantil del Tres Carabelas, y una de las precursoras de esta iniciativa surgida por el desconocimiento que presentaban estos alumnos con respecto "a un animal en peligro de extinción y, además, tan cercano a nosotros".

Asesorados por los técnicos del Proyecto Life -Lince, de la Junta de Andalucía, el profesorado de estos dos colegios, muy comprometidos con el Medio Ambiente, comenzaron a trabajar en este otro 'proyecto' después de Semana Santa. La primera actividad que llevaron a cabo, relacionada con este tema, fue pegar huellas de lince desde la entrada de los colegios hasta las propias aulas. Una vez en ellas, estos alumnos debían investigar, buscar y adivinar qué amigo había visitado sus clases por la noche.

Tras propiciar este primer contacto, dice Pepa, los profesores pusieron en práctica actividades encaminadas a dar a conocer este felino entre sus alumnos. Actividades que llegaron a su fin con una gran fiesta con el lince ibérico protagonista. Celebrada el aire libre, estos alumnos conocieron un poquito más a este mamífero, participando en diferentes talleres. En unos, les pintaban la cara de lince o eran ellos los que dibujaban linces de tamaño real; en otros, cantaban canciones populares cambiando la letra y dedicándoselas al felino o creaban huellas del mismo tras introducir plastilinas en los moldes...

"Si vamos concienciando a los más pequeños sobre el problema del lince y si, a la vez, vamos inculcando el respeto y el amor por la naturaleza, nos garantizamos a largo plazo tanto la conservación de este felino como la del Medio Ambiente, otro que se encuentra también en peligro...", apunta Pilar Delgado, técnica de Divulgación del proyecto Life-lince, y que ha estado trabajando muy estrechamente con estos dos centros docentes de la capital. "Estos niños son esponjitas, lo absorben todo, por lo que es fundamental ofrecerles una adecuada y buena información, en este caso, sobre las actuaciones que ponemos en práctica para la conservación y reintroducción del lince en la península, donde sólo existen únicamente tres poblaciones, ubicadas en Andújar, Cardeña y Doñana".

"El 90 por ciento del territorio donde habita el lince es privado, por lo que el 90 por ciento del presupuesto de este proyecto va encaminado a facilitar las oportunas herramientas para que en esas tierras abunden el conejo, su principal fuente de alimentación", afirma Pilar, añadiendo han intentado acercarles a los niños todas las particularidades que rodea al mundo del lince.

Como en este caso, se trabajaba con niños, estas particularidades se han ido diseccionando en forma de juegos y con desigual resultado. "Eso de que el lince se coma a los dulces y tiernos conejitos no lo llevan muy bien".