Cuando la música se acerca a lo más onubense

A Rafael Vélez le gusta la música más tradicional de Huelva y se preocupa en mantenerla. Comenzó de niño en el coro de fray Eloy en la iglesia del Rocío, en la coral musical que allí tenía. Eso era con 14 años, luego la época de la juventud le lleva al rock con el grupo Deimox y más tarde será cuando se meta en el Carnaval de Huelva con La Playa de la Gilda, que se presentó en nuevo concursos, los mismos que ganó. Pero lo dejó y de ahí se fue al Coro de la Hermandad de Huelva, donde hizo una buena labor y grabaron seis discos, pero las cosas le llevaron a dejarlo y a poner marcha un coro propio, el Coro de Huelva, que ensaya en la asociación del Polígono San Sebastián. Asegura que la música es muy bonita, "pero hace falta gente con espíritu de sacrificio, porque en el coro te diviertes, estás a gusto, pero no es para ganar dinero".

Ahora, en este tiempo de agosto le llega el anuncio de la esquila de los campanilleros de la Virgen de la Cinta, un coro del que es el director desde hace diez años. Dice que están muy contentos por la última bajada, porque los campanilleros son un elemento más, dice que no quieren ser protagonistas, sino un eslabón, tampoco convertirse en una banda de música. Asegura que el tiempo va dando calidad, "aunque la falta de tiempo para ensayar siempre es un problema, más cuando llegan chavales nuevos y no hay mucho tiempo para probar, y es que aunque esto no es una escolanía, sí se pretende mantener un cierto nivel". Este año aunque no pudieron estrenar un tema por falta de tiempo tienen un gran repertorio, tanto que no se repite ningún tema a lo largo del traslado. Esperan ya el 2009, cuando el coro cumpla los veinte años, hay proyectos como nuevo uniforme y hacer una publicación en la que se recoja la vida de estos años y los temas que se cantan. Tienen una grabación, "era la primera vez en la que se graba la Salve de los Marineros; este año estoy especialmente contento porque se cantó maravillosamente a la salida de la Virgen". Todos pudieron disfrutar, tanto campanilleros como los devotos que allí se daban cita.