Pese a estar perseguidos con sanciones de hasta 600 euros, los coches-discoteca siguen siendo el talón de Aquiles de la ordenanza municipal contra el ruido en la ciudad de Huelva. Esta práctica supone un goteo constante en las estadísticas de sanciones del Ayuntamiento: 25 multas en 2012; el año pasado, 34; en lo que va de año, 5 ... Sin embargo, en términos generales, empieza a visualizarse el factor de inhibición de las inspecciones municipales en materia de contaminación acústica, con el apoyo de una red de 21 sonómetros instalados en la capital y el control de la Policía Local. Según el último balance del área municipal de Medio Ambiente, al que ha tenido acceso este periódico, en los últimos tres años ha caído un 21% el número de expedientes sancionadores por superar el límite de decibelios permitidos, ya sea en un vehículo, un establecimiento, una vivienda o en la vía pública.

En 2013 fueron 135 los expedientes abiertos (dos años antes fueron 170), de los cuales el departamento que encabeza el teniente de alcalde Juan Carlos Adame ha resuelto el 60%, con multas que oscilan entre los 150 y los 600 euros, requerimientos para la aplicación de medidas correctoras y, en un solo caso, la clausura de un establecimiento. De las denuncias del año pasado, un total de 47 son por "ruidos por fiesta, música y otros"; 34 por los citados coches-discoteca; 16 por gritos y ruidos en la calle; 12 por "uso de megáfono, forzar marchas, claxon o alarma de vehículo); y el resto, en cuantías más residuales, tuvieron como origen obras en viviendas, exceso de ruido en las puertas de pubs y discotecas, en fiestas en bares, por consumo de alcohol fuera del establecimiento, gases y humos en bares, mal funcionamiento de los "vestíbulos acústicos y/o limitador" (deficiente insonorización) o incumplimiento de medidas correctoras.

En lo que va de año han sido 30 las multas que ha puesto el Consistorio por infracciones de la normativa contra la contaminación acústica, entre las que se encuentran 8 por importe de 150 euros por el ruido provocado por fiestas en el interior de viviendas, prácticas que en este periodo se han concentrado especialmente en la calle Honduras y alrededores y algunas zonas de Isla Chica. Igualmente se han sancionado a cinco coches-discoteca localizados entre el Centro y la zona de bares de La Merced; se ha penalizado con 150 euros a una persona por tirar petardos en una plazoleta de Santa Marta y, entre otros requerimientos, se ha instado a un colegio del Centro a aplicar medidas de control del ruido en el patio por afectar a las viviendas colindantes.

Zonificación

A parte de la treintena de calles (fundamentalmente en el Centro y La Merced) que tienen la calificación de Zona Acústicamente Saturada (ZAS), el último diagnóstico que transcendió como base del Mapa Estratégico de Ruidos de la Aglomeración de Huelva apunta a que cinco avenidas de la capital exceden los límites de la legislación estatal y autonómica contra la contaminación acústica. Se trata de la avenida Federico Molina en todos sus tramos y la calle José Fariñas, ambas en la barriada de Isla Chica; así como la Avenida de Italia y algunas de las principales vías de acceso, como la Avenida de Andalucía y la de la Unión Europea.

Fundamentalmente debido al tráfico rodado, en todas estas calles se superan los 65 decibelios durante el día y los 55 de noche que marca la normativa vigente para sectores con predominio de suelo de uso residencial.

Los equipos de monitorización de ruido revelan, en el extremo opuesto, que "las zonas más tranquilas" de la ciudad, con un "clima sonoro" óptimo, son los aledaños del complejo deportivo de El Saladillo, el campus universitario de El Carmen, el entorno del Parque Moret y algunas zonas residenciales de Isla Chica