Monkey Ham: del desierto a Huelva, el stoner rock sin concesiones

La banda onubense consolida su identidad tras un debut arrollador y prepara el terreno para su próximo trabajo, Black Swamp

Monkey.
Monkey. / H.I.
Jesús Pulido

Huelva, 29 de septiembre 2025 - 02:36

El stoner rock, con sus guitarras abrasivas y su mística de desierto, ha sido siempre territorio de culto. Pero lo que propone Monkey Ham tiene un sabor distinto: la aridez del género clásico se mezcla aquí con una mirada contemporánea y con el pulso diverso de seis músicos que no vienen todos del mismo sitio, pero que han encontrado en este proyecto un punto de confluencia explosivo. Quizá por eso su sonido resulta tan genuino: porque en él conviven las influencias del heavy, el grunge, el hard rock y hasta las esencias del rock clásico, todo dentro de una coctelera que ha dado lugar a una de las propuestas más sólidas y prometedoras de la escena onubense actual.

Formados en 2016, Guillermo Morejón (batería), Álvaro Jiménez (guitarra), David Portillo (guitarra), Manolo Arana (bajo), José Antonio G. Cordero (voz) y Rafael Gil (teclados y sintetizadores) se dieron seis años de trabajo en la sombra antes de echarse al ruedo con su primer trabajo. Pocas veces una banda se toma tanto tiempo para madurar, para pulir su propuesta hasta sentirla lista. Pero Monkey Ham entendió que las prisas rara vez son buenas consejeras. El grupo apostó por el camino largo: horas interminables de local, maquetas que iban y venían, ideas que nacían y otras que se descartaban sin remordimiento, hasta encontrar un sonido que los representara.

Ese empeño dio sus frutos en 2022 con Pull the Trigger, un debut que no sonaba a primeras armas, sino a una declaración seria de intenciones. En esas canciones se encontraba ya todo lo que define a la banda: riffs densos, melodías hipnóticas, atmósferas envolventes y un directo capaz de arrastrar a cualquiera al headbanging desde el primer compás. Fue, además, la prueba de que los años de espera habían valido la pena: la banda llegó al público con una propuesta redonda, profesional y lista para crecer.

Uno de los rasgos más llamativos de Monkey Ham es la procedencia diversa de sus componentes. Cada uno trae consigo un equipaje distinto: algunos beben del metal más puro, otros del grunge noventero, otros del rock clásico o del hard rock. Y en esa diferencia está su riqueza. El resultado es un sonido que no copia, que no busca calcar fórmulas, sino crear un híbrido propio donde se reconocen las raíces, pero también una personalidad distinta.

Ese mismo cuidado se percibe en la estética. El diseño gráfico y visual corre a cargo de Rafael Gil, teclista y profesional del sector, que ha conseguido dotar al grupo de una identidad plástica coherente, reconocible y perfectamente alineada con su propuesta sonora. En un tiempo en el que la música también se juega en el terreno visual, Monkey Ham demuestra que la coherencia es una pieza más de su proyecto.

Monkey.
Monkey. / H.I.

El presente de la banda se llama Black Swamp, su próximo EP, previsto para este mismo 2025. Un trabajo que promete consolidar todo lo aprendido hasta ahora. De él ya conocemos un adelanto: “Today’s Latest”, single y videoclip que han recibido atención incluso en medios internacionales como Doomed Nation, prueba de que Monkey Ham tiene el potencial para cruzar fronteras. La canción destila un aire muy noventero, capaz de devolver de golpe casi tres décadas atrás a quienes vivimos el rock alternativo de aquella época. Es un viaje temporal cargado de energía y nostalgia, pero vestido con la contundencia del presente.

La banda ultima además un segundo videoclip que acompañará a un nuevo single y que seguirá marcando el camino hacia ese Black Swamp. Cada paso que dan tiene detrás la misma filosofía con la que comenzaron: nada se deja al azar, cada riff, cada imagen, cada detalle busca reforzar la propuesta global.

Si en estudio suenan sólidos, en directo se vuelven imparables. Su despliegue sobre el escenario es trabajado al milímetro, vibrante y salvaje, de esos que no permiten quedarse quieto ni un segundo. En Huelva y en otros puntos de Andalucía ya han demostrado que su energía es contagiosa, que son capaces de construir un muro de sonido que atrapa y arrastra a su público. Lo suyo no es virtuosismo frío, sino conexión: esa descarga eléctrica que atraviesa a la banda y llega, sin filtros, hasta la piel de quienes los escuchan.

En un género tan exigente como el stoner, que no es terreno fácil ni para todos los públicos, Monkey Ham ha conseguido hacerse un hueco desde una periferia que nunca ha sido obstáculo, sino estímulo. Desde este rincón al sur del sur de Europa, han construido una propuesta con vocación universal. Y aunque su nombre pueda sonar a broma literal —ese “jamón de mono” que inevitablemente hace pensar en el otro jamón, el de Huelva, el mejor del mundo—, lo cierto es que detrás hay una banda muy seria, que ha sabido esperar, madurar y apostar fuerte por un estilo que no admite medias tintas.

Hoy, a las puertas de su nuevo lanzamiento, Monkey Ham no es solo una banda que rinde tributo a sus raíces: es una formación que abre caminos, que reivindica el stoner rock desde Huelva y que confirma que la provincia tiene mucho que decir en el mapa musical. Su historia es, al mismo tiempo, una lección de paciencia, de oficio y de autenticidad. Y, sobre todo, es la prueba de que cuando las cosas se hacen con tiempo, con trabajo y con fe en lo que uno tiene entre manos, los resultados acaban hablando por sí solos.

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