Moeve celebra 60 años en Andalucía mirando al futuro de combustibles más sostenibles

Ambas instalaciones aportan en conjunto alrededor del 9 % del PIB andaluz

La Junta y la Fundación Moeve impulsan en Huelva una restauración ambiental en la Laguna de las Madres

Fábrica de Moeve en Huelva.
Fábrica de Moeve en Huelva. / M.G.

Los parques energéticos de Moeve en La Rábida, en Palos de la Frontera (Huelva), y San Roque (Cádiz) cumplen 60 años de actividad consolidándose como uno de los principales polos industriales de Andalucía. Según la compañía, ambas instalaciones aportan en conjunto alrededor del 9 % del PIB andaluz y afrontan ahora una nueva etapa marcada por el desarrollo de combustibles más sostenibles.

Ambos centros, considerados parques “hermanos”, participan en el proyecto del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, el mayor de España y uno de los más relevantes de Europa en este ámbito. La iniciativa prevé una inversión superior a los 3.000 millones de euros y una capacidad de producción de hasta 300.000 toneladas anuales de hidrógeno verde.

En declaraciones a la agencia EFE, el director del parque energético de San Roque, Rosendo Rivero, ha señalado que la apuesta de Moeve se enmarca en la adaptación a un modelo energético más sostenible, en línea con las demandas sociales y los objetivos europeos. La compañía, fundada hace casi un siglo en Canarias, culminó hace algo más de un año el cambio de su denominación de Cepsa a Moeve, dentro de su estrategia de transformación denominada Positive Motion.

En el caso de Huelva, el Parque Energético La Rábida produce alrededor de diez millones de toneladas de crudo al año y ha iniciado la construcción de una planta de biocombustibles de segunda generación (2G). Además, será el primer emplazamiento en el que comenzará a desarrollarse el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde.

El director del parque onubense, Jorge Acitores, ha destacado que la instalación, puesta en marcha hace seis décadas, supuso un impulso decisivo para el desarrollo económico de la provincia. Actualmente, el complejo genera en torno a mil empleos directos, integra una planta petroquímica para la producción de benceno y una planta de lubricantes, e invierte una media de 100 millones de euros anuales en mantenimiento y mejoras.

La Rábida ha incorporado en los últimos años tecnologías vinculadas a la innovación y la digitalización, como la aplicación de inteligencia artificial para optimizar mezclas de crudo, el uso de drones con cámaras infrarrojas para la inspección de tanques o robots para el control de tuberías. Acitores ha subrayado que la protección ambiental se sitúa “al mismo nivel que la seguridad personal”, especialmente por la cercanía de las terminales marítimas al Paraje Natural Marismas del Odiel.

Entre las actuaciones ambientales desarrolladas, la compañía destaca la recuperación de la Laguna Primera de Palos y una política que, según la dirección del parque, permite mantener niveles de emisiones hasta un 60 % por debajo de los límites legales.

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