La moda del ganchillo llega a la Plocc
María Barragán imparte cursos de croché, en los que enseña la esencia de esta labor artesanal
La afición al ganchillo se extiende en la capital onubense. Las consultas en internet, a blog y páginas especializadas en el arte de la aguja de gancho, se incrementan y comienzan a demandarse cursos de croché en la ciudad como los que imparte María Barragán en el Espacio Plocc, sede de la Plataforma Onubense de Cultura Contemporánea.
Barragán es productora y, tras ser madre, decidió cambiar de profesión para poder dedicarle más tiempo a su hijo. Buscó alternativas y optó por la enseñanza, por los talleres de croché, una labor artesanal que aprendió de pequeña con su abuela y que se ha convertido en su afición. Los trabajos que realiza los enseña en su blog.
El primer curso de ganchillo, que impartió en febrero en el Espacio Plocc, tuvo tal aceptación que ya va por el segundo y la iniciativa tiene visos de continuar. Explica que enseña de la misma manera que lo hizo su abuela con ella, "al tacto, aprender a manejar la tensión de la lana, a menguar y crecer". Subraya que la novedad consiste en que en su taller se parte "de la raíz del croché, no se sigue un patrón determinado", se trata de "hacerlo un poco personalizado, que cada una aprenda a seguir su patrón". Sus alumnas se inician en este arte con la lana.
Aprender la técnica o mejorarla es el objetivo de sus alumnas, algunas de ellas con la intención de realizarse sus propias prendas y complementos, y otras de dedicarse profesionalmente a ello. Algunas de las que realizaron el primer curso también se inscribieron en el segundo.
En el taller se enseña a utilizar la aguja de ganchillo, a realizar figuras elementales (cuadrados, círculos y triángulos) y puntos básicos, y a partir de ahí cada una de las alumnas desarrolla su proyecto. Las que ya conocen la técnica y se han inscrito en el curso para mejorarla realizan sus propias labores, asesoradas por la monitora, "le doy unas recomendaciones y luego ellas actúan en consecuencia, lo que importa en el croché es hacer y deshacer".
Pilar Romero, que ya tenía alguna noción, aprendió por internet los puntos básicos y se apuntó al curso para que "me orientaran" así como para complementar sus conocimientos, "me gusta hacer cosas nuevas, siempre estoy inventando".
Concha Hernández lo intentó con el punto "pero me aburría", por lo que probó con el croché, para ello se inscribió en el curso de Barragán. En la primera clase aprendió el punto enano y el palote, "no es complicado, hay que practicar, además, si te equivocas, es fácil de deshacer, tiras y deshaces hasta donde está el fallo, es entretenido de hacer".
A Irene López, que ya había intentado aprender a hacer ganchillo en otra ocasión, le resulta fácil "si lo practicas". Destaca que "las clases son muy entretenidas, te pones a hacer croché y se te pasa el tiempo".
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