La moda decimonónica, en el museo

Flamante y glamurosa como pocas, la sala Siglo XXI del Museo Provincial de Huelva se transformó ayer en un valioso escaparate de moda que no tiene precedentes en la provincia onubense. Las mejores galas de la centuria decimonónica pueblan sus vitrinas en la primera muestra de indumentaria de Andalucía. Con luz tenue para no dañar los frágiles tejidos, los asistentes se adentraban en un universo fascinante de relevantes piezas de indumentaria del siglo XIX (entre 1805 y 1905, concretamente) que forman parte de la colección del Museo de Artes y Costumbres de Sevilla y que se ha completado con préstamos del Museo del Traje de Madrid.

El delegado provincial de Cultura, Juan José Oña, destacó que la muestra, titulada La moda en el siglo XIX, "nos permite conocer de cerca cómo era la vestimenta de nuestros antepasados, una exposición itinerante que viene a reafirmar la vocación de servicio a la sociedad que tiene este museo".

Antes de que quedara inaugurada, el director del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, Antonio Limón, explicaba que "esta exposición es muy laboriosa y hemos estado trabajando en ella dos años; hay que tener en cuenta que son piezas delicadas, difíciles de transportar y exponer", a lo que añadía que "rara vez los museos aceptan que estas obras de arte salgan de sus instalaciones". Los trajes y complementos expuestos pertenecen "a las familias ricas de la época" y son "femeninos la mayoría, puesto que la moda masculina apenas registró una evolución a lo largo de todo el siglo".

La muestra, en la que estaban presentes sus comisarias, María de las Nieves Álvarez e Inmaculada Ledesma, y la directora del Museo de Huelva, Juana Bedia, presenta por tanto una completa visión de la historia de la moda decimonónica a través de 75 piezas.

Hay que tener en cuenta que la indumentaria se considera como una fuente más para el estudio de la historia de la humanidad, ya que aporta "datos estéticos, funcionales, tecnológicos, sociales, políticos...", según indicó Oña.

Durante la visita se descubren los distintos aspectos históricos y artísticos de la moda, siendo el principal el marcado carácter internacional que tuvo durante esos años: París, como ahora, fue un espejo en el que la mujer se miraba para ir a la última.

El primero de los espacios está dedicado a 'La moda imperio (1800-1819)'. Una mirada a la antigüedad clásica fue el rasgo principal del arte Neoclásico y de una nueva forma de moda, en la que predomina el vestido camisa o chemise a la reine, que popularizó la monarca francesa María Antonieta: talle bajo en el pecho y liberación de las prendas interiores opresivas con el uso de telas ligeras como la muselina.

El 'Casticismo', un movimiento español que se mantuvo frente a las modas extranjerizantes, puede apreciarse en otra de las vitrinas con sus trajes de maja. El segundo escaparate conserva lo mejor de la 'Moda romántica (1820-1869)', de cinturas estrechas por el uso de corsés y con faldas ahuecadas hasta alcanzar su máximo volumen en los años 60.

El siguiente paso por la sala Siglo XXI trasladará a los onubenses hasta los 'Polisones y primeras modistas (1870-1890)'. El polisón revolucionó la moda, ya que este cojín hizo que las faldas desplazasen su volumen a la parte posterior del cuerpo. Del 'Modernismo (1890-1905)' se pueden contemplar vestidos, abanicos y abrigos inspirados en la naturaleza, de estampados florales y faldas acampanadas con cola.

En la sección de 'Ropa interior y complementos' destacan cuerpos, cubrecorsés, pololos, enaguas y medias. Pero los vestidos más espectaculares son los disfraces de los Montpensier, testimonio de las fiestas de máscaras que se celebraron en Sevilla durante ese siglo y entre los que destacan el disfraz de moro argelino que perteneciera a Antonio de Orleans.

La muestra se combinará con actividades didácticas para escolares y adultos. Así, el taller 'Señoritas y coquetas' deparará a los visitantes del museo una visita guiada y teatralizada (cita previa en el 959 650 424). Para no perdérselo.