La oración pascual del Regina Coeli se unía al gozo de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret (Hermanas Nazarenas) que acudían este sábado al santuario de Nuestra Señora de la Cinta. Ante la Patrona de Huelva daban gracias por este año jubilar celebrado con ocasión del centenario de su fundación de la mano de san Manuel González, que fuera arcipreste de Huelva y capellán del santuario. Un tiempo celebrado bajo el lema ‘Nacidas para eucaristizar’.

Ante l imagen de la Virgen de la Cinta se encontraba el relicario de san Manuel González, mientras que su imagen estaba a los pies del altar. Una clebración religiosa que contó con la participación de miembros de la Coral de la Merced, dirigidos por Sergio Lazo.

La hermana Ana María García tuvo unas palabras iniciales antes de la celebración eucarística en las que daba gracias por estos cien años, porque “el espíritu del Señor ha sido grande con nosotros”. Así “el Dios de la vida, el Dios de la historia”, ha alumbrado este tiempo ofreciendo dones a la congregación, de un pueblo que se alimenta de Jesús Eucaristía, con el que se vive “la alegría de sentirnos amados”.

Las hermanas Nazarenas con las autoridades asistentes al acto junto a la Virgen Chiquita de la Cinta.

Una celebración a la que asistió el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, así como la teniente alcalde María Villaseñor (PSOE) y el concejal Wenceslao Font (Vox); el hermano mayor de la Hermandad de la Cinta, Esteban Brito López; así como hermandades de penitencia y asociaciones sacramentales, junto a comunidades religiosas.

La eucaristía la presidió el viario general de la Diócesis, Emilio Rodríguez Claudio, que concelebró con el rector del santuario, Andrés Vázquez; el párroco de San Pedo, José Arturo Domínguez, a los que acompañaron numerosos sacerdotes.

Un momento de la celebración de la misa de acción de gracias.

Emilio Rodríguez Claudio destacó en su homilía que se clausuraba el año jubilar en un lugar que es memoria permanente de la Virgen, tan amada por san Manuel González, que aunque fuera obispo de Málaga y de Palencia, “se hizo universal con el título de arcipreste de Huelva con el que firmaba sus escritos eucarísticos”.

Un santuario que fue escenario de su vida y su obra de 1905 a 1916. “Ante esta imagen de la Virgen de la Cinta, desde el corazón de san Manuel González nació la oración en la que le pedía: ¡Madre de la Cinta, que no nos cansemos!”. En esa necesidad de levantarse y seguir caminando.

Un camino duro en estos cien años de las Misioneras Eucarísticas que han sido “lamparillas eucarísticas”. Daba gracias por este tiempo y por los dones recibidos, destacando la importancia de saber que “Cristo vive en la eucaristía” y que hay que verlo reflejado en “los cristos abandonados”. A la vez que invitó, como hizo san Manuel González, a “descubrir al Señor en el sagrario”.

La hermana María del Pilar González tuvo unas palabras tras la celebración de la eucaristía, “un poema de acción de gracias, de versos a un rey, a Jesús, abandonado en la Eucaristía, al que encontró San Manuel González”. En sus palabras se daban gracias por las hermanas de la comunidad que les habían precedido, “las que dieron vida al proyecto desde sus inicios hasta hoy”. Unas hermanas que como el pan eucarístico se siguen partiendo y repartiendo entre todos con su labor de eucaristizar.

Respondió el vicario general Emilio Rodríguez Claudio para agradecer los años de dedicación a la diócesis, a la vez que pedía para que el carisma de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret se mantenga dando sus frutos en Huelva.