Puerto de Huelva

Casi 25 millones de euros únicamente para piezas de acero llegadas de Luxemburgo

  • La técnica utilizada es un reto para ingenieros y contratistas pero la única viable por seguridad

  • Incluye vídeos del traslado de una tablestaca en grúa y su clavado en el terreno mediante vibración

El tipo de construcción empleado para la ampliación del Muelle Sur del Puerto de Huelva, con dos hileras de tablestacas a gran profundidad, le da una singularidad única en el mundo. Eso ha obligado a un reto técnico y una inversión mayor pero porque era la única forma de acometer una actuación de este tipo.

“Esta solución es bastante más compleja técnicamente pero es la única viable”, explica el jefe de Infraestructuras del Puerto, Alfonso Peña, teniendo en cuenta que se trabaja sobre los antiguos recintos donde se confinaba el material dragado en la ría. “Hemos tenido que recurrir a esta tipología de muelle porque el dragado hay que hacerlo tras construirse el muelle. Si se hiciera un dragado previo podría afectar a la estabilidad de estos recintos”.

En España, hasta ahora, cuenta Peña, “sólo se ha hecho un muelle de características similares en Cádiz, pero con una longitud, perfiles de tablestacas y longitud de muelle bastante más inferior”. En Huelva se dispone de “más de 20 metros de perfil en voladizo, que a nivel mundial no se ha hecho nunca”.

La estructura del nuevo muelle de atraques se sustenta, sobre todo, en un complejo y enorme entramado metálico. De hecho, destaca Alfonso Peña, hasta un 60% del presupuesto total, casi 25 millones de euros, se destinan sólo para los componentes de acero, llegados de la siderurgia que Acerinox tiene en Luxemburgo, con la máxima calidad europea.

Esta especie de vigas se disponen en dos hileras, delantera y trasera, consolidadas con perfiles que son introducidos en vertical por las guías con que cuentan las tablestacas, de forma que su colocación requiere de una precisión milimétrica para que todas las piezas encajen en su conjunto.  Se encarga de ello una empresa suiza.

Cada tablestaca mide 33 metros y pesa 32 toneladas. En principio se introducen por vibración los 12 primeros metros, hasta que el terreno ofrece resistencia y hay que recurrir a un martillo percutor para llegar a los 30 metros de profundidad, bajo cota cero, que la marca la bajamar máxima.

Todas las piezas metálicas, incluidos los tirantes que unen las pantallas delantera y trasera, son casi un millar, con más de 8.100 toneladas. Además se hará un relleno de casi 270.000 metros cúbicos de material procedente de canteras onubenses y una “superestructura de hormigón” que elevará la cota final a 6,5 metros.

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