Huelva Paranormal

El milagro de la Madre María de la Purísima

  • El milagroso caso fue rápidamente estudiado por el perito médico, Manuel Nieto, quien expuso todo el historial de la niña y aseverando que había tenido una evolución excepcional

La Madre María de la Purísima, con el papa Juan Pablo II

La Madre María de la Purísima, con el papa Juan Pablo II

Vamos a detenernos en La Palma del Condado para contarles el milagro obrado en una niña tras encomendarle la salud de la pequeña a la Madre María de la Purísima. Ana María era una niña que nació con una cardiopartía congénita y sin vena cava inferior, a los pocos meses su vida dependía de un marcapasos. Cuando iba camino de cumplir los cuatro años, en el año 2004 (con tres años y diez meses) se le rompió el cable de ese motor artificial de su corazón sufriendo una parada cardiorrespiratoria. La pequeña fue trasladada al Hospital Virgen del Rocío en Sevilla e ingresada en la UCI, su pronóstico era preocupante pues sufrió el Síndrome de Stock Adam, estuvo intubada con un edema agudo de pulmón y la falta de oxígeno en el cerebro le provocó unas secuelas neurológicas irreversibles...

La pequeña estaba “desconectada del medio”, no hablaba, no se valía por sí misma, estaba en una silla de ruedas sin saber que sería de la pequeña. La abuela materna de la niña, Dolores García González, devota de la religiosa encomendó la salud de su nieta a la Madre María de la Purísima mientras rezaba por ella toda la noche, la abuela comentaba: “Yo decía mi niña ya no es mi niña, no conoce. Y esta santa necesita un milagro para hacerse más santa y qué mayor milagro que curar a mi nieta. Tírale al Señor del manto para que mire a mi niña”.

Mientras, la madre de Ana María, Paloma Casado, atendía a una pareja de Hermanas de la Cruz, una de las religiosas, la hermana Valle de María le dio una estampa de Madre María de la Purísima para que la mantuvieran junto a la niña y la madre así lo hizo como también la pasó por la cabeza de la pequeña. Paloma casado lo recordaba así: “La hermana me dio la estampa y se la pasé por la cabeza. Yo decía si usted es santa qué mejor manera de demostrarlo que curando a mi hija y que aunque sea en una sillita que me conozca y yo la pueda consolar”.

Esta historia no dejaría  de ser otra más de esos casos imposibles ahogados en la fe si no fuera porque la niña habló y dijo que quería andar, ya que estaba lloviendo y quería salir descalza al patio. “Algo grande tiene que salir de aquí. Por mucha cruz y sufrimiento que tenga en la vida este amor que Dios me ha regalado a través de Madre María de la Purísima no lo olvidaré” decían Paloma Casado y su marido Joaquín Rodríguez Aguirre dichosos ante la milagrosa recuperación de Ana María.

El caso fue rápidamente estudiado por el perito médico, Manuel Nieto, quién expuso todo el historial de la niña y aseverando que había tenido una evolución excepcional y una completa recuperación calificándolo como  “difícilmente explicable y no previsible”, como consecuencia de todo ello se comenzaron a realizar los trámites para la beatificación de la Madre María de la Purísima.

El antiguo arzobispo-cardenal de Sevilla, fray Carlos Amigo Vallejo comentaba sobre este milagro: “¿Y por qué os habéis extrañado? El amor todo lo puede, todo lo supera. Era tan grande el que había en el corazón de Madre María de la Purísima que por qué habéis de extrañaros de ese milagro. Basta una petición y la abundancia del corazón de Dios se derrama” y prosiguió: “Tuvimos la dicha de conocer su sonrisa, su silencio, su bondad, su dulzura, su amor a Cristo y a la Virgen. Con esas devociones quién no hace milagros... las voces de esta capilla se oirían en Roma”. De febrero a noviembre de 2004 tuvo lugar el proceso diocesano de la Madre María de la Purísima, se finalizaron los estudios del presunto milagro una recabada toda la información de los peritos médicos. Alfonso Ramírez Peralbo, el postulador de la Causa, comentaba: “Es raro que antes de que se termine la Positio, que es el estudio de cómo vivió las virtudes la Sierva de Dios, y paso previo a la declaración de Venerable, ya se haya realizado el proceso diocesano del milagro. La Positio está ya muy avanzada y a ello contribuye la dedicación y la capacidad de trabajo tanto del postulador como del vicepostulador, Teodoro León”.

Así pues en un asunto tan quebradizo como la fe y los milagros de vez en cuando aparece ese rayo de luz que ilumina la vida de un sanado para decirle que todo es posible.

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