Mesa redonda sobre cambio climático

Objetivos, retos, oportunidades

  • La FOE acoge una mesa redonda sobre el horizonte en España para la transición ecológica

  • Las industrias trabajan en la eficiencia energética y la introducción de las fuentes renovables

Un momento del encuentro de ayer, con José Luis García-Palacios Álvarez en primer término.

Un momento del encuentro de ayer, con José Luis García-Palacios Álvarez en primer término. / Alberto Domínguez

Tendría consideración de anécdota, de chascarrillo, si no se rascara la superficie. Anotó José Luis García-Palacios Álvarez, ya con el público levantándose de sus butacas, que el agua servida durante la mesa redonda era de Aguas de Huelva –del grifo, vamos–, servida en botellas de cristal, rellenadas para la ocasión durante el acto, como todos vieron. Al término, después de lo hablado durante más de hora y media, el apunte del presidente de la Federación Onubense de Empresarios tenía que verse como algo más que un gesto. Porque ya quedó claro, desde un primer momento, que el reto es cosa de todos; de las grandes empresas, de los gobiernos, sí, pero también de quienes lo tienen en su mano, en casa mismo, sólo con la decisión de activar el interruptor de la luz o encender el aire acondicionado en una habitación.

La cita de ayer en la sede de la FOE trató de eso: de retos, de objetivos y, claro, de oportunidades, como cada vez que se plantea un cambio histórico de modelo. Porque el cambio climático es también un tren que pasa por delante y que no hay que perder, como momento para reactivar la innovación, la investigación; no sólo para estar sino para liderar. Y Huelva está ahí también.

Decían los ponentes que en Madrid son habituales estos foros en los que debatir sobre el futuro de la energía. Aquí, en la capital onubense, es un lujo que viniera a ilustrar a la concurrencia el presidente del Consejo Nacional de Seguridad Nuclear, Fernando Martí Scharfhausen, y también el consejero delegado de Atlantic Copper, Javier Targhetta, por más que sea, casi, choquero de adopción, aunque, por encima de todo, responsable de la fundición más eficiente energéticamente del mundo. Y también José Juan Díaz Trillo, onubense, diputado nacional y presidente de la Comisión de Transición Ecológica en el Congreso.

Todos ellos, dirigidos por el presidente de la FOE, centraron su exposición y debate en eso mismo, la transición ecológica, que es también la energética, en esa evolución, progresiva, de los próximos años que dejará los combustibles fósiles en la actividad productiva y doméstica en favor de las fuentes de energía naturales.

Díaz Trillo sacó a relucir una afirmación considerada irrefutable, admitida por todos los presentes, al menos: “Somos la primera generación que admite los problemas del cambio climático y somos también la última que puede hacer algo para revertirlo”.

El artista gallego Isaac Cordal instaló en 2011 una escultura en Berlín, Campaña electoral, en la que se veían varias cabezas y bustos trajeados en plena calle, medio sumergidos en un charco. Las imágenes recorrieron las redes, donde se rebautizó la creación como Políticos discutiendo sobre el cambio climático. Y todavía sigue exhibiéndose en redes sociales, donde se comprueba que el tema preocupa en todos los países.

Fernando Martí confesó que sus hijos le apodan jocosamente Hommer Simpson desde que accedió a su cargo en el CNSN. Pero también contó que ellos, a pesar de la dilatada trayectoria en empresas y multinacionales de su padre, sólo se interesaron por su trabajo cuando supieron que uno de sus cometidos era tratar los efectos del cambio climático.

Pero con esta preocupación social existente, no hay discusiones y sí soluciones en marcha. Una de ellas la pone la ONU, la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, que movilizará 235.000 millones de euros en los próximos años en España; el 80% de la iniciativa privada y el 20% por parte del Gobierno.

Decían ayer, también, que ese camino por recorrer queda claro, incluso a pesar de los negacionistas, que sigue habiéndolos como defensores de que la Tierra es plana, y de países como Estados Unidos, reticentes aún a sumarse a los acuerdos de la Cumbre de París.

García-Palacios Álvarez aportó datos, para empezar, que dicen mucho de la urgencia que hay en la mesa, tarea de todos. También de ese trabajo,a doble nivel, que abanderan grandes compañías como Atlantic Copper: una eficiencia total en los procesos industriales y una incorporación progresiva de energías renovables a los mismos, como también es ejemplo ya la gran fundición de cobre radicada en Huelva.

Se habló de oportunidad real, de innovación, de independencia energética. Y de la acción en marcha para la próxima década. Porque se quiere evitar que alguien se derrita mientras se discute.

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