Diez años del fin de ETA - Los protagonistas en Huelva

“El mensaje es que la violencia no es el camino”

  • Javier Barrero - Exdiputado durante 33 años y exvicepresidente Segundo del Congreso

Javier Barrero en su etapa de vicepresidente del Congreso de los Diputados.

Javier Barrero en su etapa de vicepresidente del Congreso de los Diputados. / H. I.

Llama José Luis a Rodríguez Zapatero y Alfredo a Rubalcaba. Tal vez haya sido el onubense que más cercano ha estado a la toma de decisiones en las últimas décadas. Por eso le dolió en el alma la pérdida de Fernando Buesa, con el que compartió mucho más que las comisiones en el Congreso de los Diputados. Vivió los años duros, muy duros. Su nombre apareció entre los documentos que se incautaron a la banda terrorista en Sokoa en 1986, en la primera operación conjunta con Francia tras años de servir como santuario de sus militantes.

Presidía la comisión de Justicia e Interior, cuando Álvarez Cascos era portavoz de Interior, Trillo de Justicia y Margarita Robles era secretaria de Estado. Sus integrantes asumían que estaban “en el punto de mira”, aunque Barrero lo asume con una tranquilidad pasmosa: “te veían en la tele y apuntaban tu nombre”.En esos años tuvo las medidas de contravigilancia, de autoprotección que eran indicadas por las fuerzas de seguridad, aunque se negó a llevar escolta: “es que lo que no quería era que les mataran a ellos”. Los terroristas “nos observaban a mi y a todo lo que se movía por Madrid, desde los que iban con uniforme hasta las personas que iban a su lado, por supuesto a los políticos”.

“Cuando asumí la vicepresidencia del Congreso, el momento de ETA era muy bajo”, pero a pesar de todo recuerda que “te daban un papel con diez o doce recomendaciones que debías aplicar todos los días, desde mirar debajo del coche, hasta no ir por el mismo recorrido o tener especial cuidado cuando entrabas en el portal”. Una muestra de los tiempos que le tocó vivir es que entre esas medidas, “era que tu nombre no figurara en el buzón de tu casa. Estaba el de mis hijas, pero no el mío”.

Barrero recuerda cada poco el asesinato de Buesa. “Habíamos sido los dos ponentes en el congreso del partido, muy jovencitos, hablábamos de derechos humanos. Era un tipo entrañable y lo aceptaba. Cuando me llegó la noticia, hice una rueda de prensa y me volví medio loco. Cuando entra en tu mundo el asesinato de un hombre tan bueno como Fernando que llegaba a negociar con ellos, con ETA, no lo acabas de entender”. Lo dice que también estuvo involucrado en esa locura, aunque eso lo dejará para más adelante. Un mundo dentro de su propio partido que “buscaba una salida a esa locura”.

"Lo único que buscaban era seguir matando"

No llega a entender como una organización que combatía a la dictadura de Franco, “cuando llega la democracia siguen en activo, un grupo de locos que se convirtieron en pistoleros, que no se movían por nada más que por matar. Fernando era de la parte que quería sentarse, negociar y parar esa locura. Su asesinato me llevó a replantearme muchas cosas, que tratábamos con gente despiadada, que no buscaba nada más que seguir matando”.

Hace diez años vivió “un día precioso, muy bonito, especialmente cuando vi a Alfredo, Patxi López, RamónJauregi. Estaba en la Ejecutiva de José Luis y te daban ganas de abrazar a la gente constantemente”.

Tiene muy claro el mensaje que quiere dejar a las nuevas generaciones, a aquellos a quienes les cuesta imaginar unos años tan oscuros, en medio de una locura tan generalizada que se asumía como un asunto cotidiano. “Lo que hay que decirles es que el camino no puede ser la violencia. Nunca, nunca. Aunque sea violento el que tengas enfrente como era Franco, jamás puedes responder con violencia.Hay que apostar por el diálogo, por lo colectivo, por unirse, por reforzar los valores, pero jamás la violencia, porque eso te lleva a justificarlo todo, incluso el asesinato de aquel que no piense como tu”.

Es otro de los lectores de Patria, aunque es consciente que aquellas páginas no recogen la totalidad de la sociedad vasca, probablemente tampoco lo pretende. Vivió en el País Vasco y entiende “el terror que una parte de la sociedad tiene a los terroristas y a las amenazas que estos pudieran verter contra quienes nos e sumaran a sus ideas. Pasaba como con Franco que impulsó el terror y eso, por ejemplo me costó un disgusto con mis padres. Era por ejemplo como con los empresarios que pagaban el impuesto revolucionario, era porque tenían miedo y una familia de la que cuidar”.

No mira hacia atrás con ira, ni con cuentas pendientes. Hizo lo que creyó justo y, desde luego, “a pesar de todo lo que se escucha, tenemos que dar a entender que estamos mejor ahora”.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios