Huelva

La memoria de la piel siempre está intacta

  • Durante el verano la exposición al sol aumenta, por ello debemos tomar pautas de precaución y cuidado para evitar enfermedades

Familia acudiendo a la playa del Portil

Familia acudiendo a la playa del Portil / H.I.

Después de un duro año de trabajo, la época estival se recibe con mucho entusiasmo. La mayoría de personas se permiten el lujo de ir a la playa pero se olvidan de la importancia del cuidado de la piel. El médico dermatólogo, Ismael Yebra, recuerda que “el sol es como el vino tinto, bueno pero no en exceso”.

Éste emite radiaciones, los rayos ultravioletas, que se acumulan en la piel a lo largo de la vida y acaban provocando manchas oscuras que pueden derivar en enfermedades más graves como el cáncer de piel.

Aunque popularmente se cree que las mencionadas manchas salen por la edad, esto es una equivocación. El sol envejece la piel y causa un fotoenvejecimiento que se puede observar en personas que han dedicado su vida al trabajo en el campo o en la construcción. Además, históricamente, se ha protegido la piel con sombreros de ala ancha en Andalucía o con trajes largos en el desierto, esto muestra que desde hace muchos años se pone el foco en la protección ante la radiación solar.

Actualmente, la cultura señala al más moreno como el que más ha disfrutado durante las vacaciones pero hay que tener en cuenta que la piel necesita su proceso de preparación. Cuando se acude a la playa por primera vez después de todo el invierno, no se debe hacer de golpe. Así se pueden evitar problemas a corto plazo como son el enrojecimiento, las quemaduras, las ampollas o incluso la insolación.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el sol no es un enemigo y que es completamente necesario para nuestro organismo, pero siempre hay que tomarlo con moderación. Se aconseja no prolongar la exposición al sol más de 45 minutos ya que, tras transcurrir este tiempo, la piel ya ha absorbido todos los beneficios del éste y si se aumenta puede causar alguno de los ya mencionados problemas a corto plazo.

Si lo que quieres es broncearte, lo indicado es hacerlo paseando para evitar la exposición directa tumbado sobre una hamaca. Además, según Yebra es importante limitar las horas de exposición porque de 12:00 a 16:00 los rayos ultravioletas se encuentran en su apogeo.

Asimismo, es importante señalar que bajo la sombrilla también se toma el sol porque éste se refleja en el agua e incide sobre nuestra piel. Durante el baño ocurre lo mismo, los rayos penetran un metro y medio en el agua y normalmente la cabeza y los hombros se encuentran desprotegidos. Otro aspecto a destacar, son los días nublados que aunque se piense que porque no haga calor el sol no afecta a la piel, las nubes filtran los rayos infrarrojos, pero no los ultravioletas, y se corre el riesgo de que estos días las quemaduras aumenten.

Cáncer de piel Cáncer de piel

Cáncer de piel / H.I.

El uso de un protector solar es el pilar fundamental a la hora de hablar de tomar precauciones ante la exposición al sol. Éstos se dividen en químicos, que se tratan de unas cremas que funcionan como filtro absorbiendo los rayos ultravioletas; y físicos, que son mucho más espesos y reflejan el sol. Ambos son válidos y eficaces e incluso hay algunos que mezclan ambos.

Con lo que respecta a las famosas contradicciones con los números que miden la protección, el dermatólogo, Yebra, subraya que aunque se use una protección solar del 50, “el aislamiento total no existe” ya que la protección ante el sol ronda en torno al 90%. Cuando transcurre una hora de la primera aplicación, el protector pierde una eficacia del 20% y a la cuatro horas un 50%, por ello se incide en la necesidad realizar varias aplicaciones de crema solar.

Como el gran problema del sol se manifiesta a largo plazo mayoritariamente no se siguen pautas para el cuidado de la piel. Por ello, es muy importante concienciar a los jóvenes de que con pequeños gestos se podrían evitar muchas enfermedades.

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