La mejor herencia de San Pedro
La Virgen de las Angustias se incorpora a la cofradía en un periodo de esplendor
Hablar de centenario en las Angustias puede llevar a una grave confusión. Es una devoción en Huelva más que centenaria arraigada en la parroquia mayor de San Pedro, que un día tuvo un feliz encuentro con la Hermandad del Santo Entierro. Lo que ahora celebramos es el centenario de aquella incorporación, la devoción hay que fijarla al comienzo del siglo XVII.
La Virgen de las Angustias es recuerdo de aquella estancia de la hermandad del Viernes Santo en la parroquia mayor de San Pedro. Es, de alguna forma, la que nos refresca de una manera muy especial el vínculo con la de San Pedro, más allá de jurisdicciones eclesiásticas al pertenecer la ermita de la Soledad a la iglesia mayor.
Todo arranca el 2 de febrero de 1855, cuando la hermandad se traslada con sus imágenes a la parroquia de San Pedro, ya que el día anterior se desplomó la techumbre. La ermita dejó el culto e incautada por el Ayuntamiento, acogió servicios sociales. Un largo periodo de tiempo duró la estancia de la hermandad en San Pedro; hasta su vuelta el 17 de marzo de 1995 cuando se abre al culto de nuevo.
En San Pedro se encontraba la imagen de las Angustias, en un artístico retablo que había mandado construir Inés Cruzada, encargado a Francisco de la Gándara Hermosa de Acevedo, que concluyó en 1605.
La Hermandad del Santo Entierro que reorganiza su vida cofrade en este templo incorpora a la Virgen de la Angustias que estaba aquí al culto. Lo que denota, sin lugar a dudas, que la cofradía va tomando bastante impulso en ese despertar de la Semana Santa de Huelva de finales del siglo XX y principios del XX. De hecho la incorporación de las Angustias tiene lugar en 1916. La cofradía lo que hace es completar el primero de sus tres pasos, que era el de la Santa Cruz, tras haber sido descendido el cuerpo del Señor que procesionaba en la urna y, cerrando, el de la Soledad de María.
La crónica de aquella salida nos refiere lo siguiente: "En el primero de ellos, que este año ha sido modificado totalmente, aparece al pie del santo madero la Virgen Dolorosa, llevando en sus brazos al Jesucristo yacente. La efigie de la Virgen, cuyo rostro es bellísimo, es una buena escultura luce un precioso manto de terciopelo negro bordado en oro y una valiosa corona de plata. Las andas del paso, cuyo conjunto resulta de muy buen efecto, pertenecieron a la Cofradía de las Cadenas y son de talla dorado con espejos, llevando en los extremos cuatro ángeles con los atributos de la pasión".
Con el tiempo en este paso de las Angustias se produce un gran cambio que es reflejo del mejor arte que se venía realizando en Huelva y que continuaron otros artesanos en los años cincuenta para conformar la Semana Santa actual. En 1924 se estrena el grandioso paso de la Virgen de las Angustias, quizás el mejor de su época, realizado por el artista onubense Manuel González Basilio. En el que trabajó el carpintero Ángel Medina. Un paso que antes de salir del taller ya había sido premiado con medalla de oro en el Certamen de Trabajo celebrado en Huelva. El paso tenía unas medidas de 3,50 por 2,50 metros y 2,20 de alto; dorado por Enrique Gómez del Castillo. Lucía cuatro artísticos faroles y una candelería a los pies de la Virgen formada por treinta guardabrisas.
Todo este patrimonio artístico pereció en el asalto a la parroquia de San Pedro durante la Guerra Civil, en julio de 1936. Con mucho esfuerzo la hermandad consiguió reorganizarse y en 1945 vuelve a salir el paso con el santo madero, aunque sin la Virgen de las Angustias. La talla la realiza el mismo Manuel González Basilio, pero sin recuerdo al anterior, en madera de caoba, con incorporación posterior de algunas tallas de José García Páez. En 1958 Antonio León Ortega realiza la nueva imagen de las Angustias, siendo el conjunto que procesiona en la actualidad.
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