Huelva

La ocupación hotelera de la Sierra duplicará a la de la Costa este mes de julio

  • Las previsiones apuntan a que el 90% de los turistas que lleguen a la provincia volverán a ser españoles

  • Se estima un índice de reservas muy dispar entre los hoteles del litoral onubense

Imagen de uno de los hoteles de la capital onubense durante la jornada de ayer.

Imagen de uno de los hoteles de la capital onubense durante la jornada de ayer. / Alberto Domínguez (Huelva)

La Sierra de Aracena y Picos de Aroche es la zona menos castigada por la pandemia de la Covid-19 en cuanto al turismo se refiere. Según las previsiones que maneja el Consejo Empresarial de Turismo de la FOE, las casas rurales distribuidas en la Sierra prevén entre un 75% y un 80% de ocupación durante el mes de julio.

Estas estimaciones se sitúan muy por encima de las de la Costa y capital. Si bien es cierto que en el litoral hay hoteles que prevén un 70% de ocupación en julio, hay otro grupo de alojamientos turísticos cuyas previsiones se sitúan por debajo del 40%. De este modo, tal y como recoge el presidente del Consejo Empresarial de Turismo, Luis Arroyo, el panorama en la zona costera “es muy dispar”.

Por su parte, en la capital onubense los hoteles esperan que el nivel de ocupación no sobrepase el 40% durante los meses de verano. Se trata de unas estimaciones que, según Arroyo, son “sensiblemente inferiores” a las que se tuvieron en el último período estival.

El motivo que explica que en este verano los turistas se decanten por la Sierra onubense es “la búsqueda de tranquilidad y de alojamientos de dimensiones más reducidas”, en tanto que tratan de evitar espacios que puedan albergar grandes concentraciones de personas.

De otro lado, la Asociación Provincial de Hoteles de Huelva –asociación miembro del Círculo Empresarial de Turismo–, maneja unas previsiones generales de ocupación en la provincia “nada halagüeñas”. En este sentido, los datos que expone el sector de cara a los próximos meses de julio y agosto –momento en el que se prevé la apertura mayoritaria del grueso de establecimientos que conforman la oferta vacacional– se sitúa en una ocupación media de un 25,5 % en julio y de un 36,7% en agosto. Estos porcentajes son levemente superiores a los que el Círculo manejaba cuando la provincia entró en la nueva normalidad –20% en julio y 35% en agosto–.

Una joven toma un desayuno en una cafetería de Huelva. Una joven toma un desayuno en una cafetería de Huelva.

Una joven toma un desayuno en una cafetería de Huelva. / Alberto Domínguez (Huelva)

Estas cifras vienen dadas a partir de una encuesta realizada entre los establecimientos asociados que representan un total de 28.697 plazas de las disponibles en la provincia, así como de los informes elaborados por distintas plataformas de integración, Booking Centers y Channels Manager, a los que con carácter periódico tiene acceso esta asociación. De hecho, estos últimos “auguran un año más que complicado” para el sector de alojamientos turísticos de Huelva.

Por otra parte, el Círculo ha analizado la proyección de la actividad hotelera durante el presente año y destaca que, en el último período analizado –el comprendido entre el 15 y el 21 de junio–, el número de reservas totales cayó un 76,8%, mientras que las pernoctaciones disminuyeron un 72,7% con respecto al mismo período del año anterior.

En lo que a la tipología de turistas se refiere, según el Consejo Empresarial de Turismo el 90% de los visitantes son familias españolas, “un porcentaje que también se mantendrá este año”, destaca Luis Arroyo. En este sentido, el Círculo especifica que el segmento familiar con hijos se sitúa por debajo de las parejas sin niños, con una diferencia a favor de este último de más del 32,7%.

También juega un papel importante para el turismo la apertura de la frontera con Portugal en el día de hoy, en tanto que el 54% de la clientela internacional de Huelva es portuguesa, según el sector. De este modo, la llegada de turistas lusos y de población foránea desde el aeropuerto de Faro puede entrañar cambios en las previsiones que maneja el sector turístico onubense.

El excepcional escenario que la pandemia ha traído consigo en diferentes áreas y, por ende, en el turismo, muestra ciertas particularidades a las que el sector debe hacer frente. Una de ellas es la volatilidad de las reservas, la cual se explica por la baja activación de la demanda y por el comportamiento de los Pick Ups (variación de las reservas en idénticos momentos respecto al año anterior), que en determinados momentos son negativos.

Un hombre descarga su equipaje durante las vacaciones de verano del pasado año. Un hombre descarga su equipaje durante las vacaciones de verano del pasado año.

Un hombre descarga su equipaje durante las vacaciones de verano del pasado año. / Canterla (Huelva)

Otra de las características que presenta el actual mercado turístico es la "flexibilidad de las condiciones de cancelación", tal y como aseguran desde el Círculo Empresarial de Turismo. El hecho de que cancelar una reserva "no contemple penalizaciones" genera enormes dudas si se quieren realizar estimaciones, además de que condiciona "en muchos casos la reapertura de los centros hoteleros". De hecho, los grandes alojamientos turísticos evitan abrir alas o segmentos de sus establecimientos "si las indicaciones no estiman un repunte de turistas", declara el presidente del Consejo Empresarial de Turismo.

La incertidumbre que asoma en el sector a la hora de realizar previsiones también viene condicionada por las reservas de última hora. El citado fenómeno, según Luis Arroyo, "se ha acentuado mucho más a raíz de la pandemia de la Covid-19", en tanto que entre los turistas también afloran muchas dudas acerca de la seguridad de los destinos o, incluso, acerca de sus vacaciones, que pueden sufrir alteraciones por los Ertes.

Al objeto de disipar todas las dudas de la población, tanto el Círculo como el Consejo Empresarial de Turismo exponen "el gran protocolo de seguridad adoptado por los alojamientos turísticos". Entre las medidas excepcionales anti-Covid figuran el refuerzo de la limpieza y desinfección de todas las instalaciones, la obligatoriedad de portar mascarillas en las zonas comunes, el mantenimiento de la distancia mínima de seguridad en restaurantes y cafeterías o la instalación de mamparas en las recepciones, entre otras.

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