En tiempos de crisis aflora la solidaridad. Si la crisis es extrema, como la que atravesamos estos días como consecuencia de la propagación del coronavirus, el nivel de solidaridad aumenta.

Y si se suman dos circunstancias como que la mayoría de la población se ve obligada un día tras otro a permanecer confinada en casa, y que para quienes tienen que salir a diario por motivos laborales es imposible conseguir en el mercado algo tan imprescindible estos días como una mascarilla, pasa lo que está sucediendo en numerosos municipios como es el caso de Isla Cristina o Cartaya, donde numerosas voluntarias fabrican desde hace ya días mascarillas caseras con los materiales que tienen en casa para donárselas a quienes las necesitan.

En Cartaya la idea surgió de una modista local, Irene Vázquez, especializada en el diseño de trajes de flamenca, a quien se le ocurrió la idea hace ya cuatro días porque su hermana trabaja en el hipermercado Carrefour de la localidad, que carece de dicho elemento protector ante la ausencia del mismo en los mercados por la crisis del coronavirus.

"Al final no sólo le hice a ella unas cuantas, sino también a sus compañeras de trabajo", indica Vázquez a esta redacción, quien además explica que "se corrió la voz con tal rapidez, que junto con otras costureras locales que quisieron unirse a la iniciativa, hicimos mascarillas para las trabajadoras de los supermercados Lidl y Mercadona de Cartaya, así como para todo el personal del Centro de Mayores y Dependientes y del Servicio de Ayuda a Domicilio de la localidad.

Pero la cosa no ha quedado ahí, y las aproximadamente doce mujeres costureras que ya forman parte de la iniciativa, cada una desde su casa, han recibido un encargo de un millar de mascarillas más para los trabajadores y trabajadoras de la Cooperativa Hortofrutícola de Cartaya –Cartayfres-, que en este caso se ha encargado de aportar el material necesario para su confección.

"El objetivo es tenerlas acabadas en un par de días", indica Vázquez, quien explica que con su móvil grabó un tutorial explicando cómo hacer una mascarilla para que todas fuesen iguales, el cual se hizo viral en pocas horas y por el que se están poniendo en contacto conmigo personas de todo el mundo".

En Isla Cristina le ha sucedido algo parecido a Ana Bella Liria, cuya hija trabaja en el supermercado Lidl del municipio. "Como aficionada a la costura me pidió que le hiciese unas cuantas mascarillas para ella y sus compañeras, busqué en internet como se hacían, comprobé que era muy fácil y se las hice".

El único problema, explica, es que "las telas que tenía en casa eran sábanas y retazos de trajes de gitana y de disfraces de carnaval, y con eso las estamos haciendo" ya no sólo para las trabajadoras del supermercado de su hija, sino incluso para trabajadoras del campo a las que conocemos y que nos las están pidiendo.

También en Isla Cristina, y en situación muy parecida está Carmeli Prieto, quien además de trabajar en el campo cose para la calle, y que "como no hay mascarillas en ninguna parte, decidí junto con otras amigas costureras hacerlas caseras para todas las trabajadoras de mi finca".

La iniciativa ha tenido tanto éxito, explica Carmeli, que ya estamos haciendo mascarillas caseras para el personal del Centro de Mayores de Isla Cristina y hasta para los voluntarios de la Agrupación Local de Protección Civil.

"Hemos publicado en facebook lo que estamos haciendo –prosigue-, y mientras tengamos en casa elásticos y retazos de tela de trajes de flamenca y de disfraces de carnaval, vamos a seguir haciendo mascarillas para todos los que nos las soliciten", concluye.

Todas coinciden finalmente en destacar que lo hacen porque "en momentos complicados como estos es cuando más falta hace que nos ayudemos los unos a los otros".