Mario Marín pinta Huelva y los límites de la mente en 'CMYK': "La novela habla de qué pasa con alguien que ha atravesado el desierto de la enfermedad mental""

El libro ganó el premio a mejor novela en castellano de Kutxa Fundazioa Irun

La historia de Cinta, una mujer al límite tras atravesar un episodio de esquizofrenia paranoide, contada desde la mente de quien la observa

Bar Vaquero, donde discurre la acción de la novela de Mario Marín, 'CMYK'.
Bar Vaquero, donde discurre la acción de la novela de Mario Marín, 'CMYK'. / M.G

Un par de cafés, dos sillas y una mesa es todo el telón de fondo que ha necesitado Mario Marín en su última novela CMYK, ganadora del premio a mejor novela en castellano de Kutxa Fundazioa Irun, uno de los más prestigiosos a nivel nacional que y ha permitido que las estanterías de las librerías se llenen con esta obra. Este reconocimiento le pilló por sorpresa, "cuando se recibe un premio de este tipo, que no es de formato editorial que es digamos un modelo a ciegas que concurre de manera anónima, pues es un gustazo haber sido premiado".

En las hojas de Mario Marín arrastra al lector por la imagen de Huelva que todos conocemos y reconocemos. Su prosa lleva a sitios conocidos de la ciudad, al desavío a la vuelta de la esquina, a esos rincones solo frecuentados por locales, al sonido del tráfico y hasta el Bar Vaquero de la Orden Baja, el testigo silencioso de la conversación entre sus personajes. "Hay mucha oralidad, mucho callejeo, personajes muy al límite a punto de caer por el abismo", señala Marín sobre los tintes de su obra.

Comenzar a leer el libro es introducirse en la mente de Fran para conocer todos los pensamientos de quien cuenta la historia, pero no la protagoniza. Los focos de la obra apuntan a Cinta, a la que sus brotes psicóticos le han hecho matar hasta a cuatro personas, una historia ficticia ambientada en un caso real que inspiró a Marín. "Siempre mis proyectos surgen a partir de una idea, un fogonazo", asegura el autor que quedó impactado al conocer la noticia de "una doctora que sufría una esquizofrenia paranoide en Madrid y llegó a matar a gente". Con una premisa que parece colocarnos sobre una novela negra en la que se abordarán los asesinatos, el autor sorprende llevando el hilo conductor hacia otra lectura.

Portada de la novela 'CMYK' de Mario Marín.
Portada de la novela 'CMYK' de Mario Marín. / M.G

"La novela no habla de la enfermedad mental. La novela habla de qué pasa con alguien que ha atravesado el desierto de la enfermedad mental", matiza el escritor que ha querido abordar en las hojas de CMYK "cómo se reintegra, sus miedos a la hora de ser recibida por sus vecinos, es una novela que habla mucho del territorio y de la vuelta al territorio", que en este caso es Huelva, donde ambienta todas sus obras. Marín escribe desde lo conocido y realiza un trabajo de documentación que le lleva a recorrer los mismos escenarios en los que discurre la historia para atender a los estímulos como el ruido del tráfico o la luz de las farolas de noche y basándonos en eso elige la localización, pero siempre en Huelva, su tierra y a la que siempre lleva por bandera. "Lo local no es sinónimo de costumbrismo ni es peyorativo. Creo que es la mejor manera de lo universal", asevera el escritor.

El título del libro, CMYK, hace alusión al código de color homónimo que es la base de la impresión, un nombre que no ha sido elegido al azar. Cian, magenta, amarillo y negro. Estos cuatro colores del título son los que conducen el pensamiento de Cinta, y al lector, hasta esquinas mentales que desconocíamos. "Se está aludiendo a los colores que necesita Cinta para hacer en la novela algo que tiene que hacer. En cada momento el color es necesario para que ocurra lo que tiene que ocurrir", adelanta el escritor que deja en el aire la incógnita por resolver sobre de qué forman se verán representados esos colores y lo que llevarán a la protagonista hacer.

El escritor onubense, Mario Marín.
El escritor onubense, Mario Marín. / M.G

Así el autor se lleva la obra a su terreno, al artístico dándole protagonismo a los colores, y consiguiendo además una buena crítica de sus lectores. "Está gustando mucho, están muy agradecidos con que siga sonando al mismo autor", porque Marín logra dejar siempre una huella reconocible en sus obras que los lectores agradecen encontrar.

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