Una marea verde contra el cáncer llena de esperanza las calles de Huelva
La X edición de la Marcha Contra el Cáncer ha aglutinado a familias y a amigos que han decidido salir a pasar un buen rato en la mañana del domingo
X Edición de "En Marcha Contra el Cáncer" en imágenes
Las marchas populares tienen algo de fe. Y cuando la razón es tan fuerte como luchar contra el cáncer, se crea una atmósfera colectiva que parece que todo es posible.
Arrancó a las 11:00 de la mañana la X edición de la marcha contra el cáncer, y en la Plaza de las Monjas, a la altura de la confluencia con Gran Vía, no cabía un alma más. La mayoría de los corredores, ataviados con la camiseta verde esperanza, aguardaban para arrancar una carrera que pone de manifiesto que lo importante no es llegar el primero, sino acabarla.
Es difícil describir la emoción que se puede sentir cuando un evento como este va a comenzar. Lo que significa mirar alrededor y ver a algunas corredoras que portan un pañuelo en la cabeza para tapar la calvicie de un tratamiento oncológico, o fijarse en los participantes emocionados acordándose de allegados que han pasado por esa enfermedad. Con toda la energía que da el recuerdo, de pronto se escuchó el pistoletazo de salida y todos comenzaron a moverse.
El trayecto, una vez arrancado en la céntrica plaza onubense, giró hacia Plus Ultra y alargó la Avenida Alemania hasta dar con el Paseo de las Palmeras, donde la carrera viró hasta el Paseo de la Glorieta y enfiló la avenida Hispano América hasta llegar al Paseo Marítimo, lugar en el que se encontraba la línea de meta.
En esta carrera cada uno va a su ritmo. A lo largo de 4,5 kilómetros de recorrido, hay todo tipo de participantes. Personas con sus perros, con carritos de bebé... y también aquellas personas que están acostumbradas a correr. O sea, que son runners.Lo cierto es que si algo falta en la marcha, es la competitividad hacia el otro. El ser el primero.
Y, por supuesto, cada uno cuenta su historia: un joven salió disparado en cuanto sonó el pistoletazo de salida. Iba con la intención de ir en cabeza de carrera, pero se encontró con el tapón originado por aquellos que decidían hacer el camino andando. Tras este pequeño incidente, acabó de los primeros, pero no como a él le hubiera gustado.
También hay una chica, por la mitad del pelotón, que llevaba varias semanas sin salir a correr, y que se le ha hecho larga la carrera. Aunque le ha costado, la ha finalizado y ha aprendido que en el momento en el que aparca el ejercicio unos días, cuesta volver al nivel.
A la altura de la comisaría de la Policía Nacional marcha un chaval que parece que en cada resoplido se le va un poco de la vida. Tras aficionarse al deporte hace relativamente poco tiempo, recorren en media hora cuatro kilómetros y medio es un hecho loable.
Al fondo, hay una muchacha que ha venido con dos amigas más porque desde hace unas semanas ha decidido adquirir hábitos más saludables. Ha conseguido hacer la carrera entera corriendo, y aunque le ha costado, ha llegado.
Detrás del grupo de corredores, van aquellos que un rato van andando y otro rato se animan a correr algunos metros mientras charlan, ríen y disfrutan a un buen ritmo. Y por último, los que van a dar un paseo, y que también quieren colaborar con la causa.
Esta marcha la han hecho amigos, familias, aquellos que se lo toman más en serio y, también, quien busca superarse a sí mismo. Cada uno buscando superar su reto individual, porque el objetivo colectivo está claro: luchar contra el cáncer.
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