Mara Barros: “En Huelva hay un talento increíble, y no sé si realmente somos conscientes de ello”
Entrevista
La artista onubense triunfa en México, donde está presentando su nuevo disco en solitario antes de traerlo en octubre. En enero volverá a cantar con Joaquín Sabina en la que será la última gran gira del ‘maestro’
Pues, ahí donde la ven, ella va por la vida paseándose, como si nada, por el bulevar de los sueños cumplidos. Tampoco es que antes viviera de scuoter en un piso abandonado, ni que no tuviera apellidos, hojas de parra ni un tío concejal, pero desde luego la suerte le cambió a mejor el día que lo apostó todo por un sueño y se marchó allá donde se cruzan los caminos. Recién bajada en Atocha, se hizo la reina del concurso y comenzó una singular carrera por un mundo difícil, el de la música, en el que, como quien se merienda un tiramisú de limón, ha saboreado momentos dulces y algún ratito amargo, que entre bambalinas no hay más ley que la ley del tesoro ni todo lo que reluce es de purísima y oro. Pero una llamada inesperada, ring, ring, ring, la trajo de vuelta al barrio de la alegría, porque si corista es, de por sí, una palabra preciosa, lo de corista de Sabina son ya palabras mayores. Y como, además, sale gratis soñar, ella lo quiso hacer a lo grande, y así, a lo tonto a lo tonto (a lo grande, a lo grande), lleva ya quince años soñando con que canta con uno de los más grandes (vale, sí: el más grande). Para colmo, el periplo le ha servido para reconciliarse con la música y volver a abrirse paso en la industria. Ahora afronta la promoción de su tercer disco en solitario, Me nace del corazón, fruto del agradecimiento a un país, México, que lleva años regalándole alegrías y éxitos, y en el que reúne nueve canciones de autores clásicos mexicanos cantadas, a su manera, en una curiosa mezcla en la que brilla especialmente su acento andaluz. Mara Barros, nuestra Mara, triunfa en México mientras prepara el regreso a su tierra después de siete años de ausencia. Se moría por volver (con la frente marchita, cantaba Gardel), y lo hará el día 3 de octubre en el Gran Teatro, un escenario que se sabe de memoria porque prácticamente echó allí los dientes. Luego, gira por Argentina y Uruguay, y en 2025 cogerá otra vez la carretera para acompañar a Joaquín Sabina en la que será la última gran gira del maestro. ¿Y después? Después, el futuro. Alguien dijo una vez (o puede que lo cantara) que nadie debería volver al lugar donde ha sido feliz, pero Mara no conoce otra cosa mejor que la música, su oficio, ese que, aún con todos sus desconchones y sinsabores, con sus borrones y sus desdichas, incluso en esos tiempos, todos los días tienen al menos un minuto en el que quererlo. Que ya se sabe que amores que matan, nunca mueren.
-Nuevo disco (el tercero), nueva gira, y México en el centro de todo ¿Qué historia hay detrás de lo nuevo de Mara?
-Me nace del corazón, que es el nombre de mi último trabajo, es un tributo a la música popular mexicana, pero además es un disco que nace desde el agradecimiento, porque México fue el primer país que me abrió los brazos cuando decidí retomar mi carrera como solista, incluso antes que mi propio país. Hice cinco viajes a México con mi disco anterior, en 2017, y en el último, ya en el vuelo de regreso, pensé que tenía que agradecerles tanto cariño de alguna manera, y no se me ocurrió otra cosa, porque no hay otra cosa que se me dé mejor, que hacerlo a través de un disco en el que les he robado sus canciones para devolverles a mi manera tanto amor. Esta es la primera vez que lo presento allí, y por supuesto que estoy muy emocionada, pero también un poco nerviosa porque no sé cómo se lo van a tomar.
-Eso de que cantes sus cosillas, ¿no?
-Claro, pero ya no solo que cante sus cosas, sino cómo lo hago, porque he querido huir del tópico de quienes, cuando hacen un homenaje a México, tiran de mariachi. Por supuesto que grabando el disco he echado de menos un mariachi, no te imaginas cuánto, pero me parecía un homenaje todavía más personal si agarraba sus canciones y las hacía un poco mías, si las versionaba a mi estilo y me alejaba de lo tradicional.
-¿Cómo está planteada la gira mexicana?
-Son cinco conciertos en total. Pasamos por Querétaro, Guadalajara, Morelia (en Ciudad de México), Mérida y León, donde vamos a tocar en todo tipo de recintos, desde teatros y salas a grandes espacios. La gira está planteada fundamentalmente como presentación del disco, aunque también rescatamos algunas canciones de mis otros dos discos y alguna que otra versión, entre las que no pueden faltar canciones de Sabina, claro.
-Dos semanas en México y luego vuelves a casa…
-El día 3, sí. Por fin. Hacía años que no cantaba en Huelva, desde el 2017. Siempre que voy a Huelva se me acumulan muchas sensaciones diferentes, incluso contradictorias. Por un lado siento muchísima responsabilidad, porque nadie es profeta en su tierra y quieres gustar y sentirte querida y no defraudar. Y, por otro lado, tengo la ilusión de saber que vuelvo a casa y que voy a sentir la emoción en los ojos de mis padres, en los viejos amigos… Es un completo conflicto de intereses. Supongo que la gente pensará que cuando juegas en casa estás más tranquila porque se te perdona todo, pero ni muchísimo menos. Yo me pongo mucho más nerviosa si están mis padres viéndome que en un recinto acompañando a Joaquín con 40.000 personas delante. Aquí te sientes más examinada. Aquí todo me importa más.
-Y encima, en un escenario como el Gran Teatro.
-Lo adoro. Volver al Gran Teatro es como volver a casa, porque es un escenario en el que he crecido. El grupo de baile, los fines de curso de la escuela, la presentación de mi primer disco, también del segundo… Conozco cada rincón. ¡Incluso sé cómo colarme en los camerinos! No concibo ir a otro sitio cuando vengo a Huelva. Para mí el Gran Teatro es hogar.
-¿Qué vamos a ver en el concierto de Huelva?
-No será como en México. Allí, por ejemplo, voy a trío, solo con guitarra y piano, pero en Huelva llevaré a toda la banda. Piano, guitarra, violín, bajo y batería. El concierto se centrará en el último disco, aunque haré un repaso por los otros dos en solitario y por algunas canciones que pertenecen a mi banda sonora particular, incluyendo algunas versiones de Joaquín (Sabina), no solo porque mi vida profesional esté ligada directa o indirectamente a él, sino porque son canciones que, ya antes de conocerle, habían marcado mi vida.
-Hablabas antes de lo de ser profeta en la tierra… ¿Cómo te sientes cuando cantas aquí?
-Yo me siento muy querida en mi ciudad, muy respetada, pero siempre me gustaría serlo más, supongo que como todo el mundo. Aquí tengo un público muy cercano, que lleva años siguiendo mi carrera y que ya son amigos, y por supuesto está la familia, pero me gustaría que los artistas onubenses, y hablo en general, no solo de mí, recibieran más apoyo por parte de las administraciones, porque de verdad lo necesitan. En Huelva tenemos un nivel cultural y artístico impresionante, y me duele que no se nos apoye más. Es cierto que de un tiempo a esta parte siempre hay algún onubense en el cartel, y me parece genial, pero creo que hay talento para más, y ni siquiera sé si realmente son conscientes de ello. Quiero pensar que sí. Esto es una crítica desde el amor, ¿eh? No es ningún reproche, porque aquí me siento muy querida y siempre se me ha dado mi espacio.
El nuevo disco es un homenaje a México, que nace del agradecimiento por su cariño
-¿Tienes previsto hacer más conciertos en España con el nuevo disco?
-Pues verás… Además de mi proyecto como solista, cuando Joaquín Sabina no está de gira, los demás nos juntamos en una banda, Benditos Malditos, y hacemos conciertos de tributo a su obra. Eso me limita a la hora de poder cerrar mis propios conciertos. Hice Gijón, tengo México y Huelva y en Noviembre me voy a Argentina y Uruguay, pero por supuesto tengo que hacer Madrid y me gustaría ir también a Barcelona y Valencia. Todo eso si me da tiempo, claro, porque en enero ya empezamos los ensayos con Joaquín y al finalizar el mes ya nos vamos con él de gira. Lo tengo complicado, pero ojalá sea siempre así. ¡Que el trabajo no falte!
-Hablemos un poco de la intrahistoria del disco… ¿Qué tiene dentro Me nace del corazón?
-Mucho trabajo y mucho cariño. Al principio hicimos un trabajo de investigación profundo. Hablo en plural porque Borja Montenegro, que es mi productor, se involucró muchísimo en el proyecto, como hace siempre. Había muchas canciones mexicanas que me gustaban y era muy difícil descartar, pero teníamos muy claro que no queríamos hacer un disco al uso de 10 o 12 canciones porque no queríamos temas de relleno. Lo que pasa es que el abanico de canciones mexicanas es tan inmenso que tuvimos que descartar muchas. Al final fueron 9 temas increíbles y que he hecho míos de alguna manera. Algunos los hemos cambiado de tempo, otros los hemos convertido en una nana, a otros le hemos dado algún airecillo flamenco… Hemos hecho muchos experimentos, porque además nos hemos dado cuenta de la conexión tan brutal que hay entre los dos países, y especialmente entre Andalucía y México. Al fin y al cabo llevamos siglos bebiendo una cultura de la otra e intercambiando emociones. Estoy muy contenta con el resultado, aunque ya te digo que tengo un poco de intriga por saber cómo van a tomárselo los mexicanos.
-Y en 2025, otra vez con Joaquín Sabina, aunque está será su última gran gira. Su despedida. ¿Cómo llevas eso?
-Pienso llevar la maleta cargada de Kleenex porque sé que voy a llorar muchísimo. Será un conflicto de emociones, porque por un lado estamos muy contentos de que se haya animado, a su edad, a girar de nuevo, habiendo terminado la gira el año pasado. Es un placer verlo tan emocionado. Volver a salir con él es increíble, pero saber que es la última vez es muy, muy triste muy triste. Yo me agarro a lo que ha anunciado sobre su despedida “de los grandes escenarios”, y quiero pensar que todavía hará alguna mini gira o que grabarña otro disco. No quiero que nos abandone, y te lo digo como público, no como empleada. Me gustaría seguir disfrutando más de él.
Joaquín Sabina es el artista más generoso que conozco
-Has dicho alguna vez que Sabina forma parte de la banda sonora de tu vida.
-Es una parte de la banda sonora de todos, pero es verdad que desde pequeña he sido fan de póster de Sabina. Suena a topicazo, pero es que cantar con él era mi sueño. Lo saben todos: mi compañeros, mi familia, mis amigos… Siempre que coindicimos, mis compañeras de Popstars me dicen: “tía, qué coñazo nos dabas con Sabina, y mira ahora”. Lo he conseguido y no le pido más a la vida, porque se va a enfadar la vida conmigo. Me gusta recordarme constantemente lo afortunada que soy, porque ya son 15 años con Joaquín y no quiero tener puesto el piloto automático, por eso me sigo emocionando y sigo llorando. Así que imagínate cómo será esta última gira. Me parece brutal cuando pienso que formo parte de la historia profesional de Joaquín Sabina, que para mí es el mejor artista que ha dado este país. Me siento muy afortunada de ser corista de Sabina, que son palabras mayores. Joaquín es muy generoso. Nos da muchísimo espacio a todos los de la banda. Para él todo suma. Esa generosidad indudablemente me ha abierto las puertas de México, de Argentina, de Uruguay, de Chile, de Costa Rica… porque nos da tanto espacio que la gente ya te reconoce, te pone nombre, empieza a investigarte y a escucharte, viene a tus conciertos… Es el artista más generoso que conozco.
-¿Te ha contado alguna vez por qué te eligió para acompañarlo?
-Nunca directamente, pero me gusta pensar que es porque le gusté (ríe). Cuando Olga Román se fue, Joaquín necesitaban otra corista para Vinagre y Rosas, y fueron probando con varias en el estudio. Yo estaba en Huelva cuando me llamó Antonio García de Diego diciéndome si podía ir a Madrid a hacer las pruebas, llegué y... hubo conexión. Después de tanto tiempo escuchando a Sabina intuía casi todo lo que iba a hacer antes de que lo hiciera, porque ya conocía su forma de interpretar. Solo escuchar canciones inéditas de Joaquín y grabarlas para mí era… ¡Madre mí. Como si no me pagaban! Me daba igual porque era un sueño. Cuando, después de grabar el disco, me propuso la gira... ya no me aguanté las ganas de llorar.
-¿Y el futuro?
-Pues ahora que Joaquín se retira lo veo todo un poco más jodido. Por suerte, hace unos cuantos años que me reconcilié con la industria musical y he encontrado alternativas que me permiten comer y pagar el alquiler. ¿El futuro? Pues más o menos como ahora: a seguir luchando. Trabajando en mi vida profesional como solista, siendo muy consciente de lo complejo que es y de que no tengo el apoyo de un sello multinacional. Pero bueno… después de todo este tiempo no voy a rendirme, ¿no? Al fin y al cabo es mi oficio, y me encanta ejercerlo a la vieja usanza, yendo a locales a cantar, a veces para 500, a veces para 800 y a veces para 12, pero igual de feliz.
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