El mal de la piedra o el del olvido

en el titán

El monumento a Mora Claros fue levantado en 1926 lUna primera restauración lo consolidó y desde la segunda intervención hace cinco años se ve cómo el deterioro es progresivo

1. Monumento a Antonio Mora Claros en la calle Puerto. 2 y 3. Deterioro en las figuras alegóricas del basamento. 4. El deterioro de la piedra también se aprecia junto al escudo de Huelva, en la parte posterior. / E.J.S.
Eduardo J. Sugrañes

19 de noviembre 2016 - 02:05

El monumento a Antonio Mora Claros se ha mantenido en el tiempo gracias a las últimas actuaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Huelva. La primera de ella tuvo lugar en 1998 cuando no solo se le dio lustre, sino que se le devolvió la dignidad perdida. En aquel momento se consiguió una intervención importante para su mantenimiento, en un espacio destacado de la ciudad, como es la calle Puerto. Lo era aún más cuando se levantó en 1926. Allí se encontraba todo el sostén político de la ciudad, el Ayuntamiento y la Diputación y más arriba la Audiencia Provincial. Se levantó delante de la casa de otro prócer de la ciudad, Juan Quintero Báez, en la actualidad sede del Colegio de Arquitectos. A Antonio Mora Claros lo colocaron en la entonces isleta que formaban el triángulo de las calles Puerto y Cardenal Albornoz, junto a su casa, el palacete que en la actualidad acoge el centro de mayores.

Aquella restauración dio paso a otra hace ahora cinco años. Se dejó el monumento pelado, nada de los jardines que le rodeaba. Entonces preguntábamos dónde había ido a parar la artística reja de hierro fundido que lo rodeaba. Al poco tiempo se pudieron ver algunos desperfectos en la piedra del basamento y en las figuras alegóricas. Ahora es verdaderamente alarmante el estado en el que se encuentra. Afectado por el mal de la piedra se observa cómo se va deteriorando día a día. Esperemos que no se mire para otro lado aguardando a que todo se desmorone.

Lo que no se podrá desdibujar son los hechos históricos que llevaron un día a que el pueblo de Huelva moviera la creación de un monumento a Antonio Mora Claros, que falleció un 20 de noviembre de 1922, a los 46 años de edad.

Cuando gozaba todavía de plena juventud y pujanza en nuestra ciudad se le apagó la luz. Su actividad empresarial y política fue clave para el desarrollo de Huelva. Había sido quien promovió la llegada del servicio de aguas y se encargó de conseguir los depósitos para el agua. Más tarde hizo lo mismo con el suministro de electricidad y tuvo una gran aportación para la Cultura, con la apertura del Teatro Mora y siendo editor del Diario de Huelva, un importante periódico de principios del siglo XX.

Antonio Mora Claros está considerado como uno de los financieros y hombres de empresa que ponen los cimientos de la Huelva moderna e industrial. Promovió La Gota de Leche, el Servicio de Bomberos y fue el impulsor de la vuelta de los franciscanos a la Rábida. Falleció siendo alcalde de la ciudad. Había sido presidente de la Diputación, diputado del Congreso, miembro de la Junta de Obras del Puerto y de la Cámara de Comercio.

El deterioro del monumento es por el mal de la piedra, esperemos que no sufra el mal del olvido. Pienso que no hará falta recordar que instalado el monumento en 1926 con la llegada de la II República, en la sesión municipal de 1 de junio de 1934, se acordó retirar el busto para ser sustituido por la alegoría de la libertad. Pero pronto tuvo que ser restituido, el 10 de octubre siguiente así lo acordó el Ayuntamiento atendiendo a la petición popular. Lo mismo ocurrió con su calle que en este mismo tiempo fue sustituida por otro nombre. Aquello ocurrió en 1933, e igualmente no hizo tampoco falta esperar mucho para que el propio Ayuntamiento republicano le restituyera con su nombre, como continúa hasta la actualidad.

Lo cierto es que aunque pueda ser presuntuosa la dedicatoria de modelo y ciudadano, Mora Claros se ganó el afecto de los onubenses por muchas acciones sociales y culturales. No estaría mal que se dieran a conocer. Es bueno saber quiénes pisaron antes que nosotros estas calles. Por eso no estaría mal que el Ayuntamiento que en su día dejó los códigos QR por muchos edificios y algunos monumentos, también lo ponga bien visible junto al monumento, para conocer un poco más de la figura y el tiempo que vivió don Antonio.

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